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Camembert

Características del camembert

  • Nombre : Camembert
  • Reino : Animalia
  • Subreino :
  • División :
  • Clase : Mammalia
  • Subclase :
  • Orden : Artiodactyla
  • Suborden :
  • Familia : Bovidae
  • Subfamilia : Bovinae
  • Género : Bos
  • Especie : Bos taurus

Todo lo que debes saber sobre el camembert: sus características, composición, beneficios, preparación y origen

El camembert, un producto emblemático de Normandía, se elabora a partir de leche de vaca. 

Su textura suave y su contenido en materia grasa lo convierten en una auténtica delicia.

Su corteza aterciopelada enmarca una pasta deliciosamente cremosa, ofreciendo una experiencia culinaria tan agradable caliente como fría. 

Comparado con los quesos de pasta prensada cocida, es menos calórico aunque rico en nutrientes.

¿Qué es el camembert?

Este queso, símbolo culinario francés, es una pasta blanda con corteza florida, fabricada a partir de leche de vaca. Pertenece a la familia de quesos como el Brie, el Coulommiers y el Brillat-savarin. 

El auténtico camembert de Normandía, sometido al decreto nº2008-984 y con Denominación de Origen Controlada (AOC) desde 1983, debe pesar al menos 250 g al envasarse. Su forma cilíndrica presenta un diámetro de aproximadamente 11 cm y un grosor de 3 cm. Además, debe elaborarse exclusivamente con leche cruda normanda, procedente de vacas que pastan durante más de seis meses. Con un contenido en materia grasa del 22%, se moldea con cazo y se envasa en una caja de madera.

Sin embargo, la mención “fabricado en Normandía” autoriza el uso de leche proveniente de otras regiones y ofrece la posibilidad de emplear la de diversas razas de vacas. Esta distinción es esencial para los conocedores de este queso.

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Apariencia y maduración

Visualmente, el camembert luce una corteza delicada, resultante de la acción del hongo penicillium camemberti durante la maduración. Una maduración prolongada revela matices marrón-rojizos, atribuidos a la bacteria brevibacterium linens.

Textura de la pasta

La pasta del queso se distingue por su flexibilidad, mostrando tonos de marfil a amarillo claro. Los semi-madurados revelan un núcleo blanco, mientras que una maduración que supera los 35 días califica al camembert como “madurado hasta el corazón”.

Olor distintivo

En la nariz, este queso desprende un olor franco a leche y sotobosque, enriqueciendo así la experiencia olfativa.

Sabor característico

En boca, este queso ofrece un sabor suave, lácteo, ligeramente salado, incluso afrutado para las versiones más maduradas, subrayando su diversidad gustativa.

¿Cuáles son la composición y la información nutricional de una porción de 100 g de camembert?

El camembert, recomendado en porciones de 30 a 40 g, revela una composición nutricional equilibrada. Cada porción de 100 g ofrece un aporte energético de 269 kcal. También tiene un generoso contenido de proteínas, de 20 mg, y presenta una cantidad similar de lípidos. El contenido de carbohidratos, principalmente representado por la lactosa, es casi nulo en el camembert, haciéndolo así digestible para un amplio público. 

Es importante señalar que este alimento también contiene un 55,9% de agua.

Las vitaminas

En cada porción de 100 g, el camembert ofrece una gama completa de nutrientes. 

La vitamina A, con 0,19 mg, cubre así el 29% de las necesidades diarias, siendo esencial para la visión y la salud de la piel. 

En cuanto al colecalciferol, este queso ofrece 0,00024 mg, equivalente al 2% de las necesidades diarias y participa en la salud ósea e inmunitaria. 

Respecto al tocoferol, presente en 0,57 mg, constituye el 6% de los aportes recomendados, actuando como un antioxidante crucial para la protección celular. 

En lo que concierne a las vitaminas B, el camembert aporta 0,045 mg de B1, 0,45 mg de B2, 1,8 mg de B3. Además, este queso contiene 1,36 mg de B5, 0,25 mg de B6, 0,062 mg de B9. Su alto contenido en vitamina B12 (0,00161 mg) contribuye significativamente a la formación de glóbulos rojos y al funcionamiento óptimo del sistema nervioso. 

Estos valores subrayan la contribución significativa de este alimento a una dieta equilibrada, abordando diversos aspectos del metabolismo y la salud.

Los minerales 

El camembert se distingue por su aporte en calcio, con 380 mg por 100 g. También es rico en zinc (2,8 mg), un elemento esencial para el sistema inmunitario y la cicatrización de heridas. Además, el fósforo, presente en cantidad de 370 mg, contribuye a la formación ósea y al buen funcionamiento de los riñones. El sodio, con 579 mg, participa en el equilibrio hídrico y la transmisión nerviosa. 

Esta diversidad mineral confiere a este queso un valor añadido en el marco de una alimentación equilibrada, contribuyendo a la preservación del bienestar y la salud.

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¿Cuáles son los beneficios del camembert?

Conviene recordar que este queso puede ser calórico. Sin embargo, contiene cantidades significativas de zinc y vitamina B12, respondiendo así a las preocupaciones nutricionales.

Apoyo óseo en todas las etapas de la vida

Este queso, como fuente importante de calcio, juega un papel importante en la promoción de la salud ósea. Su alto contenido en calcio y su relación equilibrada con el fósforo, cercana a 1, contribuyen a una absorción óptima por el organismo. Este aspecto único lo convierte en una elección nutritiva beneficiosa en diversas fases de la vida.

El crecimiento de los huesos y los dientes, esencial en niños y adolescentes, se favorece por la presencia de calcio en el camembert.

Este queso constituye una fuente importante de este mineral para las mujeres que desean prevenir la osteoporosis y para aquellas que amamantan.

Del mismo modo, las personas mayores a menudo tienen necesidades aumentadas de calcio. Pueden aprovechar la riqueza en minerales de este producto para mantener una salud ósea óptima.

Aliado para las funciones cerebrales y la vitalidad

El camembert, en una porción modesta de 40 g, ofrece discretamente una fuente de vitamina B12. Este elemento, necesario para la producción de glóbulos rojos y las funciones cerebrales, contribuye así a satisfacer las necesidades diarias de manera sutil pero significativa. Integrar este queso en una alimentación regular puede constituir un pequeño paso para reforzar el aporte de cobalamina.

Base fundamental del crecimiento muscular y de la biología

Las proteínas provenientes del camembert juegan un papel vital contribuyendo a diversos procesos biológicos esenciales. Favorecen el crecimiento muscular e intervienen en la síntesis de hormonas. Además, estos aminoácidos participan en la creación de enzimas indispensables e influyen en la producción de melanina, responsable de la pigmentación. Las proteínas contribuyen también a la formación de hemoglobina, esencial para el transporte de oxígeno en el cuerpo.

Aporte esencial de zinc para la salud fisiológica y la prevención de enfermedades

El camembert, rico en zinc, es un actor esencial al favorecer diversas reacciones fisiológicas, especialmente el fortalecimiento del sistema inmunitario. Gracias a sus propiedades antioxidantes, este queso contribuye a la prevención de ciertos cánceres, la diabetes tipo 2 y los trastornos cognitivos relacionados con la edad.

Solución adaptada para personas que sufren hipersensibilidades digestivas

El camembert, con menos de 0,2 g por 100 g, es una opción sin lactosa. Esta baja cantidad en una porción le permite ser bien tolerado por las personas sensibles a estos compuestos. Por consiguiente, este queso ofrece una alternativa deliciosa y digestible, respondiendo a las necesidades específicas de las personas que deben evitar o restringir su consumo de estos elementos.

¿Cómo elegir un camembert?

Emblema del saber hacer francés, este queso se produce a escala mundial, pero su sabor distintivo se altera por el proceso de pasteurización. Los amantes del queso deben prestar atención al embalaje.

Selección de un camembert auténtico 

La DGCCRF, o Dirección General de la Competencia, el Consumo y la Represión del Fraude, es una entidad gubernamental francesa. Su misión consiste en asegurar la protección de los consumidores, la lealtad de las transacciones comerciales y la seguridad de los productos en el mercado. 

En enero de 2021, la etiqueta “Fabricado en Normandía” fue prohibida, para evitar cualquier confusión. Esta medida pretende proteger el camembert DOP “de Normandía” y garantizar una información clara a los consumidores. Este último se elabora según criterios estrictos de calidad, especialmente con leche cruda de vacas normandas y una fabricación tradicional con cazo. Esta variante tiene un sabor más rico que la versión pasteurizada. Es importante señalar que el camembert DOP puede ser ligeramente más caro, ya que cuesta entre 3 y 4,50 €, frente a 1,50 a 2,50 € para el que no se beneficia de una DOP.

La intervención de la DGCCRF contribuye al mantenimiento de la integridad de las indicaciones geográficas y de las normas de producción asociadas a los quesos. Asegura así a los consumidores una experiencia auténtica y conforme a sus expectativas.

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Consejos para elegir el camembert 

Al elegir un camembert, es preferible no limitarse al método habitual de presión en el centro. Favorecer la exploración de la textura con un toque delicado de los bordes permite buscar un equilibrio entre firmeza y suavidad. Un queso bien elegido debería llenar uniformemente su caja para evitar cualquier resecamiento. Durante el examen de la corteza, un blanco marfil ligeramente moteado de marrón es preferible, signo de calidad. A esto se añade la evaluación olfativa, cuidando que el perfume permanezca sutil, sin presencia de amoníaco. Estos criterios, asociados a la percepción táctil, orientan hacia un camembert que ofrece una textura y un sabor óptimos.

Elección de maduración del camembert en función de la fecha de caducidad

La fecha de caducidad o DLC del camembert ofrece indicios sobre su maduración. A 12 días de la fecha de caducidad, este queso desarrolla una textura fluida, mientras que aproximadamente a los 18 días, privilegia una consistencia más firme.

¿Cómo preparar y consumir un camembert?

La experiencia gustativa es máxima cuando el queso se saca del refrigerador y se deja a temperatura ambiente durante 30 minutos a una hora.

Proceso de creación del Camembert de Normandía 

La fabricación del Camembert de Normandía comienza por la utilización exclusiva de leche cruda, preservada a una temperatura que nunca supera los 40 °C. Las cubas, de una capacidad máxima de 330 l, se templan a 37 °C durante el cuajado de la leche. Este queso se distingue por un escurrido espontáneo, evitando cualquier drenaje del suero para preservar su carácter. La cuajada, resultante de un ligero corte vertical con la ayuda de un cortador de cuajada, se moldea después con cazo, manualmente o automáticamente. Este proceso se desarrolla en cinco pasadas espaciadas de al menos 40 minutos cada una. Este meticuloso procedimiento confiere a la pasta una textura flexible y untuosa, garantizando a la vez un drenaje óptimo.

Los quesos se desmoldan después de una noche de oreo y se salan a mano. Después, se colocan en un primer secadero, donde permanecen durante una semana con una humedad cercana al 100%. El penicillium candidum, microorganismo presente en la atmósfera, favorece la formación de una fina capa de moho sobre el queso.

Para asegurar el desarrollo homogéneo de la corteza, los quesos se voltean. Después, se trasladan a un segundo secadero, esta vez al 50% de humedad, durante una semana más. Dos semanas después del cuajado, se envasan a mano, iniciando un período de maduración de una semana antes de su comercialización. 

Una diversidad de preparación para el camembert 

El camembert se presenta tan bien frío en una tabla de quesos, acompañado de pan fresco, como en diversas creaciones calientes. Cortado en cubos, aporta un toque exquisito a las ensaladas, combinadas armoniosamente con nueces. Caliente, cortado en trozos, magnifica las quiches, los pasteles salados, las tartas o las bricks. En versión empanada y frita, es perfecto para el aperitivo. Integrado en una hamburguesa normanda, adornada con morcilla de Vire y láminas de manzana, promete una experiencia gustativa única.

Horneado entero en su caja, enriquecido con miel y pistachos, el camembert revela su corazón caliente y fundente, perfecto con pan fresco. Su gusto inimitable y su versatilidad hacen de este queso un imprescindible, tanto en la cocina tradicional como en las creaciones culinarias innovadoras.

¿Cuáles son la historia y los orígenes del camembert?

El origen de este queso, aunque disputado, está asociado al pueblo de Camembert en el Orne. 

En el siglo XVIII, Vimoutiers, en el país de Auge, acogía un vibrante mercado destacando los quesos excepcionales de la región. En 1791, el abad Charles-Jean Bonvoust, sacerdote refractario, compartía su saber hacer quesero con Marie Harel, dando vida a una nueva creación.

El esplendor del queso se manifestó en 1863 durante la inauguración de la línea ferroviaria París-Granville por Napoleón III. En Surdon, el descendiente de Marie Harel hizo descubrir esta delicia al Emperador. Ignorando su nombre, Napoleón sugirió “camembert”. Este encuentro imperial propulsó el producto hacia la celebridad, suscitando pedidos regulares para el Palacio de las Tullerías.

Durante la Primera Guerra Mundial, en 1914, este queso se convirtió en un elemento esencial de la ración de guerra de los “poilus”. Las queserías normandas prosperaron produciendo este icono culinario, reforzando su estatus de símbolo nacional. Aunque la leyenda de Marie Harel es cuestionada, permanece anclada en el imaginario colectivo. El camembert sigue siendo incontestablemente el queso más renombrado de Normandía y uno de los más célebres del mundo.

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¿Cómo conservar el camembert?

Para preservar la frescura del camembert, se aconseja almacenarlo en un lugar fresco y seco, o colocarlo en el refrigerador en su envase original. Este queso de pasta blanda requiere una atención particular durante su conservación. Se recomienda envolverlo cuidadosamente en plástico o aluminio. También se recomienda evitar temperaturas extremas y privilegiar un rango entre diez y doce grados. En caso de aparición de mohos, es preferible retirarlos con precaución. 

La congelación sigue siendo una opción viable, aunque no ideal, ya que puede alterar el sabor y la textura del queso. Para este método, corte el camembert en segmentos de dos centímetros de grosor como máximo y que no excedan los 500 g por porción. Un embalaje meticuloso garantiza una conservación en congelación de dos a tres meses. Para descongelar, es preferible utilizar el refrigerador, limitando así los cambios de textura. Se aconseja reservar el queso descongelado para platos cocinados.

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