
Características de la mozzarella
- Nombre: Mozzarella
- Reino: Animalia
- Subreino: –
- División: –
- Clase: Mammalia
- Subclase: –
- Orden: Artiodactyla
- Suborden: –
- Familia: Bovidae
- Subfamilia: Bovinae
- Género: Bubalus
- Especie: Bubalus bubalis
La mozzarella es un queso italiano tradicionalmente elaborado con leche de búfala. También puede prepararse con leche de vaca. Conocida por su textura elástica y suave, este producto tiene un sabor cremoso y fresco. A menudo se comercializa en forma de bloques o bolas. Este queso es conocido por sus numerosos beneficios nutricionales.
También llamada mozzarelle, la mozzarella se distingue por su textura lisa, homogénea y densa, y por su color uniformemente blanco. Cuando se corta, forma hilos distintivos. Este queso presenta un sabor suave y cremoso. Aunque comúnmente se moldea en bolas, está disponible en varias formas.
Como su nombre indica, la treccia se presenta en forma de trenza. Con una textura firme y fibrosa, es perfecta para una degustación integral, acompañada de otros quesos y embutidos.
Se trata de pequeñas mozzarellas con forma redonda y suave. Pueden degustarse durante un aperitivo, y son ideales para enriquecer una ensalada.
Los pequeños nudos de mozzarella presentan una textura firme y fibrosa. Tradicionalmente consumidos como aperitivo o entrante, a menudo se acompañan de aceitunas para una experiencia gustativa equilibrada.
Estas son las diferentes etapas para fabricar mozzarella.
El proceso de producción comienza con la coagulación de la leche. Cuando esta se calienta, puede añadirse cuajo para provocar la cuajada y obtener así la forma sólida conocida como “cuajada”.
La cuajada se corta en pequeños trozos con la ayuda de un spino.
La cuajada se expone a una temperatura elevada para liberar el suero. Durante esta etapa, se realiza un batido continuo para asegurar una distribución uniforme del calor.
La cuajada calentada se sumerge en agua caliente. Luego, se hila y estira manualmente hasta obtener una textura fibrosa y elástica.
Una vez alcanzada la consistencia deseada, el queso se moldea en forma de bola o trenza. También es posible cortarlo en pequeños trozos.
Las bolas de mozzarella recién moldeadas se sumergen en agua fría para acelerar el proceso de enfriamiento y obtener una firmeza óptima.
La última etapa consiste en espolvorear el queso con sal para darle un sabor distintivo. En general, el salado se realiza inmediatamente después del enfriamiento.
El queso se envasa en líquido como el suero láctico. Así, puede conservar todas sus cualidades y su frescura.
La mozzarella contiene nutrientes esenciales. Una porción de 100 g de este queso contiene:
Esta porción aporta 261 kcal. Minerales como el hierro (0,11 mg), el calcio (260 mg), el fósforo (210 mg) y el zinc (2,1 mg) también están presentes en este producto. La mozzarella también contiene retinol (0,141 mg), que contribuye a la renovación celular.
La mozzarella es reconocida por sus beneficios nutricionales.
Este queso contiene un nivel interesante de calcio. Este mineral es necesario para mantener la densidad ósea, prevenir la osteoporosis y apoyar el crecimiento óseo en niños y adolescentes. Integrar la mozzarella en la alimentación contribuye así a fortalecer los huesos y mantener una buena salud músculo-esquelética. Además, el calcio juega un papel esencial en la contracción muscular.
La mozzarella contiene zinc, un oligoelemento esencial implicado en numerosas funciones biológicas como:
Un aporte adecuado de zinc es crucial para el mantenimiento de la salud general.
El potasio presente en este queso ayuda a combatir los efectos indeseables relacionados con el aporte de sodio. Participa activamente en la regulación de la presión arterial y en la prevención de trastornos del ritmo cardíaco. El consumo de mozzarella ayuda así a mantener un sistema cardiovascular sano.
Las proteínas contenidas en la mozzarella contribuyen al crecimiento, a la reparación de tejidos y al mantenimiento de una masa muscular adecuada. Son particularmente importantes para los niños, los adolescentes, las mujeres embarazadas y las personas que practican actividades físicas regulares. Estos macronutrientes también intervienen en funciones hormonales y enzimáticas.
Para garantizar la calidad de la mozzarella, observe la mención “denominación de origen protegida” o DOP, y verifique su origen. También se aconseja leer atentamente la lista de ingredientes. Cuantos menos haya, mejor será la mozzarella. Evite los productos que contengan ingredientes como “enzimas coagulantes” o “correctores de acidez”. En efecto, son considerados como poco naturales.
La frescura es primordial. Opte por una mozzarella que presente una textura firme en el exterior, pero que revele una delicada flexibilidad cuando se corta. Un producto fresco presenta un color uniforme y desprende un ligero olor a leche fresca.
El sabor de este queso depende del tipo de leche utilizada en su fabricación. La “mozzarella di bufala”, elaborada a partir de leche de búfala, presenta un sabor más rico y una textura cremosa. En cambio, la “mozzarella di latte vaccino”, producida con leche de vaca, es apreciada por su lado lácteo.
Se aconseja consumir este queso justo después de la compra. Si debe conservarlo, colóquelo en un recipiente hermético lleno de salmuera en el refrigerador. Evite congelarlo, ya que esto puede alterar su textura y su sabor.
Este queso italiano puede consumirse crudo o cocinado. Con su sabor característico, armoniza con una variedad de recetas.
Para apreciar el sabor de la mozzarella fresca, puede utilizarla para preparar ensalada caprese. Esta receta es fácil de realizar. Basta con cortar tomates bien maduros y mozzarella en finas rodajas. Disponga estas rodajas alternándolas en un plato. Añada hojas de albahaca fresca para aportar un sabor herbáceo. Sazone ligeramente con sal y pimienta, luego vierta aceite de oliva virgen extra de calidad. También puede añadir un poco de vinagre balsámico para obtener un equilibrio sutil entre acidez y dulzura.
La mozzarella, con su textura tierna y su sabor delicadamente cremoso, es perfecta para preparar aperitivos. Puede usarla para preparar mini-mozzas, palitos de mozzarella o incluso brochetas de melón y mozzarella.
Este queso combina bien con las frutas. En invierno, degústelo con mango y piña. Durante la temporada estival, no dude en preparar brochetas de frutas compuestas de melocotón, higo, melón y mozzarella. Esta última añade una nota láctea y ligeramente acidulada.
Este producto puede servir como alternativa al yogur en sus preparaciones dulces. Tiene la posibilidad de batirlo e incorporarlo al mascarpone o a la ricotta. Incluso es posible confeccionar un cheesecake original a base de mozzarella.
Apreciada por su textura fundente, la mozzarella se integra perfectamente en una variedad de preparaciones calientes saladas tales como:
Este queso italiano tiene la capacidad de fundirse de manera homogénea y estirarse durante la cocción. Es ideal para preparar pizzas como la margarita.
La mozzarella es originaria de la región de Campania, en Italia. Existen teorías enfrentadas sobre la historia de este queso. Algunas fuentes indican que este último fue fabricado desde el siglo VII a partir de leche de búfala. Otras sugieren que la mozza fue inventada por los monjes del monasterio de San Lorenzo en el siglo XII.
Su verdadero origen sigue siendo un misterio. Sin embargo, la producción de mozzarella se ha convertido en una tradición importante en Italia. Los métodos de fabricación se mantienen en secreto y se transmiten de generación en generación. Aunque el queso ahora se produce en muchos países, la “mozzarella di bufala”, de origen italiano, es universalmente reconocida como la mejor.
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