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La turmalina se conoce desde varios siglos antes de Cristo. Sin embargo, la fecha de descubrimiento de la piedra turmalina sandía sigue siendo desconocida y existen pocas leyendas sobre ella. Según los historiadores, apareció al mismo tiempo que las turmalinas y los silicatos.
Según algunas creencias, nació del Huevo de la Noche, cuyos dos extremos representan el Cielo y la Tierra. Para otros, es una encarnación de Eros, el dios primordial del amor, el deseo y el poder creativo en la mitología griega.
La turmalina sandía se distingue de las demás por ser bicolor. Por ello, es muy apreciado por sus beneficios y su belleza, tanto en el mundo de la litoterapia como en el de la joyería.
Desde el punto de vista etimológico, la piedra turmalina sandía debe su nombre a su parecido con la fruta de interior rosado y piel verde. Su nombre se ha traducido del inglés “watermelon”.
Desde el punto de vista científico, la piedra turmalina sandía es una piedra fina con una estructura y un tono variables. Compuesta químicamente por silicatos de boro, magnesio, sodio, litio, hierro, calcio y aluminio, pertenece a la familia de los silicatos. Gracias a su sistema de cristales romboédricos, ofrece una gama de colores excepcional y única. Los tonos de rosa van del rosa muy pálido al rosa fucsia violáceo, mientras que los tonos de verde van del verde claro al oscuro.
Las piedras de turmalina sandía suelen estar cubiertas de estrías verticales y se caracterizan por un brillo vítreo. Según el yacimiento, pueden ser transparentes u opacos. En la escala de Mohs, su dureza varía entre 7 y 7,5.
Los principales yacimientos de turmalina sandía se encuentran en Rusia, Sri Lanka, Madagascar, Mozambique, Brasil, Sudáfrica y Estados Unidos.
A nivel mental, la piedra turmalina sandía favorece la tranquilidad y la sensación de seguridad. Así, es perfecto para combatir el estrés y la ansiedad, superar la timidez y expresarse en público sin miedo.
Además de disipar las emociones y energías negativas, la turmalina sandía aporta una sensación de renovación y esperanza en el futuro. Todos los pensamientos oscuros y parásitos se eliminan para dejar espacio a la positividad y el optimismo.
Esta piedra también es conocida por aportar rectitud, sabiduría y rigor a su portador. Gracias a su acción beneficiosa sobre el chakra del corazón, cura las heridas emocionales y promueve el amor incondicional. Al multiplicar por diez la sensibilidad, la benevolencia y la ternura, armoniza naturalmente las relaciones familiares, de amistad y de amor.
La turmalina sandía puede utilizarse para estimular la creatividad y la imaginación. Su energía suave y reconfortante está especialmente recomendada para los niños inquietos o hiperactivos.
A nivel físico, la piedra turmalina sandía es conocida por energizar el cuerpo. Gracias a su efecto estimulante, calma el sistema nervioso, refuerza el sistema inmunitario y regula la circulación sanguínea. Además, esta piedra se utiliza a veces para favorecer el proceso de curación.
Asociada al amor, la turmalina sandía favorece la fertilidad e infunde paciencia. Por tanto, es una piedra ideal para acompañar a las parejas que desean concebir un hijo. Las mujeres pueden llevar esta piedra durante todo el embarazo para protegerse de las malas energías durante este periodo.
La turmalina sandía también es una piedra excelente para deshacerse de sentimientos negativos como el miedo, la ira, los celos o el resentimiento. Al reforzar la energía del corazón, la turmalina sandía permite sanar tanto física como emocionalmente. Durante un periodo de fatiga o convalecencia, alivia el cuerpo y proporciona una gran sensación de confort.
A nivel espiritual, la piedra turmalina sandía se asocia con el chakra del corazón. En litoterapia, las piedras rosas y verdes son las que mejor activan este punto energético situado en el centro de los 7 chakras.
Su acción sobre el chakra del corazón aporta un gran confort y ayuda a curar las heridas emocionales. Cuando este chakra está equilibrado, multiplica por diez las cualidades del corazón, como la compasión, la ternura, la benevolencia, la autoestima y la tolerancia.
En pocas palabras, la turmalina sandía es una piedra que alivia los corazones magullados, dolorosos o cerrados. Llevándola a diario, avanzará de forma natural por el camino de la curación emocional y aprenderá a desarrollar el amor incondicional hacia si mismo y hacia los demás.
Desde el punto de vista astrológico, la turmalina sandía es eficaz para los signos de Virgo, Libra, Escorpio, Piscis y Géminis. Su elemento es el agua.
Si desea combinar su turmalina sandía con otra piedra, le aconsejamos que elija piedras rosas o verdes que actúan sobre el chakra del corazón. Por ejemplo, puede elegir un ágata musgosa, aventurina verde, turmalina verde, crisoprasa, peridoto, cuarzo rosa, rodocrosita o turmalina rosa.
Sin embargo, no se recomienda combinarlas con piedras de energías opuestas, como el ojo de tigre, el ónix o la malaquita. Estas piedras emiten energías demasiado potentes para que la turmalina sandía pueda expresarse.
En cuanto a los materiales, la piedra turmalina sandía combina perfectamente con las joyas de oro blanco, oro amarillo, oro rosa, plata, bronce y acero. Todos los marcos se prestan a los colores originales de esta piedra de radiante belleza.
Para conservar la belleza y los poderes de su turmalina de sandía, es necesario pensar en purificarla y recargarla regularmente. Para la purificación, puede sumergir su piedra durante unas horas en un recipiente con agua salada destilada. Este proceso elimina las impurezas y las energías negativas que se han acumulado en la piedra a lo largo del tiempo.
Para recargarse, puede exponer su piedra turmalina sandía durante unas horas bajo los rayos de la luna o del sol. Este ritual restaura los poderes originales de la piedra. De este modo, podrá disfrutar de sus virtudes y de su reconfortante energía durante muchos años.
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