
Características del melocotón
- Nombre : Melocotón
- Reino : Plantae
- Subreino : Tracheobionta
- División : Magnoliophyta
- Clase : Magnoliopsida
- Orden : Rosales
- Familia : Rosaceae
- Subfamilia : Prunoideae
- Género : Prunus
- Especie : Prunus persica
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El melocotón es una fruta dulce y jugosa que combina salud y placer. Con su rica composición en nutrientes esenciales, presenta ventajas innegables para el bienestar y la salud. Esta fruta rica en vitaminas se disfruta cruda. Su sabor distintivo la convierte en un ingrediente versátil en la cocina. Puede utilizarse para preparar una variedad de platos dulces o salados.
El melocotón es el fruto del melocotonero, un árbol que puede alcanzar una altura de entre 1,5 y 6 m. Este tiene hojas verde oscuro y lanceoladas que presentan bordes dentados. Sus raíces son típicamente fibrosas y poco profundas.
También llamado melocotón común, este árbol produce flores rosas agrupadas en pequeños racimos en las ramas del árbol en primavera. Estas están compuestas por cinco pétalos distintos y desprenden un aroma agradable. Dan paso a frutos con piel aterciopelada que varía en color, del amarillo pálido al naranja intenso. Los melocotones son esféricos y ligeramente aplanados. Su pulpa es a la vez jugosa y dulce. En el centro del fruto se encuentra un hueso duro, también llamado “almendra” debido a su parecido con las almendras. Este contiene una semilla a partir de la cual potencialmente podría germinar un nuevo melocotonero.
Los melocotones están compuestos de varios nutrientes esenciales.
El Prunus persica está compuesto por 87,8 g de agua, lo que lo hace hidratante y refrescante. Cada porción de 100 g de esta fruta contiene también 0,69 g de proteínas, 9,8 g de carbohidratos (de los cuales 1 g de fibra) y menos de 0,5 g de lípidos.
Estos macronutrientes contribuyen al buen funcionamiento de las funciones vitales del organismo. También proporcionan energía al cuerpo. Debido a su alto contenido de carbohidratos, esta fruta es moderadamente calórica. Aporta aproximadamente 46,3 kcal/100 g.
El melocotón es conocido por su riqueza en vitamina C (3,43 mg/100 g). Este nutriente juega un papel importante en el fortalecimiento del sistema inmunológico, la regeneración de los tejidos y la formación de colágeno. Esta fruta posee una cantidad importante de beta-caroteno con aproximadamente 0,13 mg/100 g.
Cada porción de 100 g de melocotón contiene también otras vitaminas, especialmente:
Los melocotones también aportan minerales y oligoelementos esenciales como:
Estos minerales están presentes en cantidades moderadas en los melocotones.
Además de ser sabroso y jugoso, el melocotón ofrece numerosos beneficios para la salud. Su integración en la alimentación estival es beneficiosa para:
Si su objetivo es perder algunos kilos o mantener su peso, esta fruta puede ser su aliada. Además de ser baja en calorías, es fuente de fibra, lo que favorece la sensación de saciedad. Comer melocotones puede ayudarte a evitar comer en exceso y a controlar tu ingesta calórica. Además, ofrecen una alternativa natural a los antojos de azúcar, sin recurrir a alimentos procesados llenos de calorías vacías.
Los frutos del melocotonero contienen pectina, un tipo de fibra que contribuye a regular los movimientos del sistema digestivo. Así, su consumo es recomendable, especialmente para las personas propensas al estreñimiento. Los melocotones ayudan a preservar la salud de los intestinos.
Durante la temporada cálida, es esencial mantenerse hidratado. Esta fruta está compuesta por más del 80% de agua, lo que la convierte en una opción refrescante para el verano. Su consumo ayuda a compensar la pérdida de agua debido a la transpiración, ayudando así a prevenir la deshidratación.
Los Prunus persica son ricos en antioxidantes, compuestos que combaten los radicales libres en el cuerpo. Estas moléculas inestables dañan las células, lo que contribuye al envejecimiento prematuro y a diversas enfermedades.
Los compuestos fonolíticos de esta fruta son los flavan-3-oles 4,6, los hidroxicinamatos, los flavonoles y las antocianinas. Estas sustancias antioxidantes juegan un papel esencial en la prevención de enfermedades.
Los melocotones también tienen carotenoides: el beta-caroteno, la beta-criptoxantina, la zeaxantina así como la luteína. Estas moléculas se encuentran en cantidad elevada en la pulpa y en la piel. Contribuyen a reducir los riesgos de desarrollo de ciertos cánceres. La zeaxantina y la luteína actúan positivamente sobre la salud de los ojos. Tienen efectos beneficiosos sobre la catarata y la degeneración macular.
Un melocotón medio proporciona aproximadamente el 8% de la ingesta diaria recomendada de vitamina C. Esencial para la salud, este nutriente refuerza el sistema inmunológico y favorece la cicatrización de heridas. Excelente antioxidante, neutraliza los radicales libres responsables del estrés oxidativo del aparato cutáneo. Una alimentación rica en vitamina C ayuda a mantener una piel joven y saludable.
Los melocotones tienen propiedades diuréticas. Al apoyar la producción de orina, contribuyen a eliminar el exceso de líquido del organismo. Esta acción es beneficiosa para las personas que sufren de retención de agua o de problemas renales.
La quercetina contenida en esta fruta limita la producción de citoquinas responsables de las inflamaciones crónicas. Así, te aporta alivio y te ayuda a mejorar tu bienestar.
Para elegir un buen melocotón, puedes considerar los siguientes criterios de selección:
Se aconseja elegir los Prunus persica ligeramente firmes al tacto. Una fruta de melocotonero demasiado blanda probablemente está demasiado madura. Si está demasiado dura, puede carecer de sabor. Privilegia aquella que ofrece una ligera resistencia cuando ejerces una presión suave, pero que cede ligeramente.
Busca melocotones cuyo color sea uniforme, ya sea amarillo, rosa o anaranjado. Evita aquellos con manchas verdosas, ya que esto indica que no están maduros.
La textura de la piel de esta fruta es un indicador clave de su frescura. Debe ser lisa y libre de magulladuras, cortes o áreas marchitas.
Acercad el melocotón a vuestra nariz e inspirad suavemente. Si desprende un perfume sutil y dulce, está bien maduro.
Estas frutas se presentan en varias variedades, y tienen características sutiles que pueden influir en tu elección. Por ejemplo, el melocotón Amsden tiene una pulpa más dulce y menos ácida. Las variedades de Prunus persica amarillas son ligeramente más aciduladas.
Finalmente, compra tus melocotones según tus necesidades. Si planeas comerlos rápidamente, opta por los que están maduros y listos para degustar. Si planeas conservar estas frutas por más tiempo, privilegia las más duras que continuarán madurando en casa. Para evitar que maduren demasiado rápido, sepáralas de las frutas climatéricas como el plátano y la manzana.
Aquí hay algunos consejos para preparar y degustar el melocotón mientras se beneficia de sus cualidades nutritivas.
El primer paso consiste en preparar la fruta cuidadosamente. Comienza lavándola con agua fría para eliminar cualquier rastro de suciedad o residuos. Una vez limpia y refrescada, sécala delicadamente con una servilleta limpia.
El resto de la preparación depende de tu preferencia personal. Si deseas no perder nada de los nutrientes aportados por el melocotón, puedes degustarlo tal cual. Sin embargo, si deseas quitar la piel para obtener una textura más suave, tienes dos opciones. Puedes pelar la drupa con un pelador, o sumergirla brevemente en agua hirviendo.
Puedes simplemente degustar esta fruta fresca para una merienda rápida y refrescante. También puede incorporarse en ensaladas para añadir un toque dulce. También es posible asociarla con cereales y yogur. Los melocotones se utilizan para preparar batidos. Mixéalos con otras frutas como el mango, yogur natural y un toque de miel para obtener una bebida cremosa y perfumada.
Como postre, las drupas de melocotonero se prestan a una variedad de preparaciones como tartas, compota, crumble y sorbete. Otra opción consiste en asarlas bañándolas con miel y aceite de oliva.
Esta fruta de verano también combina con recetas saladas. Puedes utilizarla para preparar:
La drupa aporta un toque dulce y ligeramente acidulado a estos platos.
El Prunus persica tiene sus orígenes en China, donde se cultiva desde hace más de 2.000 años. En esa época, las primeras frutas eran más pequeñas y tenían una pulpa más fibrosa. A lo largo de los siglos, el arte del cultivo de esta planta se ha perfeccionado, dando lugar a variedades más dulces y más jugosas.
El melocotón fue introducido en Persia (hoy Irán), de ahí proviene el nombre científico Prunus persica, en referencia a Persia.
En la Edad Media, esta fruta fue exportada a Europa, probablemente a través de la Ruta de la Seda. Rápidamente ganó popularidad. La realeza y los aristócratas apreciaron su exquisito sabor. A lo largo de los siglos, se extendió por toda Europa y fue ampliamente cultivado.
En el siglo XVI, los colonos españoles llevaron plantas de melocotonero a América. A lo largo de los siglos, los cultivadores han buscado desarrollar drupas más grandes, más dulces y más jugosas. Actualmente, hay disponible una multitud de variedades, desde el melocotón blanco hasta el melocotón amarillo.
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