
Características del Trigo
- Nombre: Trigo
- Reino: Plantae
- Subreino: Tracheobionta
- División: Magnoliophyta
- Clase: Liliopsida
- Subclase: Commelinidae
- Orden: Cyperales
- Familia: Poaceae
- Subfamilia:Pooideae
- Género: Triticum
- Especie: –
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El trigo o Triticum constituye un género de plantas perteneciente a la familia de las Poaceae.
Es uno de los alimentos más consumidos debido a sus valores nutricionales y sus numerosos beneficios.
Su producción mundial, que alcanzó 780 millones de toneladas en 2021, lo convierte en el tercer cereal en términos de cosecha.
Actualmente, la mayoría de las grandes potencias económicas son sus principales productores: China, India, Estados Unidos y Rusia.
El trigo tiene generalmente una altura entre 0,6 y 1 m. El tallo está constituido por una sucesión de nudos y entrenudos huecos. La vaina de las hojas está desprovista de pelos o cubierta de vello. El limbo es plano. Su longitud varía de 10 a 60 cm, y su anchura es de 10 a 15 mm. En la unión de la vaina foliar y el limbo se yergue una corta lengüeta membranosa de aproximadamente 1 mm.
La inflorescencia reposa sobre la hoja situada en la cima de la planta, llamada hoja bandera. Es una espiga recta u oblonga, simple y bilateral. Su longitud es de 5 a 18 cm. Las espiguillas que la componen miden de 10 a 15 mm de largo y de 9 a 18 mm de ancho. Contienen un promedio de solo dos a cuatro flores. Dos glumas, de 6 a 11 m de largo, envuelven las espiguillas. Tienen forma ovalada y una textura de cuero.
El fruto es seco. Contiene una semilla. Indehiscente, no se abre por sí mismo una vez maduro. Su longitud es de 5 a 7 mm.
El pericarpio da una semilla de color parduzco. De 6 mm de largo, tiene forma ovalada. Un surco lo recorre por el medio y lo divide en dos partes más o menos iguales. Su peso varía según las condiciones climáticas y las enfermedades que puedan afectarlo. Comprende: una envoltura, una almendra harinosa (albumen) y un germen. Gracias a la capa proteica, la envoltura y la almendra se adhieren firmemente, y es difícil separarlas. Así, la semilla es indehiscente, ya que no se abre naturalmente al madurar. El germen, por su parte, constituye solo el 2,5 a 3% de su peso. Sin embargo, asegura la reproducción de la especie.
El trigo es moderadamente calórico. Los carbohidratos, las proteínas y las fibras son los principales elementos que lo componen. También contiene hierro, fósforo, vitamina B1, vitamina B2, vitamina B3, vitamina B5, vitamina B9, magnesio, manganeso y zinc.
Este alimento contiene compuestos fenólicos antioxidantes como flavonoides y ácidos fenólicos. Estos son especialmente activos en productos fabricados a partir de trigo integral. Los carotenoides también poseen una fuerte capacidad antioxidante. En particular, los alquilresorcinoles contenidos en este cereal son a la vez antioxidantes y anticancerígenos.
Entre los tipos de ácidos grasos, predominan los poliinsaturados (62,3%) y los monoinsaturados (16,8%).
Por otro lado, este cereal no contiene lactosa. Además, es adecuado para las personas que adoptan una dieta vegetariana.
Elementos | Cantidad media por 100 g |
Energía | 149 kcal |
Agua | 62 g |
Proteínas | 5,5 g |
Carbohidratos | 27 g |
Lípidos | 1 g |
Fibras | 3,8 g |
Zinc | 0,71 mg |
Sodio | < 5 mg |
Selenio | < 20 μg |
Potasio | 99 mg |
Yodo | < 20 μg |
Magnesio | 28 mg |
Manganeso | 0,8 mg |
Fósforo | 96 mg |
Hierro | 0,78 mg |
Cobre | 0,17 mg |
Cloruro | < 20 mg |
Calcio | 21 mg |
Beta caroteno | < 5 μg |
Vitamina E | < 80 μg |
Vitamina C | < 0,5 μg |
Vitamina B1 | 61 μg |
Vitamina B2 | 10 μg |
Vitamina B3 | 260 μg |
Vitamina B5 | 290 μg |
Vitamina B6 | 52 μg |
Vitamina B9 | 10,2 μg |
Los beneficios del trigo son múltiples y afectan a varios metabolismos del organismo.
Por su riqueza en fibras alimentarias solubles, especialmente en su germen, el trigo juega un papel esencial a nivel intestinal. También contribuye a la disminución del riesgo de contraer cáncer de colon, a la protección del sistema cardiovascular y al tratamiento de la diabetes tipo 2. Las fibras son conocidas por estimular la sensación de saciedad, de ahí su importancia durante las dietas de adelgazamiento.
El trigo es uno de los alimentos más ricos en fitoesteroles. Estos últimos intervienen en la eliminación del “colesterol malo” (LDL) en la sangre. Los estudios muestran que un consumo diario de 2 g de fitoesteroles reduce la proporción de colesterol-LDL en un 10%.
Este cereal es notable por su contenido de fósforo. Este elemento es, después del calcio, el más presente en el cuerpo humano. Por lo tanto, es importante para la salud de los huesos y los dientes. Además, equilibra el potencial de hidrógeno (pH) de la sangre para que permanezca normal. El fósforo forma parte de los componentes de las membranas celulares y también contribuye al crecimiento de los tejidos.
La cantidad de magnesio es beneficiosa para la salud. En efecto, este también actúa sobre el crecimiento de los huesos y la salud dental. Favorece la formación de proteínas, la secreción de enzimas, la contracción de los músculos y la producción de energía. Por otra parte, refuerza el sistema inmunitario y fluidifica los mecanismos del sistema nervioso.
El potasio regula el pH de la sangre. Ayuda al estómago a producir ácido clorhídrico que interviene en el proceso digestivo. Su acción también abarca la contracción muscular y el buen funcionamiento del sistema nervioso.
El hierro es un elemento esencial del cuerpo humano, ya que cada célula contiene algo. Al participar en la formación de los glóbulos rojos, favorece el transporte de oxígeno en la sangre. Facilita la secreción de hormonas. Su papel en la composición de los neurotransmisores le confiere una importancia particular a nivel del sistema nervioso. La absorción del hierro de origen vegetal se favorece por el consumo simultáneo de un alimento rico en vitamina C.
El zinc refuerza las defensas del organismo. Acelera la cicatrización y regula la secreción de hormonas tiroideas y sexuales. Interviene en la formación de la insulina del páncreas.
El manganeso, además de su acción antioxidante, ayuda a la secreción de diferentes enzimas.
La acción del cobre afecta a los glóbulos rojos de la sangre y a las proteínas que estructuran y reparan los tejidos.
El selenio es un antioxidante en la medida en que impide la formación de radicales libres. Permite la acción de las enzimas tiroideas.
La vitamina E es un protector de las células. Aumenta la capacidad del cuerpo para defenderse a través de su acción sobre los glóbulos blancos y los glóbulos rojos.
La vitamina K participa en la coagulación de la sangre, a veces para favorecerla, a veces para impedirla. Interviene, por otra parte, en el desarrollo óseo.
La vitamina B1 (tiamina) ayuda a la producción de energía a través de los alimentos ricos en carbohidratos. Esta interviene durante la digestión y la transmisión de los mensajes nerviosos. Estimula el crecimiento.
La vitamina B2 (riboflavina) favorece también la producción de energía. Por otra parte, permite la formación de los glóbulos rojos, la reparación de los tejidos y la secreción de hormonas.
La vitamina B3 (niacina) se centra en la producción de energía. Interviene en la construcción del material genético así como en el crecimiento.
La vitamina B5 (ácido pantoténico), por el contrario, permite una buena utilización de la energía producida. Participa en la renovación de las células y de las mucosas, y en la transmisión neuronal. Estimula la síntesis de las hormonas esteroideas que regulan el nivel de estrés.
La vitamina B6 (piridoxina) actúa sobre la formación de la hemoglobina. Instaura y restablece el equilibrio hormonal. Su acción permite luchar contra la fatiga y reforzar la inmunidad.
La vitamina B9 (ácido fólico) es crucial para la mujer embarazada. Impide la malformación a nivel del sistema nervioso. Subsecuentemente, previene los problemas relacionados con el crecimiento del cerebro y de la médula espinal.
De manera general, es raro comprar el Triticum en su forma natural. Los consumidores compran directamente los productos manufacturados a base de trigo en bolsa o a granel: las pastas, la harina, el bulgur, la sémola, las galletas, etc. Es preferible conservar estos cereales en el refrigerador después de esto.
En esta sección, aprenda a preparar dos grandes platos a base de trigo: el cuscús y las pastas.
En una ensaladera, vierta el cuscús. Añada algunas pizcas de sal y un chorrito de aceite y agua para cubrir el conjunto. Una vez que el agua está completamente absorbida, mezcle con la ayuda de una espátula de madera, luego separe los granos manualmente. Por tres veces, cueza al vapor durante 20 minutos. Al final, deje que se derrita un trozo de mantequilla y mezcle.
Para acompañarlo, corte los nabos, las zanahorias y los tomates en dados. Añada tres cucharadas soperas de aceite de oliva en una olla a presión y dore los trozos de pollo. Luego, vierta un litro de agua. Utilice un cubo de caldo de carne, tomate concentrado en lata y especias concebidas especialmente para el cuscús. La cocción dura unos treinta minutos.
Las salchichas merguez pueden ser fritas o asadas, pero no deben cocinarse con las verduras y el pollo.
Para empezar, haga hervir agua en una cacerola. Una vez en ebullición, añada sal. Vierta las pastas, y remueva constantemente durante 7 a 10 minutos, según sus preferencias. Al final, escurra, mezcle en la salsa de su elección (boloñesa, carbonara…). Para deleitar su paladar, no olvide los trozos de carne, de pollo, las migas de gambas o de atún, las especias y las hierbas.
El trigo fue parte de las primeras especies cultivadas durante la sedentarización del Hombre, en 10.000 a. C. a principios del Neolítico. Era cocido, luego tostado, triturado antes de convertirse en tortitas. Actualmente, este cereal sigue presente en la alimentación en forma de pastas, pan, galletas, sémolas, etc.
La llegada del trigo al continente americano data solo del siglo XVI, en 1523. Un africano cercano al famoso conquistador español Fernando Cortés notó algunas semillas en su bolsa. Decidió plantarlas en su dominio, a pocos kilómetros de México.
Hasta el siglo XVIII, solo la franja rica de la población (10%) podía consumir trigo debido a su precio. Este último resulta del tiempo requerido para la producción. En efecto, había que trabajar aproximadamente medio día para obtener un kilogramo. En Francia, una gran mayoría de la población consideraba el tranquillón, una mezcla de cereales, como alimento básico. Las hambrunas eran frecuentes. Los precios comenzaron a bajar a partir del siglo XVIII. Los progresos tecnológicos de los siglos XIX y XX permitieron una mecanización de la agricultura. El uso de tractores se extendió poco a poco en todas las capas de la población. En 1950, la invención de las cosechadoras, por ejemplo, facilitó la cosecha.
Hoy en día, el trigo sigue siendo el centro de la alimentación humana en Europa, América, China, Oriente Medio y África septentrional.
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