
Características de la cereza
- Nombre: Cereza
- Reino: Plantae
- Subreino: Tracheobionta
- División: Magnoliophyta
- Clase: Angiospermae
- Subclase: Dycotyledonae
- Orden: Rosales
- Familia: Rosaceae
- Subfamilia: Prunoideae
- Género: Prunus
- Especie: –
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La cereza es una fruta deliciosamente dulce que es producida por el cerezo. Es particularmente apreciada por su exquisito sabor y su versatilidad culinaria. Esta drupa roja y jugosa también es rica en componentes beneficiosos para la salud.
El cerezo es un árbol de hoja caduca que puede alcanzar hasta 30 m de altura. Sus hojas, de un verde brillante, están dentadas en los bordes. Esta planta se cultiva principalmente por sus frutos, que son pequeñas drupas esféricas con pulpa jugosa y dulce. Estos últimos se agrupan en racimos y varían en color, desde el rojo intenso hasta el amarillo pálido.
La floración del cerezo tiene lugar en primavera. Produce flores blancas o rosadas con cinco pétalos distintos. Estas desprenden un perfume suave y cautivador. En general, la polinización de este árbol frutal está asegurada por las abejas.
Las cerezas se desarrollan a partir del receptáculo floral y contienen un solo hueso. Este último es duro y liso. Alberga una semilla que, cuando se planta, puede dar origen a un nuevo cerezo.
Esta planta cuenta con varias especies. Algunas de ellas producen frutos, mientras que otras se cultivan únicamente con fines decorativos. Los cerezos frutales más conocidos son las cerezas dulces (Prunus avium) y las cerezas ácidas (Prunus cerasus).
Aquí hay una tabla que resume los valores nutricionales de los frutos del Prunus:
Nutrientes | Elementos nutritivos | Contenido medio por 100 g de cerezas |
Macronutrientes | Agua | 85,7 g |
Azúcares | 10 g | |
Proteínas | 0,81 g | |
Lípidos | < 0,3 g | |
Carbohidratos | 13 g | |
Lactosa | < 0,2 g | |
Glucosa | 5,4 g | |
Maltosa | < 0,2 g | |
Fructosa | 4,6 g | |
Sacarosa | < 0,2 g | |
Fibras alimentarias | 1,6 g | |
Almidón | < 0,35 g | |
Polioles totales | 2,8 g | |
Micronutrientes | Beta-caroteno | 0,242 mg |
Tiamina | < 0,015 mg | |
Riboflavina | 0,012 mg | |
Niacina | < 0,1 mg | |
Ácido pantoténico | 0,14 mg | |
Folatos totales | 0,00675 mg | |
Vitamina B6 | 0,04 mg | |
Vitamina C | 4,09 mg | |
Vitamina E | < 0,08 mg | |
Vitamina K1 | < 0,0008 mg | |
Calcio | 9,9 mg | |
Cobre | 0,08 mg | |
Hierro | 0,17 mg | |
Magnesio | 8,8 mg | |
Fósforo | 19 mg | |
Manganeso | 0,06 mg | |
Potasio | 190 mg | |
Sodio | < 5 mg | |
Selenio | < 0,02 mg | |
Yodo | < 0,02 mg | |
Zinc | 0,06 mg | |
Cloruro | < 20 mg |
Cada 100 g de frutos del cerezo aporta aproximadamente 55,7 kcal de energía. Como se indica en la tabla, proporcionan las vitaminas esenciales para el organismo. Contienen un alto contenido de vitamina C, un potente antioxidante que fortalece el sistema inmunológico y favorece la salud de la piel. Además, las cerezas proporcionan vitamina A que apoya la visión y vitamina K que juega un papel importante en la coagulación sanguínea. En cuanto a los minerales, aportan potasio, que contribuye a la regulación de la presión arterial. También contienen cobre, calcio y manganeso, elementos esenciales para asegurar diversas funciones corporales.
Además, los frutos del cerezo poseen principios activos tales como:
Las antocianinas y las quercetinas son antioxidantes que ayudan a contrarrestar los efectos de los radicales libres. Así, estos compuestos contribuyen a reducir el riesgo de enfermedades crónicas.
Las antocianinas presentes en las cerezas actúan como antiinflamatorios naturales. Su propiedad es beneficiosa para personas que sufren de artritis y dolores musculares. Además, estudios sugieren que el consumo regular del jugo de esta fruta puede ayudar a aliviar los dolores relacionados con el ejercicio físico.
Las drupas del cerezo forman parte de las frutas más sanas y ricas en nutrientes. Ofrecen numerosos beneficios para la salud y el bienestar. Al integrar estas frutas en su alimentación, puede beneficiarse de las siguientes ventajas:
Las cerezas son una de las pocas fuentes alimentarias naturales de melatonina, una hormona que regula el sueño. Pueden ayudar a regular el ciclo de vigilia-sueño. Esto puede ser particularmente útil para personas que sufren de insomnio o trastornos del sueño. La melatonina de estas drupas también puede ayudar a reducir los efectos del jet lag durante un viaje.
Estas frutas son naturalmente bajas en calorías y son una verdadera fuente de fibras. Constituyen una opción ideal para personas que buscan perder peso o mantener un peso saludable. Las fibras apoyan la digestión y contribuyen a la saciedad, lo que reduce el consumo excesivo de calorías. Además, su sabor dulce puede satisfacer los antojos de dulces, sin recurrir a opciones menos saludables.
Los compuestos presentes en las cerezas, especialmente las antocianinas y los flavonoides, pueden reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Contribuyen a bajar la presión arterial, mejorar la circulación sanguínea y reducir el nivel de colesterol LDL. Sus acciones favorecen así la salud del corazón. Una alimentación rica en Prunus puede, por tanto, ser beneficiosa para su sistema cardiovascular.
Los flavonoides y la vitamina C contenidos en las cerezas juegan un papel clave en la protección de su cuerpo contra los daños celulares. También apoyan la regeneración celular, contribuyendo así a una piel más sana y un sistema inmunológico fortalecido.
Elegir drupas de cerezo frescas y deliciosas implica examinar su apariencia, oler su aroma y verificar su consistencia así como su sabor.
Privilegie las frutas de cerezo brillantes, lisas y libres de manchas o arrugas. Su color varía según la variedad. Por ejemplo, las cerezas bigarreau son negras y las guindas son rojas. En todos los casos, asegúrese de que estén uniformemente coloreadas. Por otra parte, los rabos deben ser firmes e intactos. Evite las drupas que presentan signos de marchitamiento.
La consistencia constituye un elemento clave para determinar la frescura de estas frutas. Cuando las toca, deben ser firmes, pero ligeramente flexibles. Evite las que son duras, ya que aún no están maduras. Demasiado blandas, las cerezas no se conservarán por mucho tiempo. Puede presionar suavemente la fruta entre sus dedos para verificar su firmeza.
El olor y el sabor de las drupas de cerezo son indicadores de su frescura y madurez. Se aconseja elegir las que desprendan un olor agradable y que sean a la vez dulces y jugosas. Para conservar el perfume y el sabor de las cerezas, guárdelas en un refrigerador. Procure mantenerlas lejos de alimentos o productos con fuerte olor.
Las frutas del género Prunus se comercializan a menudo a granel. Sin embargo, pueden estar empaquetadas en una bandeja, en una mini-cesta o en otro lugar.
Estas frutas pueden degustarse de varias maneras:
Para apreciar su sabor y su dulzura natural, puede consumirlas frescas. Se recomienda lavarlas cuidadosamente con agua fría para eliminar los residuos de suciedad y los pesticidas. Luego, escúrralas en un colador y asegúrese de que estén bien secas antes de degustarlas.
Las cerezas añaden un toque dulce y acidulado a numerosas recetas. Puede incorporarlas en una ensalada de frutas compuesta por plátano, kiwi, piña y papaya. También es posible añadirlas en yogures, batidos o cereales para un desayuno sano y sabroso. Estas frutas son un excelente ingrediente para preparar postres como tartas, muffins o helados. También se combinan bien con platos salados, como ensaladas o salsas que acompañarán a las carnes a la parrilla.
Es posible transformar las cerezas en mermeladas. La mermelada de estas drupas es una deliciosa guarnición para el pan, las galletas o los crepes. Es posible guardarlas en un tarro, pero la conservación permite preservarlas por más tiempo. Para esta segunda opción, deshuese las frutas, cocínelas con azúcar y llene el recipiente.
La historia de las cerezas comienza en Asia Menor, donde fueron cultivadas por primera vez hace aproximadamente 2.000 a 3.000 años. Las especies silvestres ya estaban presentes en esta región, mucho antes de que las variedades cultivadas vieran la luz. Estas frutas jugaban un papel importante en la alimentación humana antes del advenimiento de la agricultura.
Los griegos y los romanos contribuyeron a difundir el cultivo del Prunus a través de Europa. En el siglo XIX, los Estados Unidos comenzaron a cultivar cerezos, especialmente en el estado de Oregón. Este último es hoy célebre por su producción de cerezas dulces. Estas frutas también han encontrado su lugar en la cultura culinaria, con recetas tradicionales como la tarta y el clafoutis.
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