
Características del calamar
- Nombre : Calamar
- Reino : Animalia
- Subreino : –
- División : –
- Clase : Cephalopoda
- Subclase : Coleoidea
- Orden : Teuthida
- Suborden : Myopsina
- Familia : Loliginidae
- Subfamilia : –
- Género : Loligo
- Especie : Loligo vulgaris
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El calamar común, llamado frecuentemente calamar, es un animal que pertenece a la familia de los Loliginidae. En el lenguaje científico, este marisco es conocido con el nombre de Loligo vulgaris. Además de su sabor que lo ha hecho famoso, esta especie también presenta beneficios para el cuerpo humano.
Este cefalópodo marino posee un cuerpo blando y tentáculos. Sin embargo, se distingue principalmente por la parte más imponente de su anatomía: su manto. De hecho, éste mide en promedio 40 cm, lo que explica que el animal pueda alcanzar los 60 cm.
El calamar también está dotado de un pico intrigante, dividido en dos partes. Cada una de ellas, de apariencia translúcida, tiene una base flexible. El extremo es, por su parte, rígido y de color marrón oscuro. Su pico contiene principalmente quitina, una molécula perteneciente a la familia de los glúcidos.
El Loligo vulgaris es capaz de adaptarse rápidamente a diferentes entornos. Así, a pesar de la contaminación de los océanos, su población sigue siendo numerosa.
Los valores nutricionales para 75 g de calamar crudo son los siguientes:
Nutrientes | Contenido | |
Energía | 69 kcal | |
Proteínas | 11 700 mg | |
Glúcidos | 2 300 mg | |
Lípidos | 1 000 mg | |
saturados | 300 mg | |
monoinsaturados | 100 mg | |
poliinsaturados | 400 mg | |
omega-3 | 400 mg | |
Colesterol | 175 mg | |
Fibras alimentarias | – |
Este animal acuático también contiene otros componentes:
Cada uno de estos elementos contribuye a proteger el organismo.
Las sustancias contenidas en el calamar le confieren virtudes terapéuticas. Sin embargo, todavía es necesario realizar investigaciones adicionales sobre sus efectos.
Este marisco reduce el riesgo de contraer un cáncer colorrectal. Además, disminuye la probabilidad de sufrir un infarto de miocardio. Ningún estudio ha permitido identificar los compuestos responsables de estos efectos beneficiosos hasta ahora. Sin embargo, los científicos estiman que podría tratarse de los omega-3.
El ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA), presentes en el calamar, forman parte de los omega-3. Permiten que el sistema inmunológico funcione normalmente. Lo mismo ocurre con la circulación sanguínea y el sistema hormonal.
Los omega-3 también disminuyen el riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares. Permiten bajar la tensión arterial, limitar la cantidad de triglicéridos sanguíneos y prevenir la formación de coágulos sanguíneos. Los individuos que consumen calamar también tendrán menos probabilidades de ser víctimas de aterosclerosis.
Se recomienda ingerir 0,25 g de EPA y DHA al día. Gracias a estas sustancias, las probabilidades de morir debido a una enfermedad coronaria serán bajas. Sin embargo, si los sujetos ya padecen esta enfermedad, la dosis diaria será más bien de 1 g.
Es preferible elegir un calamar con un cuerpo grueso. Cuanto mayor sea el espesor, mejor será la calidad del marisco. La carne debería ser generalmente blanca: translúcida para el cuerpo y nacarada para los tentáculos. Además, es importante pasar el dedo por las ventosas del animal para ver si todavía pueden aspirar ligeramente. Si es así, significa que el calamar está fresco.
El período de consumo del Loligo vulgaris se extiende de agosto a febrero. Como todo producto del mar, la conservación y la cocción de este último son bastante delicadas. Por lo tanto, conviene seguir algunas recomendaciones.
Es posible degustar calamares frescos 24 horas después de su compra. Sin embargo, también puede almacenarlos en un congelador para un consumo posterior. En este caso, deben colocarse en un recipiente hermético. De esta manera, aún tendrá la posibilidad de saborearlos sin peligro 4 meses más tarde. Pasado este plazo, el animal se volverá tóxico para el organismo.
Si tiene previsto cocinar el calamar, se puede conservar en un refrigerador durante un máximo de 48 horas.
Si decide freír este marisco, contendrá una cantidad considerable de sal y colesterol. Por consiguiente, se desaconseja abusar de él. Por otra parte, las personas alérgicas a ciertos productos acuáticos también deberían tener cuidado. Para evitar cualquier inconveniente, es más prudente realizar pruebas con profesionales de la salud.
Teniendo en cuenta su carne flexible, el calamar puede cocinarse de diferentes maneras. Sin embargo, se recomienda pasarlo rápidamente por un fuego vivo. Para ello, puede recurrir a una plancha, una parrilla o una sartén. El secreto para obtener un plato suculento es marinar el crustáceo antes de cocinarlo.
Existen varias maneras de consumir el calamar:
Evidentemente, estas sugerencias no le impiden preparar este marisco de manera diferente. Incluso tiene la oportunidad de probar nuevas recetas.
Los calamares son un grupo de cefalópodos marinos que aparecieron en la época del Jurásico. La especie Loligo vulgaris es la que se puede consumir.
Este animal, proveniente de los océanos, es apreciado por su sabor singular. Además, su población crece rápidamente, lo que ha permitido hacer un comercio floreciente desde los años 1950. Al igual que los pulpos, las medusas y las sepias, resiste mejor a la contaminación de los mares que otros animales marinos. Por cierto, a veces es difícil diferenciar el calamar de sus primos. Solo unos ojos experimentados son capaces de reconocerlos a primera vista.
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