
Características del Soda
- Nombre : Soda
- Reino : Plantae
- Subreino : –
- División : –
- Clase : –
- Subclase : –
- Orden : –
- Suborden : –
- Familia : –
- Subfamilia : –
- Género : –
- Especie : –
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El refresco es una bebida apreciada por su frescor y sus múltiples sabores. Si bien era conocido principalmente por ser un concentrado de azúcares, las composiciones actuales tienden a ofrecer variantes más saludables. Contienen frutas, plantas y otros ingredientes nutritivos.
En general, el término “refresco” se refiere a una bebida carbonatada, azucarada y aromatizada. Todo ello presenta ventajas refrescantes y que calman la sed. Como no contiene alcohol, está clasificado en la categoría de soft drinks. Los refrescos de cola y con cafeína siguen siendo los más populares, seguidos por las limonadas a base de limón. Otras variantes se preparan con diferentes tipos de frutas. Esta categoría también tiene en cuenta las bebidas energéticas gaseosas.
Actualmente, el refresco se está reinventando y propone nuevas fórmulas naturales. Este es el caso del kombucha, una bebida burbujeante de té, y del kéfir de frutas. Ambos resultan de un proceso de fermentación gracias a cepas microbianas. Se trata de una alternativa más saludable a las bebidas carbonatadas y azucaradas clásicas.
Tres ingredientes son suficientes para elaborar un refresco: agua con gas (carbonatada o naturalmente burbujeante), azúcar y aromas. Según las preferencias, es posible preparar la bebida uno mismo.
El agua representa el 90% de la bebida. En las variantes sin azúcar añadido, la proporción puede aumentar. Se incorpora gas carbónico para crear las pequeñas burbujas. En otras preparaciones, se emplea el bicarbonato de sodio con el mismo fin. El efecto burbujeante también se puede obtener gracias a los probióticos y a la fermentación.
El azúcar constituye aproximadamente el 10% de la bebida. Puede provenir de diferentes fuentes como la sacarosa. Se trata del azúcar blanco comúnmente utilizado, en forma cristalizada o en jarabe. La fructosa es otro agente edulcorante, que se encuentra naturalmente en las frutas. También puede ser recogido después de la hidrólisis del almidón.
Los refrescos light no contienen azúcar. Este se reemplaza por edulcorantes como el aspartamo y la stevia (natural), menos calóricos. Sin embargo, sus efectos sobre la salud deben tenerse en consideración.
Para ofrecer una amplia variedad de sabores a los consumidores, esta bebida, además de ser azucarada, está aromatizada. Para ello, los ingredientes utilizados son:
En las bebidas energéticas, pueden incorporarse sustancias activas como el guaraná y la cafeína.
En la fabricación industrial del refresco a gran escala, pueden incorporarse aditivos alimentarios. Estos permiten una mejor conservación de las bebidas al tiempo que mejoran sus cualidades gustativas (sabor y olor) y visuales (color). Estos productos representan aproximadamente el 0,25% de la mezcla. En cambio, las fórmulas orgánicas y las preparaciones caseras están, generalmente, exentas de aditivos.
Los valores nutricionales del refresco dependen ante todo de su composición. Las recetas clásicas solo contienen azúcar y sodio. Por esta razón, las bebidas de este tipo están clasificadas entre los alimentos “de calorías vacías”.
Tipo de producto (100 ml) | Calorías (kcal) | Azúcares (g) | Sodio (mg) |
Refresco de cola clásico | 41,8 | 10,2 | 6,71 |
Cola light (con edulcorantes) | 1,3 | 0,11 | 9,88 |
Refresco de frutas | 46 | 9,74 | 9,73 |
Las bebidas orgánicas contienen muchos más elementos nutritivos provenientes de las frutas. Estas proporcionan diferentes vitaminas, como el ácido ascórbico. Está presente sobre todo en los cítricos.
Según un estudio realizado sobre poco más de 3.000 bebidas de la categoría de refrescos, he aquí una revisión detallada de sus valores nutricionales.
Componentes | Cantidad media por 100 g o 100 ml |
Energía | 27 kcal o 114 kJ |
Carbohidratos de los cuales – azúcares – fibras | 6,65 g 6,47 g 0,043 g |
Proteínas | 0,053 g |
Lípidos de los cuales – ácidos grasos saturados | 0,04 g 0,009 g |
Sodio | 0,013 g |
Alcohol | 0,023 % |
Vitamina A (retinol) | 0,022 mg |
Vitamina C (ácido ascórbico) | 9,57 mg |
Vitamina B3 | 6,83 mg |
Vitamina B5 (ácido pantoténico) | 2,47 mg |
Vitamina B6 (piridoxina) | 0,985 mg |
Vitamina B12 (cobalamina) | 0,001 85 mg |
Potasio | 15,1 mg |
Calcio | 4,29 mg |
Hierro | 0,022 mg |
Cafeína | 24,8 mg |
Frutas y verduras | 10,8 % |
El análisis de la composición de 100 g de kombucha también muestra una diversidad de minerales como potasio (7,7 mg), calcio (5,7 mg) y magnesio (1,5 mg). También contiene vitaminas. Lo mismo ocurre con el kéfir de frutas. Además, estas bebidas naturales contienen bacterias útiles para la salud.
Como cualquier bebida higiénica, el refresco ayuda a satisfacer las necesidades de agua del cuerpo. Mucho más que un simple estimulante de las papilas, las finas burbujas aportan diferentes ventajas para la salud. En función de los ingredientes utilizados, esta bebida proporciona otros beneficios al organismo.
Una buena hidratación contribuye a mantener la salud del organismo. Si el agua sin gas puede parecer sin sabor, el agua con gas constituye una alternativa atractiva para un amplio abanico de personas. Este es el caso del refresco, pues además, proporciona un placer gustativo gracias a su lado burbujeante. Sin embargo, esta bebida no puede considerarse como un sustituto permanente del agua, debido a su contenido de azúcares.
Las personas que desean mantener su peso pueden encontrar una ventaja al tomar bebidas burbujeantes antes de las comidas. El agua llena fácilmente el estómago y las burbujas ocupan más espacio. Una sensación de saciedad sobreviene entonces rápidamente.
Al consumir refrescos, es importante vigilar atentamente el aporte de azúcar y sodio, para respetar las directrices nutricionales recomendadas en el marco de un régimen alimenticio. Esto evita los excesos calóricos y las eventuales consecuencias nefastas de estos elementos sobre la salud.
Las aguas con gas pueden contener bicarbonato de sodio. Este ayuda a atenuar los trastornos digestivos como el estreñimiento. Las aguas gaseosas a veces contienen sulfatos, que les confieren propiedades diuréticas y laxantes.
En personas sensibles, los gases pueden provocar hinchazón. Por lo tanto, se aconseja consumir solo un volumen razonable de bebidas burbujeantes.
Los refrescos de frutas o de plantas son una forma estratégica de apreciar las virtudes de estos alimentos. Aunque estén disponibles en pequeña cantidad, aportan su lote de nutrientes y beneficios en provecho del organismo.
Esta virtud concierne únicamente a los refrescos naturales obtenidos por fermentación microbiana (kombucha y kéfir de frutas). Las bacterias y levaduras contenidas en estas bebidas vienen a reforzar y equilibrar la microbiota intestinal. También juegan un papel en la mejora del entorno digestivo. Estas diferentes acciones tienen repercusiones positivas sobre el sistema inmunitario, sobre la gestión del peso y sobre la regulación sanguínea.
Los refrescos están disponibles en una amplia variedad de bebidas. Para promover la salud, es importante leer las etiquetas y tener en cuenta la composición de cada botella.
El primer criterio a analizar es el nivel de azúcar. Este es rápidamente absorbido por el organismo ya que se proporciona en forma líquida. Representa una cantidad de calorías no despreciable que repercute en el aumento de peso. Además, el exceso de azúcar impacta negativamente en la glucemia y aumenta los riesgos de diabetes tipo 2. Según las recomendaciones de la OMS, el aporte diario se revisa a 25 g por día. Sin embargo, en ciertas fórmulas, este valor es ampliamente superado. Se muestra a más de 30 g para una lata de 33 cl.
Además del azúcar, estas bebidas denotan un alto contenido en sodio, un mineral asociado a la hipertensión arterial y a la retención de agua.
Frente a las consecuencias negativas del azúcar, los refrescos light pueden constituir una alternativa de primera elección. El azúcar es sustituido por los edulcorantes calificados como “falsos azúcares”. Si bien estos prometen un bajo aporte calórico, las investigaciones muestran que deterioran la flora intestinal. Eventualmente pueden inducir trastornos de asimilación de la glucosa y de los azúcares en general. Más aún, estimularían el apetito favoreciendo el consumo de alimentos azucarados.
La mejor manera de apreciar el refresco es priorizar los productos naturales, como las preparaciones caseras y las bebidas certificadas orgánicas. Es suficiente mezclar agua con gas con rodajas de cítricos, con frutas rojas o con plantas aromáticas. Conviene después dosificar bien la cantidad de azúcar para cada botella. También tiene la posibilidad de añadir jarabe de agave o miel para evitar los inconvenientes de la sacarosa.
Además de constituir una bebida refrescante, el refresco puede utilizarse de diferentes maneras en la cocina. Puede servir para la preparación de helados y granizados. Esta bebida también se encuentra en recetas saladas. Notablemente, se mezcla con salsa de soja para marinar el pollo. La carne se vuelve más suculenta y más tierna.
Aunque el refresco puede contribuir a la hidratación, no debe convertirse por ello en una fuente significativa de calorías para el organismo. Esta recomendación también es válida para los jugos de frutas azucarados. De este modo, es importante medir la cantidad consumida.
Un estudio del Inserm ha permitido comprender las consecuencias nefastas del consumo diario de una lata de refresco de 33 cl sobre el hígado. Idealmente, este tipo de bebida debería tomarse de manera ocasional. Al optar por un consumo moderado, los efectos nocivos sobre la salud se reducen. Estos últimos se aminoran aún más cuando el nivel de azúcar contenido es bajo.
El refresco fue creado tras la invención del agua con gas en 1770 por Joseph Priestley, un polímata británico. La técnica utilizada fue perfeccionada por Johan Jacob Schweppe en 1780. Permitió fabricar una bebida azucarada y burbujeante bajo la marca Schweppes. Esta marca es hoy considerada como la primera fábrica de refrescos del mundo. El uso del bicarbonato de sodio, cuyo nombre en inglés americano es baking soda, ha jugado un papel dinámico en la historia de esta célebre bebida.
En 1885, John Pemberton, un farmacéutico estadounidense, crea el French Wine Coca, una bebida a base de hojas de coca y de nueces de cola. Alcoholizada, le había permitido aliviar sus heridas de guerra, como alternativa a la morfina. En 1886, el farmacéutico había elaborado una versión soft, el famoso Coca-Cola. Hasta el siglo XIX, la cola seguía siendo el ingrediente activo de esta bebida, reemplazado posteriormente por la cafeína. Inicialmente propuesta en farmacias como tónico, esta preparación rápidamente se convirtió en una bebida popular accesible para todos.
Se registran miles de tipos de refrescos a través del mundo en 2012, con aproximadamente 300 variantes en Francia. Para garantizar la salud de los consumidores, los ingredientes utilizados para su preparación deben ser evaluados por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (AFSA/AESA). Esta analiza la concentración de cada producto según la dosis diaria admisible (DDA). En Francia, este control es realizado por la Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria de la Alimentación, del Medio Ambiente y del Trabajo (Anses). Una vez verificadas las normas, las autoridades públicas entregan una aprobación.
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