Cuatro años después, el químico alemán Martin Heinrich Klaproth descubrió el mismo tipo de mineral que el reverendo William Gregor. Decidió entonces analizar las propiedades químicas de esta categoría de metal. Fue entonces cuando comenzó a notar la presencia de un metal desconocido al que llamó Titanio en referencia a los creadores de la mitología griega, los titanes. Pero el aislamiento del metal solo ocurrió en 1825 gracias al químico Berzelius. Un siglo después de su descubrimiento, el mineral comenzó a ser explotado industrialmente. El científico luxemburgués Wilhelm Justin Kroll inició este movimiento. De hecho, gracias a sus investigaciones logró producir Titanio después de utilizar magnesio como elemento reductor.