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Proteína de soja texturizada

Características de la Proteína de soja texturizada

  • Nombre : Proteína de soja texturizada
  • Reino : Plantae
  • Subreino : Tracheobionta
  • División : Magnoliophyta
  • Clase : Magnoliopsida
  • Subclase : Rosidae
  • Orden : Fabales
  • Suborden :
  • Familia : Fabaceae
  • Subfamilia : Faboideae
  • Género : Glycine
  • Especie : Glycine max

Todo lo que debes saber sobre la proteína de soja texturizada: sus características, composición, beneficios, preparación y origen

La proteína de soja texturizada, conocida bajo las siglas PST, es un producto derivado de la soja, una legumbre rica en proteínas. Se utiliza a menudo como sustituto de la carne en numerosas preparaciones alimentarias, especialmente en platos vegetarianos y veganos. Se puede encontrar en diferentes formas: en copos, en gránulos o en trozos.

Descripción de la proteína de soja texturizada

La PST es un producto alimenticio procedente de la soja o Glycine max, más precisamente del haba de la planta. Esta legumbre se distingue por su bajo contenido natural en ácidos grasos saturados y por su alto nivel de proteínas. Es la fuente de numerosos productos derivados como el tofu, el tempeh, la leche de soja o la harina de soja. 

La PST procede del procesamiento de esta última, de la que previamente se ha extraído la grasa. Este polvo se somete a una extrusión en frío para solidificarlo. Este proceso implica la formación de una pasta, a partir de harina y agua, que luego se prensa en una máquina específica. Su forma depende de la manera en que se corta la masa: en trozos, en gránulos, picada, en forma de filete, etc. 

La PST presenta una estructura fibrosa y una textura similar a la de la carne. Debido a estas características, se utiliza a menudo como sustituto de esta proteína animal en numerosos platos.

Esta proteína vegetal es la primera de una larga serie. Los avances tecnológicos han permitido la explotación de otras semillas como el guisante, el trigo, la avena e incluso fibras como el algodón.

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Composición y valor nutricional de la proteína de soja texturizada

La PST es adecuada para el estilo de vida vegano o para personas que siguen una dieta sin carne. Así, una porción de 100 g contiene: 

  • 150 kcal;
  • 62,8 g de agua;
  • 20,4 g de proteínas;
  • 7,03 g de carbohidratos;
  • 5,61 g de fibra alimentaria;
  • 2,9 g de lípidos;
  • 800 mg de potasio.

Este alimento se distingue por la ausencia de grasas malas como el colesterol y los ácidos grasos saturados.

Beneficios de la proteína de soja texturizada 

Además de su papel como proteína vegetal, la PST muestra otros beneficios notables para la salud. 

Prevención de enfermedades cardiovasculares

Al estar libre de grasas saturadas, este sustituto de la carne es un buen regulador de los niveles de colesterol y de la presión sanguínea. Esta función le permite combatir las enfermedades cardíacas.

Buena alternativa a la proteína animal

La calidad de las proteínas contenidas en la PST se considera de alto nivel. En efecto, éstas contienen los aminoácidos que el cuerpo humano necesita pero que es incapaz de secretar por sí mismo. Además, este alimento contiene una reserva considerable de diferentes minerales (magnesio, zinc y calcio) y vitaminas del grupo B. Éstos son útiles para equilibrar la alimentación, especialmente para personas veganas o vegetarianas.

Aliada de los deportistas

La proteína de soja texturizada es uno de los mejores productos naturales para consumir para desarrollar los músculos. Favorece el desarrollo de masa muscular magra. Además, la soja es reconocida por su capacidad para fortalecer los huesos.

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Elección de la proteína de soja texturizada

La PST comercializada se presenta en dos tipos: regular y orgánica. Esta última está fabricada a base de plantas procedentes de la agricultura ecológica. Se considera más saludable ya que no contiene ningún producto químico. 

Al comprarla, hay que tener en cuenta algunas características. En primer lugar, lea bien la información mencionada en el paquete. Privilegie los productos sin conservantes, colorantes y aromas industriales. Asimismo, opte por aquellos que muestren un alto contenido en proteínas y que estén menos cargados de grasas saturadas.

Además, la elección de la textura depende del uso que vaya a darle. Si piensa preparar sopas o salsas, se recomienda que opte por PST fina. En cambio, los trozos más grandes están destinados a platos más consistentes, como las hamburguesas.

La conservación de este tipo de producto se hace idealmente en un recipiente hermético, en un lugar seco y fresco. También, asegúrese de consumirlo antes de la fecha de caducidad.

Preparación y consumo de la proteína de soja texturizada

La PST es un sustituto de la carne apreciado por los vegetarianos, que requiere sin embargo algunas etapas de preparación. 

Preparación

Esta proteína vegetal debe rehidratarse antes de cualquier cocción. Para ello, basta con colocarla en un recipiente y verter, ya sea agua caliente o caldo vegetal. Es necesario un tiempo de reposo de 10 a 15 minutos para que pueda absorber el agua. Una vez que se hincha y su textura se vuelve tierna, puede pasar al escurrido.

Ideas de recetas

En la cocina, esta proteína vegetal se integra en platos variados como estofados, sopas y hamburguesas. Aquí hay algunas recetas fáciles de realizar con este producto: 

  • Boloñesa vegetal: saltear cebollas y ajo en un chorrito de aceite de oliva. Añadir la proteína de soja previamente cocida, salar y pimentar. Verter la salsa de tomate y finalmente la pasta.
  • Pimiento relleno: saltear verduras a elección en una sartén, luego incorporar la PST con una pizca de sal y pimienta. Poner el relleno en pimientos cortados por la mitad y cocinar en el horno durante 20 min a 180 °C.
  • Chili vegetal: saltear cebollas, ajo, pimiento y chile en aceite de oliva. Verter 125 g de proteínas de soja cocidas, especias, salsa de tomate, frijoles rojos y maíz, luego dejar cocer a fuego lento. Terminar con cilantro y limón, y servir todo con arroz cocido.

Debido a su sabor relativamente neutro, la PST debe estar bien condimentada. Entre las especias que la acompañan perfectamente se encuentran el ajo, el pimentón o la pimienta negra. El tomillo o el romero también pueden añadir un agradable toque herbáceo. Diversas salsas también son adecuadas: barbacoa, Worcestershire o soja.

Historia y origen de la proteína de soja texturizada

El origen geográfico de la especie Glycine max es incierto, pero según la historia, habría sido domesticada en Asia oriental durante el Neolítico temprano. Además, su cultivo estuvo, durante mucho tiempo, exclusivamente dominado por los países de esta región. A partir del siglo XX, comenzó a internacionalizarse. Actualmente, Estados Unidos, Argentina, Brasil, India, Corea y China forman parte de los principales productores de esta planta. 

En 1950, las proteínas de soja texturizadas hicieron su aparición. Fueron elaboradas por Harald Chizuko Oshima, un científico japonés especializado en química alimentaria. En esta época, los habitantes de Japón aún sufrían las secuelas de la Segunda Guerra Mundial. Sus investigaciones se enfocaron entonces en la creación de una proteína asequible para satisfacer sus necesidades nutricionales.

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