
Características del Nabo
- Nombre: Nabo
- Reino: Plantae
- Subreino: Tracheobionta
- División: Magnoliophyta
- Clase: Magnoliopsida
- Subclase: Dilleniidae
- Orden: Brassicales
- Suborden: –
- Familia: Brassicaceae
- Subfamilia: –
- Género: Brassica
- Especie: –
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Hortaliza de la familia de las Brasicáceas, el nabo se caracteriza por su forma bulbosa y sus hojas comestibles. Aunque es originario del norte y este de Europa, también existen numerosas variedades en Asia desde hace siglos. A menudo se confunde con el rutabaga, pero se diferencia por su amargor y su piel rugosa. Esta hortaliza proporciona numerosos beneficios nutricionales para la salud.
El nabo es una hortaliza de raíz conocida con los nombres de “naveau”, “rave” o “navet-rave” en francés. Forma parte de las crucíferas, al igual que el berro, el rábano picante, el rábano y la col.
Esta planta herbácea sirve como planta hortícola o planta forrajera. Sus hojas liradas y oblongas, de un verde intenso, son vellosas. Aparecen durante el primer año.
El Brassica rapa es apreciado por su raíz carnosa, consumida como hortaliza. Según las variedades, su forma puede ser redondeada, aplanada, cónica o alargada. Los colores también son diferentes: gris, negro, amarillo pálido, blanco, violeta, bicolor rosa y blanco. Su sabor varía desde neutro a dulce, a veces picante para algunas especies.
El Brassica rapa presenta una textura bastante firme, que se vuelve ligeramente hueca al final del ciclo de cultivo. Conviene consumirlo durante el cultivo de entretemporada, ya que su sabor está muy desarrollado. Se vuelve fibroso en períodos de sequía.
El segundo año, emerge un tallo floral de unos 80 cm de altura con flores crucíferas. Los frutos dehiscentes contienen semillas rojizas a negras.
A título indicativo, las variedades se dividen en tres categorías: las precoces, las variedades de temporada y las tardías.
Como todas las crucíferas, contiene compuestos sulfurados que ejercen una acción protectora sobre la salud, especialmente frente al cáncer. El contenido en lípidos y proteínas es moderado. Esta raíz es rica en fibras alimentarias, principalmente en forma de fibras insolubles.
Para una porción de 100 g de nabo cocido, estos son los valores nutricionales medios:
NUTRIENTES | CONTENIDO MEDIO |
Agua | 94,2 g |
Proteínas | 0,75 g |
Energía | 21,1 kcal |
Lípidos | < 0,3 g |
Glúcidos | 3,23 g |
Calcio | 32 mg |
Fibras alimentarias | 2,1 g |
Cobre | 0,06 mg |
Cloruro | < 20 mg |
Yodo | < 0,02 mg |
Manganeso | 0,04 mg |
Hierro | 0,08 mg |
Magnesio | 5,8 g |
Potasio | 170 mg |
Fósforo | 20 mg |
Selenio | < 0,02 mg |
Zinc | 0,06 mg |
Sodio | 10 mg |
Beta-caroteno | < 0,005 mg |
Vitamina B1 | < 0,015 mg |
Vitamina B2 | < 0,01 mg |
Vitamina B3 | 0,26 mg |
Vitamina B5 | 0,097 mg |
Vitamina B6 | 0,029 mg |
Vitamina B9 | 0,0171 mg |
Vitamina C | 7,25 mg |
Vitamina E | < 0,08 mg |
Vitamina K1 | < 0,0008 mg |
Esta alta densidad nutricional en oligoelementos, minerales y vitaminas es beneficiosa para la salud.
El consumo regular de esta hortaliza aporta al organismo los nutrientes necesarios para su funcionamiento.
Esta hortaliza es baja en calorías y en carbohidratos, ya que está compuesta esencialmente de agua. Forma parte de los alimentos más indicados en el marco de una dieta para adelgazar.
Los antioxidantes ayudan al organismo a combatir los efectos nocivos de los radicales libres. Estos últimos están implicados en el estrés oxidativo y en el envejecimiento celular. También previenen la aparición de ciertas formas de cáncer como el de ovarios, pulmones y riñones.
Consumido crudo, el nabo aporta cobre, un elemento necesario para la formación de hemoglobina y colágeno. Estos últimos reparan los tejidos y su estructura. Además, las enzimas de este oligoelemento ayudan al organismo a defenderse contra los radicales libres. Esta verdura es una fuente de manganeso para las mujeres. Este contribuye a un metabolismo energético normal. También protege las células contra el estrés oxidativo causado por los radicales libres.
El potasio, el hierro y las fibras contenidas en el nabo contribuyen a reducir los problemas digestivos, como las flatulencias, y a estimular el tránsito intestinal. Las fibras actúan sobre las contracciones del intestino y aseguran su buen funcionamiento.
El potasio permite equilibrar el pH de la sangre y participa en la producción de ácido clorhídrico por el estómago para facilitar la digestión. El magnesio y el fósforo participan en el desarrollo y fortalecimiento de los huesos y los dientes. El consumo regular de nabo ayuda así a reducir los riesgos de fracturas u osteoporosis. Finalmente, el magnesio participa en la contracción muscular, en la construcción de proteínas y en el fortalecimiento del sistema inmunológico.
La vitamina C que contiene posee una propiedad antioxidante y contribuye a la prevención de infecciones. Participa en el mantenimiento de la salud de los cartílagos, huesos, encías y dientes. Además, permite una mejor asimilación del hierro de origen vegetal. Este nutriente tiene la capacidad de acelerar la cicatrización de heridas.
La presencia de potasio contribuye a reducir los riesgos de enfermedades cardiovasculares limitando el nivel de homocisteína. Se trata del aminoácido implicado en la aparición de estas patologías.
Esta hortaliza también contiene ácido fólico (vitamina B9) que juega un papel en la regulación del sueño, el apetito y el humor. Además, favorece la producción de glóbulos rojos.
Para elegir nabos de calidad, privilegia los especímenes firmes, pesados y densos al tacto, con una piel lisa, blanca y sin manchas. Su color es uniforme, especialmente en la base de los tallos. Un perfume sutil es señal de frescura. Si su olor es picante, es mejor no tomarlos. Son preferibles cuando son jóvenes, ya que los más viejos son fibrosos y complejos de preparar.
Esta hortaliza se conserva en el refrigerador en un cajón para verduras o en una despensa, protegida del calor y la humedad. Las hojas también pueden conservarse. Conviene lavarlas y cortarlas inmediatamente después de la compra, ya que tienden a marchitarse.
Los nabos se prestan a diversas preparaciones, solos o como acompañamiento.
Se preparan a la manera de una patata: en forma de patatas fritas, puré, chips, asados, al horno, salteados, etc. Si eres fan de la sopa, puedes mezclarlo con otras hortalizas de raíz y sazonarlo todo con perejil picado y nuez moscada.
Aquí algunas recetas donde esta hortaliza causa sensación:
Glaseados, esta raíz es particularmente apreciada. Se corta en rodajas de 3 mm de grosor. Incorpóralas a una preparación previamente caramelizada con miel y mantequilla, luego deglaseada con un poco de agua. Remueve frecuentemente hasta que se vuelvan tiernas.
El conejo y el pato con nabos es una receta imprescindible de la gastronomía francesa.
Los franceses e italianos son aficionados a esta hortaliza cuando está rellena. Los primeros la rellenan de carne de salchicha acompañada de romero y tomillo, todo cocido en sidra. En cambio, los segundos prefieren el risotto como relleno, que cubren con parmesano antes de gratinar el plato.
En Japón, se marina en una mezcla de vinagre de arroz y azúcar. En los países árabes, la maceración es a base de vinagre y agua. La carne se vuelve entonces rojiza.
Los alemanes adoran el nabo rallado, cocido con salchicha y bayas de enebro.
Las hojas se cocinan con jamón ahumado o dados de bacon en el sur de Estados Unidos. Esta preparación sirve para realzar el sabor de los guisos y las sopas.
No conviene a las personas que tienen el síndrome del intestino irritable. Su consumo puede provocar diarreas, hinchazón o dolores abdominales.
Originario de Europa, el nabo también se cultiva en India desde hace cientos de años.
Hasta el siglo XVIII, su consumo estaba comúnmente extendido en Europa. Posteriormente fue relegado al rango de las hortalizas destinadas a las clases más pobres de la sociedad. Había servido para alimentar a familias de campesinos, en tiempos de guerra o de escasez. Durante un tiempo, fue apodado “hortaliza de escasez” u “hortaliza del pobre”.
Aunque fue abandonado en favor de la patata, vuelve poco a poco a las puertas de la cocina gastronómica.
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