
Características de la Codorniz
- Nombre : Codorniz
- Reino : Animalia
- Subreino : –
- División : –
- Clase : –
- Subclase : –
- Orden : –
- Familia : –
- Subfamilia : Perdicinae
- Género : Phasianidae
- Especie : –
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En el ámbito de la gastronomía, la codorniz es muy apreciada por la delicadeza de su carne y el sabor de sus huevos. Además, puede ser un manjar exquisito para momentos festivos y especiales. Desde el punto de vista nutricional, la carne de esta ave es beneficiosa para la salud, ya que es rica en proteínas y en varios otros nutrientes.
La codorniz es un nombre común para referirse a pequeñas aves migratorias. Está clasificada en la subfamilia de los Perdicinae y en el género Phasianidae. Existen numerosas especies, pero las más conocidas son la codorniz común (Coturnix coturnix) y la codorniz japonesa (Coturnix japonica).
La primera es bastante pequeña, mide aproximadamente 15 cm, y su peso varía de 80 a 130 g. Dotada de alas puntiagudas y largas, posee una cola bastante reducida. Su pico corto presenta una curvatura hacia abajo. Sus tonalidades incluyen el rojizo, el beige, el gris y el marrón, adornadas con manchas negras en varias partes de su cuerpo. Cabe destacar que, en Francia, es ilegal criar esta especie. Esta se encuentra en el campo entre abril y septiembre. Durante el período invernal, migra hacia países más cálidos, y luego regresa en la primavera siguiente.
Es posible domesticar la codorniz japonesa. Es más grande: mide entre 17 y 19 cm. El macho se diferencia de la hembra, ya que es más pequeño que ella. También se distingue por su pecho cubierto de plumaje de color rojizo. En cambio, la hembra se caracteriza por la presencia de pequeños puntos oscuros en sus plumas. A la edad de 40 días, pone una cantidad de huevos equivalente a su propio peso, en el espacio de solo diez días. El tamaño de estos huevos varía de 23 a 30 mm, y su color varía, pero en general, muestran un color crema adornado con numerosas manchas marrones. A medida que el ave envejece, su capacidad para poner disminuye. Se observa que en cautiverio, su esperanza de vida es de aproximadamente 5 años.
La codorniz está clasificada entre las aves de corral que se benefician de un perfil nutricional excepcional con una concentración del 25% en proteínas. También constituye una fuente notable de micronutrientes como el fósforo, el selenio y el zinc.
La siguiente tabla indica los valores nutricionales de 100 g de carne cocida de codorniz.
Nutrientes | Carne de codorniz cocida |
Proteínas | 25 000 mg |
LípidosÁcidos grasos saturadosAG monoinsaturadosAG poliinsaturados | 14 000 mg4 000 mg4 900 mg3 500 mg |
Fibras | 900 mg |
Fósforo | 279 mg |
Colesterol | 86 mg |
Hierro | 4,4 mg |
Zinc | 3,1 mg |
Selenio | 0,022 mg |
100 g de carne de codorniz cocida proporcionan 227 g de calorías.
El contenido promedio de nutrientes para 10 g de huevo de codorniz se presenta en la tabla a continuación:
Nutrientes | Huevo de codorniz |
Proteínas | 1 200 mg |
LípidosSaturadosMonoinsaturados Poliinsaturados | 1 000 mg300 mg400 mg100 mg |
Zinc | 130 mg |
Colesterol | 76 mg |
Carbohidratos | 40 mg |
Fósforo | 20 mg |
Hierro | 0,3 mg |
Selenio | 0,003 mg |
Para 10 g de huevo de codorniz, el valor calórico medio es de 14 kcal.
Estas partes contienen elementos esenciales para el buen funcionamiento del organismo.
Como carne blanca, la de la codorniz resulta ser una fuente de proteínas y una variedad de nutrientes esenciales como el selenio, el fósforo, el hierro y el zinc. También presenta una ventaja nutricional sobre las carnes rojas debido a su composición de grasas más equilibrada.
El selenio contenido en la carne de codorniz ejerce una doble acción beneficiosa para la salud. Por un lado, actúa como un antioxidante que ayuda a prevenir daños celulares causados por los radicales libres. Por otro lado, este elemento contribuye a la conversión de las hormonas tiroideas inactivas en su forma activa. Esta función es esencial para el buen funcionamiento de numerosos sistemas en el cuerpo.
La carne de codorniz se presenta como una fuente de fósforo. Este último es mencionado como el segundo mineral más abundante en el cuerpo humano después del calcio. Está presente en cada célula del cuerpo, y es esencial para numerosas funciones biológicas.
En asociación con el calcio, este nutriente garantiza la solidez de los huesos, y mantiene la salud dental. También contribuye al desarrollo y la reparación continua de células y tejidos en el cuerpo.
Además, gracias a este elemento, el pH sanguíneo se preserva a un nivel normal. El fósforo también se menciona como uno de los elementos constitutivos de las membranas celulares. Estos últimos rodean las células, y controlan las sustancias que entran y salen de ellas.
La carne de codorniz contiene zinc que juega un papel esencial para la salud. Este mineral participa activamente en las reacciones inmunitarias que refuerzan la capacidad del sistema inmunológico para combatir las infecciones.
También está involucrado en la síntesis del material genético que ejerce una función en la replicación y transcripción del ADN. Este proceso es crucial para la reproducción celular y la transmisión de la información genética.
Por otro lado, el zinc participa en la capacidad de saborear y apreciar los sabores alimentarios. También es necesario para la cicatrización de heridas. Para ello, favorece la regeneración de los tejidos y contribuye a la formación de nuevas células, acelerando así el proceso de curación.
Durante el embarazo, este nutriente es uno de los factores de crecimiento y formación normal de los órganos del feto. Además, interactúa con las hormonas tiroideas y sexuales: así juega un papel en la regulación de diversos procesos hormonales en el cuerpo.
En el páncreas, el zinc está implicado en la fabricación, almacenamiento y liberación de insulina. Esta hormona es esencial en la regulación del nivel de azúcar en sangre.
El hierro que contiene la carne de codorniz es indispensable para diversas funciones en el cuerpo. Este nutriente procedente de fuentes animales se denomina “hemínico”. El organismo lo absorbe más eficazmente en comparación con el procedente de alimentos de origen vegetal.
Cabe destacar que este mineral está omnipresente en cada célula del cuerpo. Es necesario para la formación de los glóbulos rojos en la sangre. Estas células sanguíneas son cruciales para el transporte de oxígeno.
Este nutriente también está implicado en la producción de neurotransmisores, hormonas y nuevas células. Estas ocurrencias subrayan su papel en el crecimiento, la regulación hormonal y la transmisión de señales nerviosas.
El consumo de carne de codorniz proporciona al cuerpo proteínas, que se descomponen durante la digestión en aminoácidos. Estos últimos son luego utilizados por el organismo para sintetizar nuevas proteínas, contribuyendo así al mantenimiento y crecimiento de los músculos.
Los huevos se consumen después de una cocción hasta obtener huevos duros. Son los más dietéticos en la familia de los huevos debido a su composición rica en proteínas y en otros minerales. A pesar de su tamaño más pequeño en comparación con los de las gallinas, presentan más ventajas nutricionales. Además, son reconocidos por su reducido contenido de colesterol, contribuyendo positivamente a la salud cardíaca. En efecto, el consumo de estos huevos no provoca la acumulación de colesterol malo en las paredes de las arterias.
La codorniz japonesa es apreciada por su carne y sus huevos. Para una carne de buena calidad, seleccionar una que tenga un Label Rouge, ya que responde a normas específicas de calidad. Se puede conservar de 2 a 3 días en la sección más fría del refrigerador. Debido a la delicadeza de su carne, se recomienda prepararla lo antes posible después de la compra para disfrutar de su sabor.
Para una conservación prolongada, congelarla colocándola cuidadosamente en una bolsa de congelación hermética. El período de congelación recomendado es de 3 meses. Su descongelación puede hacerse siguiendo dos métodos. El primero consiste en colocarla en el refrigerador durante 10 h por kilogramo de carne. Para minimizar los riesgos de contaminación, no quitar su envase que está previamente perforado con varios agujeros para permitir el drenaje del líquido.
El segundo método es más práctico, y la duración de la descongelación es de aproximadamente una hora para tres a cuatro codornices. Basta con ponerlas en otra nueva bolsa hermética, y depositarlas en agua fría. Es necesario renovar frecuentemente esta última. No se debe exceder el período de dos días para preparar esta ave de corral una vez descongelada.
Los huevos no están sujetos a temporadas específicas, y están disponibles durante todo el año. Al comprarlos, privilegiar aquellos que presentan las siguientes características: un peso de 9 g, una longitud de 3 cm y un diámetro de 2,5 cm. Se distinguen por una cáscara de tono blanquecino adornada con manchas marrones no uniformes.
Para conservarlos, se sugiere ponerlos en el refrigerador en su caja original. La fecha límite de su consumo es de aproximadamente 30 días después de la puesta. Después de la cocción, deben conservarse en el refrigerador durante un período de 2 a 3 días.
La carne de codorniz puede prepararse asándola, cocinándola en una cacerola o rostizándola. El tiempo de cocción es generalmente de unos veinte minutos. También puede degustarse aderezada con un relleno, transformada en terrina o en paté. Para realzar su delicado sabor, se pueden añadir diversos ingredientes, como aceitunas y uvas pasas, limón, ciruelas pasas o incluso cerezas.
Esta carne es adecuada para una comida familiar. Sin embargo, para las personas que sufren de gota o cálculos urinarios, se recomienda limitar su consumo. Esta precaución pretende prevenir un aumento del nivel de ácido úrico. De hecho, dependiendo de las piezas, éstas contienen entre 50 y 70 mg de purinas por cada 100 g.
Existen varias formas de cocinar el huevo de codorniz, al igual que el huevo de gallina. Sin embargo, generalmente se consume después de haber sido cocido en agua. Para obtener un huevo duro, se aconseja cocinarlo durante aproximadamente 4 min en agua hirviendo salada. Es importante prestar atención al tiempo de cocción para evitar una consistencia demasiado dura. Después de la cocción, para facilitar la retirada de la cáscara, se recomienda sumergirlo en agua helada con vinagre. Esta técnica hace que pelar el huevo sea más fácil.
Este huevo también puede prepararse como tortilla, ofreciendo una alternativa original y deliciosa para aquellos que quieren diversificar sus recetas.
La perdiz y la codorniz se parecen mucho, pero esta última es más pequeña. De hecho, está clasificada entre las aves más pequeñas consumidas en Europa. La cría de codorniz, llamada “coturnicultura”, siempre ha conocido un marcado éxito en todos los continentes. Esta ave de corral es muy preciada como caza, tanto por su carne como por sus huevos fácilmente identificables gracias a su pequeño tamaño.
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