
Características del puerro
- Nombre: Puerro
- Reino: Plantae
- Subreino: Tracheobionta
- División: Magnoliophyta
- Clase: Liliopsida
- Subclase: Liliidae
- Orden: Liliales
- Familia: Alliaceae
- Subfamilia:–
- Género: Allium
- Especie: Allium ampeloprasum
Rebajas de verano : ¡ -30% de descuento en todo el sitio ! |
El puerro es una planta herbácea perenne que florece gracias a sus pseudotallos. Es resultado de la domesticación del Allium ampeloprasum, o puerro perpetuo. Se distingue por sus largas hojas y por su tallo subterráneo muy apreciado en cocina.
El follaje de esta planta es plano, largo y dispuesto de manera opuesta. Muestra tonos que van del verde oscuro al verde amarillento. La base está constituida por un conjunto de hojas que forma el pseudotallo, comúnmente llamado “fuste”. La parte enterrada bajo tierra, de color blanco, es la más utilizada en cocina. Sus flores, de color blanco verdoso, se agrupan en umbelas. Generalmente aparecen durante el segundo año de crecimiento.
El puerro se desarrolla en un suelo fresco y profundo. Resulta ser una planta robusta, capaz de resistir los rigores del invierno. Es común recortar las hojas y las raíces para favorecer un crecimiento óptimo del fuste.
Su cosecha se efectúa habitualmente después de 5 a 7 meses de crecimiento. Para optimizar el tamaño del fuste, es necesario realizar un aporcado. Se trata de replegar la tierra alrededor de la base de los puerros. Estos últimos pueden dejarse en tierra para una conservación prolongada.
Entre las verduras aromáticas, esta se distingue por su sabor ligeramente dulce y suave. Contiene especialmente una cantidad considerable de minerales, entre ellos potasio, hierro, magnesio, fósforo, calcio y cobre. Además, contiene muy pocas calorías, con solo 35 kcal por 100 g. Esta combinación lo convierte en una opción de primer orden para quienes buscan una alta densidad nutricional.
Esta verdura contiene numerosas vitaminas esenciales, especialmente las vitaminas A, B1, B2, B3, B9 (ácido fólico) y C. Estos nutrientes desempeñan un papel crucial en el metabolismo. Los estudios nutricionales sugieren que, gracias a estos elementos, puede contribuir a la prevención de ciertos tipos de cáncer.
Las fibras son un elemento clave de toda alimentación saludable, y las contenidas en el puerro no son una excepción. Su alto contenido hace del puerro un aliado importante en la regulación de la digestión. La acción sinérgica de las pectinas y las celulosas favorece y regulariza el funcionamiento del intestino.
Sus propiedades diuréticas y laxantes se atribuyen a componentes como los fructosanos, los carbohidratos específicos, el sodio y el potasio.
Las investigaciones han revelado que una alimentación basada en verduras pertenecientes a la familia de las Aliáceas podría prevenir el cáncer de músculos lisos. Sin embargo, los beneficios del puerro no terminan ahí.
Este alimento está lleno de fibras prebióticas que favorecen el crecimiento de bacterias útiles para los intestinos. Esta acción beneficiosa contribuye a mantener el buen funcionamiento del sistema digestivo, previniendo el estreñimiento.
Esta verdura es reconocida por su bajo contenido calórico, siendo a la vez muy saciante. Actúa absorbiendo agua, aumentando así el volumen del bolo alimenticio gracias a las fibras. Esta correlación induce una sensación de saciedad duradera. Este proceso es útil para prevenir el picoteo entre comidas.
Compuesto en gran parte por agua, el puerro posee propiedades diuréticas, lo que significa que favorece la eliminación de toxinas estimulando la micción. Se recomienda a aquellos que quieren realizar una cura detox.
El puerro, aunque no contiene mucha alicina, posee propiedades antibióticas beneficiosas para la salud. Estudios han demostrado que este componente ayuda a reducir la producción de colesterol malo en la sangre, inhibiendo las enzimas dañinas para el organismo. Esta acción contribuye a mantener el buen funcionamiento del sistema cardiovascular.
Los puerros son ricos en vitaminas y minerales que ayudan a regular la presión arterial. Además, este alimento contiene polifenoles, antioxidantes que eliminan los radicales libres, responsables de las enfermedades crónicas y del envejecimiento celular precoz.
En resumen, después de la cocción, encontramos estos elementos en el puerro:
Para esta misma porción, el valor calórico es de 0,25 kcal.
Esta verdura con múltiples aplicaciones culinarias requiere una atención particular durante su compra. Esto es necesario para asegurarse de que sea de la mejor calidad. Existen dos tipos:
Cuando vaya al mercado o al supermercado para comprarlos, hay algunos elementos clave a tener en cuenta. Elija un espécimen cuyo tallo sea carnoso, erguido y firme. La parte blanca debería brillar, sin la menor mancha pardusca. Sus hojas deben ser de un verde brillante, sin signos de marchitamiento, amarilleo o desecación. Estos criterios ayudan a reconocer los puerros de calidad superior.
Luego, su almacenamiento debe hacerse de manera apropiada para prolongar su frescura. Consérvelo a baja temperatura, con una humedad más o menos elevada. Este método permite mantenerlo en buen estado durante 2 a 3 meses, aunque sus hojas amarilleen. Para una conservación a largo plazo, corte los puerros en rodajas y escáldelos brevemente en agua hirviendo antes de congelarlos.
El primer paso esencial en la preparación de esta verdura es limpiarla correctamente. Comience por quitar la primera capa y corte la raíz. Luego, divídalo en cuatro, teniendo cuidado de partir desde la cola y detenerse a mitad de altura de la parte blanca. Lávelo abundantemente para eliminar cualquier rastro de tierra.
Después puede cortarlo en rodajas o en diagonal. En el sentido de la longitud, córtelo en trozos y píquelo para obtener julianas. Como la parte verde del puerro es más fibrosa que la blanca, es preferible cortarla finamente. Este método es crucial si planea incorporarlo en sus platos. Las hojas se conservan para otros platos, como los caldos por ejemplo.
Ahora que los puerros están listos para ser cocinados, existen varias formas de realzarlos. Las plantas jóvenes pueden degustarse crudas, separadas en anillos. También es posible una cocción al vapor, con un ligero toque de vinagreta para una entrada sana y sabrosa. En los desayunos, se incorporan a las tortillas.
El puerro también acompaña diversas preparaciones: pastas, ramilletes de hierbas, barbacoa y sopas.
Aunque este alimento aporta sabor a los platos, ciertas precauciones de uso deben tomarse. Es posible una intolerancia, aunque este caso es bastante raro.
Algunas personas alérgicas a otras verduras de la familia de las Aliáceas, como el ajo, el cebollino, la cebolla, son más susceptibles de tener reacciones al puerro. Un alérgeno común a esta familia podría ser la causa. Así, en caso de sensibilidad a uno de estos elementos, la prudencia es necesaria. Asegúrese de consultar a un alergólogo si es necesario.
Las personas que sufren de litiasis urinaria pueden verse obligadas a seguir una dieta limitada en oxalatos con el fin de prevenir la recaída. Estas moléculas están presentes en este alimento. Por consiguiente, su consumo está desaconsejado para estas personas, con el riesgo de favorecer la formación de nuevos cálculos urinarios.
El término “puerro” como tal entró en la lengua francesa en 1268. Se trata en realidad de una alteración de la palabra “porreau”, que antiguamente se utilizaba para designar esta verdura. Esta denominación sigue empleándose en algunas zonas rurales francesas. En la Edad Media, una sopa de puerros se llamaba tradicionalmente “porée”.
Este alimento ocupa un lugar especial en la historia de Gales, donde se ha convertido en un emblema nacional. Durante una memorable batalla, los galeses tuvieron la ingeniosa idea de insertar esta verdura en su sombrero para reconocerse en el campo de batalla. Esta práctica fue iniciada por un cierto obispo de la Iglesia celta, que posteriormente se convertiría en San David. Más tarde, el 1 de marzo, día de San David, el santo patrón de Gales, se celebra llevando un puerro en homenaje a esta tradición.
Esta planta proviene inicialmente de Oriente Medio y del Suroeste asiático, donde habría sido cultivada milenios antes de nuestra era. Los griegos y romanos contribuyeron posteriormente a su difusión por Europa. Se cuenta que Nerón, el notorio emperador romano, era aficionado a ella y la consumía regularmente para preservar la calidad de su voz. Por esta razón, fue apodado el “porrophage” o “comedor de puerros”. Todavía en Europa, su cultivo se ha concentrado principalmente en el oeste y el centro. Hoy en día, Francia y Bélgica son los principales países productores, proporcionando por sí solos la mitad de la producción consumida en el continente.
En un principio, el puerro era una planta de bulbos, similar a la cebolla y al ajo. Sin embargo, con el tiempo, bajo el impulso de jardineros y cultivadores, sufrió una transformación. Trabajaron en la reducción del tamaño de su parte subterránea favoreciendo a la vez el alargamiento de su parte blanca. Esta evolución dio origen al puerro que conocemos hoy, caracterizado por su tallo blanco y su sabor delicado.
A pesar de los indicios previamente enumerados que apuntan hacia Oriente Medio, el origen geográfico de esta verdura sigue siendo incierto. Los detalles precisos de su aparición permanecen confusos. Sin embargo, hay rastros de su cultivo que se remontan al antiguo Egipto, donde tenía un significado particular. El faraón Keops, célebre por la construcción de la gran pirámide de Giza, consideraba al puerro como un símbolo de victoria. Lo ofrecía generosamente a sus guerreros más valientes.
Sus orígenes evocan historias de descubrimientos e intercambios entre los pueblos de la Antigüedad.
a partir de 49€
Hecho en España
Disponible, 7 días a la semana
Dentro de 14 días, satisfecho o reembolsado
PayPal, tarjeta de crédito, Visa, Mastercard, transferencia bancaria
4x sin intereses desde 30€ de compra con PayPal