
Características del jarabe de arce
- Nombre: Jarabe de arce
- Reino: Plantae
- Subreino: Tracheobionta
- División: Magnoliophyta
- Clase: Magnoliopsida
- Subclase: Rosidae
- Orden: Sapindales
- Familia: Aceraceae
- Subfamilia:–
- Género: Acer
- Especie: Acer saccharum
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El sirope de arce es un producto de origen natural fabricado a partir de la savia del Acer saccharum. Principalmente recolectado en América del Norte, especialmente en Canadá y Estados Unidos, es ampliamente apreciado por su sabor rico y dulce, así como por su textura almibarada. Este edulcorante natural se utiliza comúnmente para complementar una variedad de platos y bebidas.
El arce de azúcar, de la familia de las Sapindáceas, es un árbol originario de América del Norte. Se trata de la especie de arce más extendida en Canadá, donde es además un símbolo nacional.
El Acer saccharum puede alcanzar los 40 m de altura. Su tronco es recto y cilíndrico, con una corteza gris oscura que se agrieta con la edad. Sus hojas, dispuestas de forma opuesta, son simples, palmadas y recortadas en tres a cinco lóbulos. Son de color verde oscuro en la parte superior y verde pálido en la inferior. Sus flores son de color amarillo-verde, sin pétalos, y agrupadas en corimbos. Su fruto es una sámara, una especie de nuez alada.
El arce de azúcar es un árbol caducifolio, es decir, que pierde sus hojas en otoño. También es una especie melífera, lo que significa que atrae a las abejas.
La savia del arce de azúcar es un líquido rico en azúcar que se recolecta en primavera, cuando las temperaturas comienzan a aumentar. Esta sustancia se recoge de las incisiones hechas en la corteza del árbol. Luego se hierve para aumentar la concentración de azúcar y producir el sirope de arce. Este último, de color claro a oscuro, se obtiene por ebullición de la savia. Este condimento popular se utiliza especialmente para endulzar crepes, gofres, tortitas y postres.
Estos son los valores nutricionales por 100 g de este edulcorante natural.
Nutrientes | Cantidad |
Energía (kcal) | 261 kcal |
Carbohidratos | 66,89 g |
Lípidos | 0,244 g |
Proteínas | 0 g |
Riboflavina (Vitamina B2) | 1,272 mg |
Niacina (Vitamina B3) | 0,081 mg |
Tiamina (Vitamina B1) | 0,066 mg |
Ácido pantoténico (Vitamina B5) | 0,03 mg |
Vitamina B6 | 0,002 mg |
Vitamina A y provitamina A (EAR) | 0 mg |
Vitamina B9 (EFA) | 0 mg |
Vitamina B12 | 0 mg |
Vitamina C | 0 mg |
Vitamina D | 0 mg |
Vitamina K | 0 mg |
Potasio | 224,82 mg |
Calcio | 108,87 mg |
Magnesio | 20,94 mg |
Sodio | 9 mg |
Manganeso | 2,3 mg |
Fósforo | 2 mg |
Hierro | 1,2 mg |
Zinc | 0,7 mg |
Cobre | 0,074 mg |
Selenio | 0,0006 mg |
Este alimento debe consumirse con moderación debido a su contenido de azúcar.
Gracias a los diversos nutrientes que aporta, este edulcorante natural presenta numerosos beneficios para la salud.
El sirope de arce está compuesto principalmente por carbohidratos, incluyendo sacarosa, glucosa y fructosa. Estos son fácilmente asimilables por el sistema digestivo. Además, como ejemplo, contiene menos calorías por porción de 15 ml que la miel o el jarabe de mesa, lo que lo convierte en uno de los agentes edulcorantes menos calóricos. En comparación con el azúcar granulado, proporciona varios minerales esenciales como manganeso, potasio y calcio. Así, el sirope de arce se distingue por su calidad nutricional superior.
Al igual que otros productos del arce, presenta poderes antioxidantes y antimutagénicos. Estas propiedades varían según el período de recolección, con una actividad antioxidante máxima a mitad de temporada. El efecto protector contra las mutaciones genéticas también depende de los principios activos estudiados. Estos resultados sugieren la aparición de nuevos compuestos que previenen alteraciones genómicas durante la transformación de la savia en sirope.
El alto contenido de antioxidantes del sirope de arce, particularmente polifenoles, contribuye a la prevención de la diabetes tipo 2. Estas moléculas permiten a las células absorber rápidamente la glucosa, lo que resulta en una elevación de la glucemia menos importante que la provocada por otros agentes edulcorantes.
Las investigaciones de la Universidad McGill revelaron que la savia y el sirope de arce contienen compuestos fenólicos, así como flavonoides. Estos últimos también son conocidos por sus propiedades antioxidantes.
La elección de este producto depende principalmente de tus preferencias y del uso que planeas darle. Los sistemas de clasificación canadienses y quebequenses lo categorizan según su color y sabor. Las categorías “Canadá n°1” y “Extra-claro” son más suaves y tienen un tono dorado. Por otro lado, las categorías “Canadá n°3” y “Oscuro” son de color ámbar y tienen un sabor más pronunciado. Al elegir, asegúrate de leer atentamente la etiqueta para verificar que se trata de un producto auténtico. Trata de evitar productos con menciones como “sabor a arce” o “aroma de arce”. Estas no garantizan efectivamente la presencia real de sirope de arce en el producto.
Si el producto aún no se ha abierto, consérvalo a temperatura ambiente, en un lugar fresco y seco, protegido de la luz solar directa. Una vez abierto el envase, es preferible colocarlo en el refrigerador para prolongar su vida útil. El frío ralentiza la evaporación y la cristalización del sirope. Si no tienes intención de usar todo el producto rápidamente, puedes congelarlo. Asegúrate de transferirlo a un recipiente hermético para evitar la formación de cristales de hielo.
Es posible reemplazar el azúcar refinado por sirope de arce en casi todas las preparaciones culinarias. Sin embargo, hay algunos factores a tener en cuenta para obtener resultados óptimos.
En primer lugar, el sabor de este edulcorante natural es más pronunciado que el del azúcar de mesa. Para equilibrar el sabor de tu plato, puedes usar 1 ¼ taza (310 ml) de sirope de arce para reemplazar 1 taza (250 ml) de azúcar blanco.
Si no deseas obtener una textura demasiado fluida, piensa en reducir a la mitad la cantidad de líquidos en la receta.
Este producto edulcorante natural puede afectar la consistencia y la elevación de los alimentos. Para compensar esto, añade ¼ de cucharadita (1,2 ml) de bicarbonato de sodio a la receta.
Por otra parte, este edulcorante natural puede incorporarse a numerosas preparaciones culinarias.
En el desayuno, aporta un toque dulce a tu yogur o a tus frutas frescas.
El sirope de arce puede utilizarse como cobertura en gofres, muffins, crepes, granizados y helados.
Para una opción más gourmet, puedes probarlo sobre pomelo asado. Para ello, mézclalo con un poco de mantequilla, canela y pasas. Luego, simplemente asa todo durante unos minutos.
Las frutas pochadas son también otra buena alternativa. Puedes cocinar manzanas o peras peladas en una mezcla de vino blanco y sirope de arce. Complementa la preparación con especias de tu elección antes de meterla al horno.
Este edulcorante también ayuda a endulzar bebidas calientes como café, té o tisanas.
Además, existen numerosas formas creativas de integrarlo en platos salados.
Por otra parte, es importante mantener una buena higiene bucal, especialmente si este producto forma parte integral de tu alimentación.
Las Primeras Naciones, los pueblos indígenas de América del Norte, conocían y apreciaban la savia de arce desde hacía siglos. La cosechaban en primavera, cuando el agua contenida en el árbol estaba en cantidad suficiente.
Según la leyenda amerindia de Manabush, este personaje habría sido el origen de la invención del sirope de arce. Habría descubierto que el agua de arce podía consumirse tal cual. Sin embargo, al constatar que sus pares la recogían sin esforzarse mucho, tuvo la idea de subir a la cima de un arce con un recipiente lleno de agua, y verterlo allí. El jugo se volvió entonces menos concentrado, lo que empujó a los hombres a hervirlo y vigilar su cocción para transformarlo en sirope.
Las técnicas de recolección y transformación de la savia de arce han evolucionado con el tiempo. Los amerindios utilizaban canaletas de madera. Se trata de laminillas insertadas en la parte inferior de los árboles. Estas herramientas servían para recoger el jugo en recipientes hechos de corteza, madera o cerámica. El agua se evapora después de calentar este líquido en un caldero.
Los europeos adoptaron rápidamente el cultivo del arce de azúcar. En 1557, el cosmógrafo André Thevet relató una anécdota sobre Jacques Cartier quien, durante su expedición de 1536-1542, descubrió el sirope de arce.
Las técnicas de recolección y transformación de este producto se han perfeccionado a lo largo de los siglos. Las canaletas de madera fueron reemplazadas por espitas, y luego por tuberías. Los cubos de metal se utilizaron en lugar de los cubos de madera. Los primeros luego dieron paso a recolectores automatizados.
Quebec es hoy el primer productor mundial de sirope de arce. En 2011, investigadores descubrieron una molécula con propiedades antiinflamatorias en el mismo, llamada quebecol, que podría utilizarse como medicamento.
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