
Características del melón
- Nombre: Melón
- Reino: Plantae
- Subreino: Tracheobionta
- División: Magnoliophyta
- Clase: Magnoliopsida
- Subclase: Dilleniidae
- Orden: Violales
- Familia: Cucurbitaceae
- Subfamilia: –
- Género: Cucumis
- Especie: Cucumis melo
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El melón es una fruta de sabor dulce y refrescante. Es particularmente apreciado durante el periodo estival y se encuentra en un gran número de recetas. Además, posee múltiples beneficios para la salud debido a su alto valor nutricional.
El término “melón” se refiere tanto a la fruta como a la planta de la que procede. Esta herbácea anual pertenece a la familia de las Cucurbitáceas. Sus tallos pueden ser rastreros o trepadores según las variedades. Están provistos de zarcillos para agarrarse a diferentes tipos de soportes.
Las hojas simples y alternas son generalmente enteras. Son ligeramente lobuladas y no presentan estípulas. De color amarillo, sus flores son monoicas, es decir, que tienen tanto estambres como pistilos. Las flores femeninas aparecen después de las flores masculinas.
La planta es ampliamente cultivada por su fruto comestible llamado “melón”, voluminoso y de forma redondeada u ovalada. Se pueden ver divisiones dibujadas en su piel lisa, acanalada, abollada, áspera o bordada. Su color puede ir desde el verde hasta el amarillo, pasando por el blanco.
El color de la pulpa también varía según la variedad de melón. La más común es el amarillo tirando a anaranjado. Sin embargo, también existen de color blanco a verdoso. La carne, ampliamente utilizada en la cocina, es jugosa y aromática. Contiene pequeñas semillas elipsoides comprimidas.
El melón es una fruta rica en agua, cuyo contenido es de 84,2 g por 100 g. Conocido por ser bajo en calorías, a menudo se recomienda para la pérdida de peso. Por otro lado, contiene una cantidad aceptable de vitamina C. También contiene vitaminas B y K, así como betacaroteno.
En 100 g de melón Cantalupo, es posible encontrar:
Nutrientes | Contenido medio |
Energía | 62,7 kcal |
Carbohidratos | 14,8 g |
Proteínas | 1,13 g |
Lípidos | < 0,5 g |
Fibra alimentaria | 1,3 g |
Calcio | 11 mg |
Cloruro | 25,8 mg |
Hierro | 0,21 mg |
Yodo | < 0,02 mg |
Cobre | 0,06 mg |
Fósforo | 17 mg |
Manganeso | 0,04 mg |
Magnesio | 16 mg |
Selenio | < 0,02 mg |
Potasio | 380 mg |
Sodio | 24 mg |
Zinc | 0,18 mg |
Betacaroteno | 2,5 mg |
Vitamina B1 | < 0,015 mg |
Vitamina B2 | < 0,01 mg |
Vitamina B3 | 0,6 mg |
Vitamina B5 | 0,15 mg |
Vitamina B6 | 0,055 mg |
Vitamina B9 | 0,0589 mg |
Vitamina C | 8,14 mg |
Vitamina E | < 0,08 mg |
Vitamina K1 | < 0,0008 mg |
La clorofila y los carotenoides que contiene están implicados en el color de su epidermis.
Los numerosos compuestos activos que contiene confieren al melón diversas virtudes para la salud.
Esta fruta contiene carotenoides que previenen la formación de cáncer de mama y de colon. También contribuyen a una mejor salud del corazón eliminando cualquier posible trastorno cardiovascular.
Según algunos investigadores, el melón oriental contendría compuestos con propiedades antimutagénicas y antioxidantes que luchan eficazmente contra las células cancerosas. Se trata, entre otros, del acetato de bencilo, AMTP, eugenol, AMTE y MTAE.
El melón amargo también tendría la capacidad de detener el desarrollo de células cancerosas. Los resultados de investigaciones realizadas en ratones que sufren de cáncer de páncreas han resultado satisfactorios. Se habría demostrado una reducción de más del 60% del tumor.
El melón, bajo en calorías, es la estrella del verano, con solo 62,7 kcal en 100 g de material. Contiene una pequeña cantidad de grasa y mucha agua. Su consumo favorece la sensación de saciedad. Combinado con una alimentación sana y equilibrada, es favorable para la pérdida de peso.
La vitamina C en el melón posee propiedades antioxidantes, necesarias para la producción de colágeno. También participan en el proceso de cicatrización. Cuando el ácido ascórbico circula en la sangre, combate la oxidación y la inflamación en el cuerpo. De esta manera, juega un papel protector contra las patologías degenerativas relacionadas con el envejecimiento.
Su contenido en potasio hace la particularidad de esta fruta. Una alimentación basada en este mineral previene los riesgos de hipertensión. El consumo regular de melón se recomienda a las personas hipertensas. Comer la mitad proporciona al organismo el 20% de la ingesta recomendada de potasio. Cabe señalar que este buen hábito combinado con una reducción de sal tiene un impacto beneficioso sobre la presión arterial.
El betacaroteno del melón se transforma en vitamina A en el cuerpo. Esta permite una mejor regeneración de las células de la piel. Es eficaz para luchar contra la aparición de estrías, celulitis y arrugas. También es esencial para la visión. Para aprovechar este alto contenido en betacaroteno, conviene elegir frutas con una coloración naranja viva. El melón cantalupo charentais es un buen ejemplo.
Además, esta vitamina liposoluble permite al organismo luchar contra las bacterias y los virus fortaleciendo el sistema inmunológico. Una deficiencia de vitamina A puede provocar inflamaciones respiratorias en los sujetos afectados.
La vitamina B6 contenida en el melón juega varios papeles. Primero, participa en el metabolismo normal de las proteínas y en la producción de glóbulos rojos. Luego, ejerce una acción en el funcionamiento del sistema nervioso. Finalmente, interviene en la liberación de energía para el organismo. Su consumo ayuda a reducir la fatiga de manera significativa.
Esta fruta está indicada en caso de piernas pesadas, o de manos o pies hinchados, ya que puede combatir la retención de agua. El potasio, el calcio y las sales minerales eliminan el exceso de agua y reducen considerablemente las hinchazones. Los efectos diuréticos del melón permiten al organismo deshacerse de los desechos y las toxinas acumuladas.
Los mejores melones son pesados. Cuanto más peso tienen, más cargados de agua están. La ausencia del pedúnculo y la presencia de una grieta en ese lugar sugieren que la fruta está en su punto óptimo de maduración. También debe desprender un aroma agradable sin ser demasiado intenso, especialmente alrededor del pedúnculo. Si se exhala un olor a éter, significa que la fruta está demasiado madura.
El melón se conserva en el refrigerador. Conviene ponerlo en una bolsa de plástico para evitar que su olor se propague al resto de los alimentos. Si no está suficientemente maduro, puedes dejarlo en una bodega fresca durante dos o tres días. También puedes colocarlo en el congelador cuidando de cortarlo en trozos pequeños.
El melón se degusta crudo, en mermelada o en compota. También puede integrarse en diferentes tipos de recetas.
Con esta fruta, deja volar tu imaginación:
También puedes verter oporto sobre rodajas de melón antes de servir. En su defecto, puedes reemplazarlo con vino de nuez o moscatel.
Los melones demasiado maduros producen etanol. Esta sustancia puede alterar su sabor y puede presentar un riesgo en personas que son alérgicas a este tipo de alcohol. Aunque los casos de reacciones anafilácticas son raros, es importante tener precaución en cuanto a su consumo.
La contaminación de la fruta por bacterias es posible, como la salmonela. Esto ha sido probado por algunos casos de infecciones asociadas al consumo de melón en Estados Unidos. Los factores de contaminación son numerosos, desde la recolección hasta la llegada de las frutas a los puestos. Para solucionar este problema, se deben tomar algunas precauciones:
La prudencia también es necesaria para las personas que presentan un síndrome de alergia oral. Se trata de una reacción alérgica a proteínas procedentes de ciertas verduras, frutas y frutos secos. Si son alérgicas a la ambrosía o al polen de gramíneas y consumen melón crudo, pueden aparecer ciertas reacciones. Se manifiestan por sensaciones de ardor en la boca, la garganta y los labios, así como picazón. Si los síntomas desaparecen rápidamente, significa que el consumo puede hacerse de forma sistemática.
El melón sería originario de África. Antes de conquistar Europa, era cultivado por los egipcios cinco siglos antes de nuestra era.
El término “melón” deriva del latín melo o melopepone que significa “manzana-melón”. Este apareció por primera vez en el siglo XIII en la lengua francesa. Los romanos que consumían las variedades de invierno al principio de nuestra era las apodaban “pompones”. En aquella época, se consumía como una verdura y se degustaba con pimienta o vinagre, ya que era poco dulce y de pequeño tamaño. A lo largo de los siglos, su aroma y su sabor se han refinado hasta convertirse en una de las frutas de verano más extendidas.
Aunque llegó a España en el siglo VIII por intermediación de los moros, su potencial no se reveló hasta los siglos XV y XVI. En el Renacimiento, unos monjes habían creado una variedad sabrosa a la que dieron el nombre de su residencia de verano de Cantalupo, de donde proviene el nombre “Cantalupo”.
En 1494, Cristóbal Colón lo había introducido en las Antillas Mayores. Probablemente fue la primera fruta en estar presente allí. Llegó a América Central en 1516 y desembarcó en Nueva York un siglo más tarde.
Su cultivo está ampliamente extendido en el Sur de Francia en el siglo XVI. Según las regiones, se cultiva en invernaderos o al aire libre. La fruta ofrece una variada gama, incluyendo el citrolín, el morín, el muscadín, el barbarín, etc.
Más tarde, Touraine y Anjou producen para la Corte. Charente les sucede y se convierte en una de las principales regiones productoras. También ha dado su nombre a una de las variedades más consumidas actualmente.
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