Historia de la piedra esmeralda

La etimología de la palabra esmeralda es incierta. Para Littré, este término vendría del sánscrito. Otros le dan una palabra persa como su origen. Por distorsión, estos términos habrían dado la palabra latina smaragdus, que significa “corazón de piedra”. La piedra esmeralda se conoce desde la más remota Antigüedad. Hace 5.000 años, los Egipcios sacaban de sus minas de esmeraldas para hacer joyas de moda para la aristocracia. Este yacimiento de Jebel Zabarah, encontrado en 1816, probablemente sólo contenía piedras de poco valor. También llamado “minas de Cleopatra”, este yacimiento fue llamado así por la fascinación que las esmeraldas ejercieron sobre la famosa reina egipcia. Orgullosa de su famoso perfil, la soberana ofreció a su séquito esmeraldas que llevaban su efigie, ya sea como objetos o joyas como colgantes, pulseras o collares de esmeralda. Por su parte, los Babilonios, 2000 años antes de nuestra era, usaban la esmeralda como moneda.

La piedra esmeralda es por lo tanto conocida por los antiguos, y autores como Heródoto o Plinio el Viejo incluso describen estatuas de esmeralda. Sin embargo, en muchos casos, se trataba de otras piedras, cuya coloración verde podía recordar a la esmeralda. Sin embargo, los romanos conocían la esmeralda, que trajeron del yacimiento de Habachtal en la actual Austria. Nerón incluso habría usado, para corregir su vista defectuosa, un curioso instrumento óptico hecho de esmeralda. Plinio, para quien el verde de la esmeralda era incomparable, lo recomendó para el cuidado de los ojos. Historias que se remontan a la Edad Media y que forman parte de la leyenda Artúrica afirman que el Santo Grial estaba hecho de esmeralda. Este receptáculo de sangre de Cristo sólo podía ser visto por unos pocos caballeros de la Mesa Redonda, y fue en el siglo XVI cuando los conquistadores españoles descubrieron los depósitos intactos de Chivorsera y Muzo en Colombia. A finales del siglo XVII, se descubrió la esmeralda del gran Mughal, una gema de más de 217 quilates, decorada con motivos religiosos. Hoy en día, la esmeralda se confunde a veces con el corindón verde, también llamado “esmeralda oriental”, que es más parecido al rubí o al zafiro.

Origen y composición de la piedra esmeralda

De la familia de los silicatos, la piedra esmeralda es una variedad de berilo, que se distingue por su tono verde. El cromo, el vanadio y el hierro, que se utilizan en la composición de la esmeralda, explican este color. De hecho, la coloración de la esmeralda, que es una de las cuatro gemas, varía entre el verde amarillo y el verde azulado. Sometida al fuego, la esmeralda da una perla verde claro. Con una dureza de 7,5 a 8 en la escala de Mohs, esta densa piedra tiene una ruptura en forma de concha con una línea blanca. Es calculando la proporción de isótopos de oxígeno que reconocemos una esmeralda ; esto permite en particular trazar un paralelo con las piedras antiguas.

Aunque está presente en más de sesenta yacimientos alrededor del mundo, la piedra esmeralda es rara. Sólo se forma bajo condiciones geológicas específicas. En primer lugar, sus componentes se encuentran en diferentes lugares : el magma se encuentra en la corteza terrestre, mientras que el cromo, el vanadio y el hierro se encuentran en el manto. También puede haber diferencias significativas entre los yacimientos. En Brasil, los cristales, que son bastante impuros, datan de un período que va de 600 millones a 1.000 millones de años atrás. En Colombia, por el contrario, se formaron hace 65 millones de años. En el Cretáceo, el magma, insinuado en los huecos de las conchas fósiles acuáticas, fue capaz de formar cristales de notable pureza.

Virtudes y propiedades de la piedra esmeralda en litoterapia

La piedra esmeralda contribuye a la armonía de las relaciones, dentro de la familia, el círculo amistoso o entre dos amantes. Favorable a la amistad, desarrolla sentimientos de rectitud y comprensión. La esmeralda también trae una gran calma interior y calma las pasiones. Fomenta el cuidado y la apertura a los demás. Por lo tanto, estimula el gusto por la cooperación y el trabajo conjunto. La esmeralda también contribuye a la resolución de viejos conflictos. También ayuda a las personas que sufren de trastornos claustrofóbicos. Piedra del conocimiento, la esmeralda aún alienta el aprendizaje y agudiza la memoria.

En esta área, la esmeralda alivia una variedad de dolencias. Contribuyendo a fortalecer el sistema inmunológico, la piedra esmeralda juega por lo tanto un papel importante en los tratamientos. También se reconoce su acción calmante sobre el sistema digestivo. La piedra esmeralda también puede ayudar a despejar el hígado y el páncreas. El poder de esta piedra aún puede verse en su acción sobre las perturbaciones visuales. Las personas que son propensas a ataques nerviosos y las que tienen niveles anormales de azúcar en la sangre también pueden encontrar alivio al usar esta piedra. Todavía puede proteger las articulaciones y preservar la columna vertebral. También es conocido por su acción sobre los trastornos cardíacos o las manifestaciones de endurecimiento de los tejidos. En general, esta piedra, que permite una mejor recuperación de las facultades físicas, se recomienda para los convalecientes.