
Características del daikon
- Nombre: Daikon
- Reino: Plantae
- Subreino: –
- División: Magnoliophyta
- Clase: Magnoliopsida
- Subclase: –
- Orden: Capparales
- Familia: Brassicaceae
- Subfamilia:–
- Género: Raphanus
- Especie: Raphanus sativus
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El daikon es una planta herbácea que pertenece a la familia de las Brassicaceae. Se cultiva por su raíz comestible. Ampliamente utilizado en la cocina oriental, posee propiedades interesantes para fines terapéuticos, desde la mejora de la digestión hasta la protección del sistema inmunológico.
El daikon también se llama rábano blanco, nabo chino, rábano japonés, nabo blanco o rábano oriental. En japonés, “daikon” se traduce como “raíz grande”. Esto ilustra perfectamente el aspecto físico de esta verdura, que muestra una longitud de 30 cm y un ancho de 5 cm.
Aunque es una crucífera, al igual que la rúcula o el repollo, se asemeja a una zanahoria grande. Se utiliza principalmente como producto procesado, como un pepinillo congelado o deshidratado.
El sabor agradable y picante de su raíz contribuye en gran medida a la popularidad de esta verdura. Tiene una piel fina de color blanco, similar a la del nabo. Gruesa y carnosa, se distingue por su textura crujiente y jugosa a la vez.
Sus hojas largas y profundamente recortadas miden entre 20 y 30 cm. Comestibles, se consumen como las espinacas. Pequeñas flores blancas son visibles después del invierno, luego dan paso a frutos que contienen semillas para sembrar en el otoño siguiente.
Es posible consumir daikon durante todo el año, pero los mejores períodos para hacerlo son en invierno y otoño. En estos momentos, desarrolla un sabor más pronunciado y más picante.
Existen numerosas variedades que se diferencian por su color, tamaño y período de cosecha. Las más extendidas son el rojo, el violeta y el verde. Entre ellas se encuentra el rábano sandía que se recoge en otoño e invierno. De forma esférica, se caracteriza por una piel blanca y una pulpa rosada como la sandía.
El minorasse japonés es una de las variedades más grandes, ya que la longitud de su raíz puede alcanzar más de 60 cm. Se reconoce por su piel blanca y su sabor sutil.
El rábano alpine de forma cilíndrica tiene una piel blanca con la parte superior verde. Mide entre 12 y 15 cm con un diámetro de 5 cm. Esta variedad, cosechada en verano, forma parte de la preparación del famoso “kimchi”. Mucho más pequeño que la verdura anterior, tiene un sabor más dulce.
El Sakurijima daikon, de forma redonda, puede pesar hasta 45 kg. Esta lista es exhaustiva, ya que otras variedades también están catalogadas.
Al igual que otros tipos de rábano, esta raíz aprecia los suelos ricos y frescos, no pedregosos. El período propicio para la siembra se sitúa entre junio y septiembre. Es preferible hacerlo en plena tierra para optimizar el crecimiento de la planta. Además, esta última ama los lugares soleados o semisombreados.
Conviene espaciar las plantas 25 cm entre ellas para dejarles espacio para crecer. Un riego delicado es necesario después de la plantación. Más tarde, este se hace regularmente para evitar la formación de pulgas de tierra en las hojas.
Los beneficios del rábano blanco residen en su gran riqueza en agua. Esta característica lo hace poco calórico, por lo tanto, indispensable para las personas que desean perder peso. Las proteínas y las grasas apenas alcanzan el 5%.
Esta verdura está llena de nutrientes. Su contenido en vitamina A, aunque no es tan alto como el de la zanahoria, es apreciable. También ofrece una buena cantidad de vitamina B9, potasio, calcio y magnesio. Su aporte en vitamina C es también aceptable.
Esta verdura es una fuente de antioxidantes como la quercetina, reconocida por sus propiedades anticancerígenas y antiinflamatorias. Las leucoantocianinas también forman parte de ella. Se trata de pigmentos implicados en su color blanco.
Por 100 g de raíz fresca, es posible encontrar:
Nutrientes | Contenido medio |
Agua | 94,6 g |
Calorías | 29,2 kcal |
Carbohidratos | 4,1 g |
Proteínas | 0,6 g |
Fibras alimentarias | 1,2 g |
Lípidos | 0,1 g |
Calcio | 27 mg |
Hierro | 0,4 mg |
Potasio | 227 mg |
Magnesio | 16 mg |
Sodio | 21 mg |
Fósforo | 23 mg |
Zinc | 0,15 mg |
Cobre | 0,115 mg |
Vitamina A | – |
Vitamina B1 | 0,02 mg |
Vitamina B2 | 0,02 mg |
Vitamina B3 | 0,2 mg |
Vitamina B5 | 0,138 mg |
Vitamina B6 | 0,046 mg |
Vitamina B9 | 0,028 mg |
Vitamina B12 | – |
Vitamina C | 9,58 mg |
Vitamina D | – |
Vitamina E | – |
Vitamina K | Trazas |
Para disfrutar de todos sus beneficios, se recomienda consumirlo crudo.
El daikon proporciona beneficios probados para la salud. Para optimizar sus efectos, lo mejor es integrarlo en una alimentación sana y equilibrada.
El agua es el componente principal del daikon. También contiene carbohidratos, cuya carga es baja en almidón. Las fibras en su interior ayudan a no exceder un peso saludable. Además, estos nutrientes son capaces de limitar la sensación de hambre. De esta manera, permitirán evitar los picoteos, responsables del aumento de peso. El consumo de esta verdura es recomendable, ya que reduce los niveles de insulina. Además, reduce la grasa en el cuerpo de manera significativa.
El rábano japonés contiene numerosos compuestos bioactivos indispensables para el organismo. Su contenido en vitamina C, por ejemplo, contribuye a fortalecer el sistema inmunológico actuando sobre los glóbulos blancos. Esta vitamina, con propiedades antioxidantes, también combate la fatiga y la falta de vitalidad. Finalmente, participa en el proceso de cicatrización de la epidermis.
Por otra parte, los polifenoles que lo componen son potentes antioxidantes con efectos antiinflamatorios y antivirales. También juegan un papel protector en la esfera inmunológica.
Según algunas investigaciones, el nabo japonés tendría la capacidad de reducir los riesgos de cáncer, especialmente los de estómago, pulmón, vejiga y próstata. Los flavonoides y los ácidos fenólicos impiden que las células cancerosas se desarrollen. También son capaces de prevenir o combatir patologías como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y los trastornos neurodegenerativos. Los componentes que contiene también pueden bloquear los radicales libres, responsables del envejecimiento cutáneo.
El rábano blanco contiene enzimas, similares a las que se encuentran en el tubo digestivo. Contribuyen a regular la acidez del estómago para favorecer una mejor digestión. Si sufres de flatulencias, gases intestinales o falta de apetito, esta verdura es recomendable.
El jugo extraído de esta raíz también permite calmar el estreñimiento y eliminar los desechos acumulados en el cuerpo. En este sentido, el daikon actúa como un diurético. Dado que los riñones trabajan más, desintoxican el organismo.
Estudios han demostrado que el nabo blanco puede aliviar los dolores de cabeza y las migrañas. Los isotiocianatos que contiene ayudan a mejorar la circulación sanguínea. Estos compuestos orgánicos también previenen los coágulos sanguíneos. En Asia, se utiliza para combatir problemas respiratorios. Consumido en jugo, destruye las bacterias en los pulmones para un sistema respiratorio sano. Los asiáticos también lo utilizan para embellecer la piel. A menudo, forma parte de la composición de cremas antiarrugas que se presentan en forma de aceite.
El primer elemento a tener en cuenta es la frescura. Esta se identifica por una piel firme y lisa. Debe tener un color bonito sin manchas. Las variedades con piel y pulpa blancas son a menudo ofrecidas en los puestos de frutas y verduras y en las tiendas bio. En cambio, los daikons verdes y morados, que son más raros, se encuentran en los mercados de agricultores y en las fruterías.
Como el daikon es una raíz, se conserva bastante tiempo. Puede permanecer en el refrigerador durante algunas semanas sin que su sabor se altere. La única condición es depositarlo en un recipiente hermético para que no se seque rápidamente. Además, su olor no corre el riesgo de propagarse a otros alimentos en el refrigerador.
El daikon puede cocinarse de múltiples maneras. En versión cruda o cocida, la elección depende del gusto de cada uno y de los efectos deseados.
Sirve el daikon crudo en pequeños palitos. Esta forma de consumirlo aportará novedad a tu bandeja de crudités. Puedes sumergirlos en una salsa blanca con cebollino para realzar aún más su sabor. La versión encurtida también impresionará a tus invitados.
Ralla una buena cantidad de daikon y zanahoria, luego añade jengibre fresco picado. Prepara un adobo, cuya parte de agua, vinagre y azúcar esté equilibrada. Vierte todo en un recipiente y mezcla. Puedes terminar con un poco de albahaca tailandesa, cilantro fresco y semillas de sésamo tostadas. Guarnece tus sándwiches con esto para una comida tipo banh-mi.
Al igual que la chirivía y el rutabaga, el rábano es ideal para hacer sopas y potajes. Todas las partes de esta verdura se comen. Si las hojas aún están presentes, se cocinan como las espinacas. Es el recurso contra el desperdicio por excelencia.
Piensa en germinar semillas de daikon. Déjalas en remojo una noche, luego siémbralas. Se consumen después de cuatro a seis días. Puedes integrarlos en tus ensaladas, en tus sopas o en tus sándwiches.
Corta el rábano blanco en diagonal, luego en dados o en finas rodajas con una mandolina. Asociado con tus hierbas aromáticas favoritas, adornará tus ensaladas con ligereza. También puede ser rociado con una vinagreta a base de aceite de oliva y limón para acompañar pescados, parrilladas y mariscos.
Para un plato alto en color y sabor, puedes añadir naranjas, pimientos, tomates y lechuga. El daikon fermentado lácticamente dará una nota asiática a tus platos con un pequeño sabor umami.
El gratinado de daikon y patatas es una verdadera delicia para los paladares golosos. Los adeptos al “kimchi” pueden utilizarlo para cocinar este plato compuesto por verduras marinadas.
El origen del daikon es objeto de numerosas controversias. Algunos piensan que viene directamente de Europa y de Asia Oriental y Sudoriental. Otros sugieren que es originario de Japón. A partir de ahí, fue introducido en Gran Bretaña, luego en Europa. Desde entonces, se ha extendido a países como Italia, España y Francia.
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