
Características de la pera
- Nombre: Pera
- Reino: Plantae
- Subreino: Tracheobionta
- División: Magnoliophyta
- Clase: Magnoliopsida
- Subclase: Rosidae
- Orden: Rosales
- Suborden: –
- Familia: Rosaceae
- Subfamilia: Maloideae
- Género: Pyrus
- Especie: Pyrus communis
Fruto del peral, la pera tiene un sabor algo parecido al de la manzana. Generalmente consumida cruda, sirve a menudo de ingrediente para diversas recetas dulces y saladas gracias a su compatibilidad con carnes, otras frutas, etc. Más allá de su uso en cocina, está llena de virtudes para la salud.
La pera es una fruta de tipo pomacea. Es decir, contiene una parte de fruta verdadera que deriva del ovario y una parte de falso fruto, relacionada con el desarrollo del receptáculo.
El Pyrus communis es una planta que puede alcanzar 20 m de altura y que es capaz de vivir hasta dos siglos. Es de forma ovalada con una base ensanchada. De color variable, su piel a veces moteada de rojo puede ser verde o amarilla. La pulpa, granulosa, es jugosa según las variedades. En el centro de la misma se encuentran las semillas.
Las hojas del peral común están sostenidas por un pecíolo que puede alcanzar 5 cm de longitud. Las flores miden entre 2 y 3 cm de diámetro. Están agrupadas en umbelas, y éstas contienen entre una y doce. Son melíferas, atraen a las abejas, aunque su olor es desagradable para el ser humano.
Existe una multitud de variedades de peras en el mundo, entre las principales se incluyen:
En Europa, las variedades de pulpa tierna son las más cultivadas.
La pera no es particularmente rica en valor energético. En efecto, 100 g de esta fruta aportan entre 50 y 60 kcal. Además, este alimento posee una carga glucémica baja y un poder antioxidante extremadamente elevado. Estos son los principales elementos encontrados en su interior:
La pera también contiene vitaminas y minerales, cuyas cantidades se presentan en la tabla a continuación:
Vitaminas | Provitamina A | 0,014 mg |
Vitamina C | 4,62 mg | |
Vitamina E | 0,41 mg | |
Vitamina B1 | 0,015 mg | |
Vitamina B2 | 0,021 mg | |
Vitamina B3 | 0,23 mg | |
Vitamina B5 | 0,06 mg | |
Vitamina B6 | 0,022 mg | |
Vitamina B9 | 0,011 mg | |
Vitamina K1 | 0,004 mg | |
Minerales | Calcio | 6,46 mg |
Fósforo | 15,4 mg | |
Magnesio | 8,23 mg | |
Potasio | 132 mg | |
Hierro | 0,072 mg | |
Cobre | 0,071 mg | |
Zinc | 0,097 mg | |
Manganeso | 0,03 mg | |
Yodo | 0,0004 mg | |
Sodio | 1,8 mg | |
Selenio | < 0,01 mg | |
Cloro | 61 mg |
El fruto del Pyrus communis contiene también ácido palmítico, ácido esteárico y ácido oleico. La cantidad de estos ácidos grasos es respectivamente del orden de 48 mg, 9,3 mg y 17 mg.
La pera es una gran fuente de fibras alimentarias. Estas últimas participan en la regulación del tránsito intestinal y previenen las enfermedades cardiovasculares. Una parte de estos elementos, aproximadamente dos tercios de la cantidad total, son insolubles. La piel de la fruta es su cuna. Cuando se añade a una dieta rica en colesterol, puede limitar el aumento de los lípidos circulantes en la sangre. Al mismo tiempo, la tasa de antioxidantes presentes en el organismo se amplifica. Estos se definen como un conjunto de compuestos fenólicos que permiten luchar contra diversos tipos de cánceres y otras enfermedades relacionadas con el corazón. Sin embargo, para beneficiarse del poder antioxidante de la pera, consumir la fruta entera es más recomendable que comer únicamente la pulpa.
El alto contenido en vitamina C permite cubrir cerca del 4% de la ingesta diaria recomendada. Este nutriente contribuye al buen funcionamiento del metabolismo y ayuda a mantener un cierto equilibrio en el cuerpo.
La elección de la pera depende de varios parámetros, entre ellos la piel. Esta última debe ser firme y lisa. De igual manera, asegúrese de que no presente ninguna marca de magulladuras o golpes. Además, compruebe si su pedúnculo está aún bien sujeto a la fruta. En función de la temporada, el tipo de pera a comprar puede variar. Durante el invierno, por ejemplo, este alimento es mejor cuando todavía está duro para permitirle madurar lentamente en un lugar dedicado.
Además, la conservación del producto es también un elemento importante a no descuidar en el momento de hacer la compra o durante el almacenamiento. La fruta alcanza su madurez rápidamente, en 48 horas, y debe por tanto ser consumida lo antes posible. Después de la recogida, es esencial verificar su estado de desarrollo. Es preferible comprar un producto no totalmente maduro para evitar que se pudra. De esta manera, puede conservarse a temperatura ambiente durante una semana como máximo.
La pera puede consumirse cruda o cocinada. Su sabor único y dulce combina con numerosos postres y platos salados.
Para la versión dulce, el fruto del Pyrus communis puede servirse en sorbete o en una tarta, mezclado con otros alimentos o solo. Ya sea que forme parte de los ingredientes de una pastelería gourmet o no, se asocia maravillosamente bien con una cobertura de chocolate o mermelada. También puede prepararse al estilo Belle-Hélène: una vez cocida, se espolvorea con almíbar y se vierte en una copa de helado. Luego, el postre se degusta con chocolate.
Para vivir una experiencia culinaria más ligera, la pera también puede ser secada y horneada, para servir con algunas nueces o almendras. Además, su sabor puede perfumar pasteles y galletas. Cruda o cocida, esta fruta aporta un sabor auténtico y único a la preparación.
Ciertamente, consumir el fruto del Pyrus communis en versión salada no es una costumbre y, sin embargo, combina maravillosamente bien con el queso. En este sentido, se sirve al mismo tiempo que este producto lácteo para refrescar el paladar. Para obtener más sabor, las rodajas de pera y queso se alternan para aumentar la experiencia culinaria. Este alimento también hace una buena mezcla con la carne, la caza así como las aves en forma de relleno o como acompañamiento. Puede, por ejemplo, ser cortado en dados o cubos y asociarse con carne de res o cerdo, y degustarse en brochetas. También es posible hacer ensalada con esta fruta. Con tomates, pimiento rojo, melocotones, cebollas, limón y algunas cucharadas de miel, la mezcla es una delicia para el paladar. Para realzar el sabor, el conjunto se espolvorea con pimientos y cilantro fresco, para degustar con carnes a la parrilla.
Por otra parte, la pera puede consumirse siguiendo las tradiciones. Al estilo oriental, se hornea con pimentón, cilantro y comino. Al estilo antillano, se cocina con pimienta verde, jengibre rallado y cilantro fresco. Al estilo indio, se mezcla con curry, cebollino, menta, chile picado y semillas de cilantro.
Sin embargo, ciertas contraindicaciones deben tenerse en cuenta antes de comer una pera. En efecto, no se recomienda a personas que sufren trastornos digestivos ni a aquellas con hipersensibilidad intestinal. Los sujetos con síndrome del intestino irritable también deben tener cuidado antes de comerla. No obstante, la mejor manera de asegurarse de que la fruta no presenta ningún peligro para la salud es consultar a un profesional.
La palabra “pera” proviene del latín Pyra y aparece en el siglo XII en la lengua francesa. La planta es originaria de Oriente Medio así como de Cachemira, más precisamente de las zonas subalpinas. Concretamente, especies silvestres pueden encontrarse en el Extremo Oriente y Asia central, pero los frutos son principalmente consumidos por pájaros.
La domesticación del árbol comenzó hace aproximadamente 7.000 años. A lo largo de los siglos, su cultivo se practica cada vez más. Sin embargo, su difusión en Europa se realiza gracias a los romanos. Actualmente, varios cultivares procedentes de la agricultura moderna están disponibles en el mercado. Existen más de 15.000 y estas variedades son todas derivadas de los dos principales tipos geográficos. Se trata de los europeos que tienen una pulpa tierna, y los asiáticos con una pulpa crujiente.
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