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Calabaza Potimarrón

Características de la Calabaza Potimarrón

  • Nombre :Calabaza Potimarrón
  • Reino : Plantae
  • Subreino :
  • División : Magnoliophyta
  • Clase : Magnoliopsida
  • Subclase :
  • Orden : Violales
  • Familia : Cucurbitaceae
  • Subfamilia :
  • Género : Cucurbita
  • Especie : Cucurbita maxima

Todo sobre la calabaza: sus características, composición, beneficios, preparación y origen

Rica en nutrientes, la calabaza es ampliamente apreciada por su pulpa cremosa y su sabor distintivo. Pertenece a la familia de las Cucurbitáceas y es un cultivar de la especie Cucurbita maxima. Esta hortaliza otoñal se ha propagado en diferentes regiones templadas después de su introducción en Europa. Forma parte de la composición de preparaciones culinarias tanto saladas como dulces.

Descripción de la calabaza

El sabor de la calabaza evoca el puré de castañas, de ahí su denominación. Con forma piriforme, esta hortaliza presenta tonalidades variadas que van desde el verde hasta el rojo, pasando por el anaranjado o el rosado. Contiene una pulpa amarilla cremosa y harinosa. Su peso varía entre uno y cinco kilogramos, según los especímenes. De crecimiento rastrero, sus tallos alcanzan hasta tres metros de largo. Además de su sabor distintivo, este alimento tiene la ventaja de tener una piel comestible y ser poco calórico.

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Composición y valores nutricionales de la calabaza

La calabaza contiene gran cantidad de nutrientes esenciales para el buen funcionamiento del organismo. Por cada 100 g, contiene 94,6 g de agua, 0,1 g de lípidos, 0,63 g de proteínas y 3,1 g de carbohidratos. Su contenido en fibras alimentarias es de 1,1 g.

Su consumo regular ayuda a mantener una buena salud, gracias a las diversas propiedades de sus compuestos.

Vitamina E o tocoferol: 0,1 mg por 100 g

La vitamina E posee una propiedad antioxidante. Neutralizando los radicales libres, protege las células de los daños relacionados con el estrés oxidativo. Debido a esta capacidad, sirve como conservante en cosmética y en la industria agroalimentaria.

Vitamina C: 5 mg por 100 g

La vitamina C tiene gran importancia para la salud. Tiene una propiedad antioxidante que también previene los daños oxidativos. Su acción anti-radical limita las agresiones exteriores. Su acción antiinflamatoria ayuda a combatir las infecciones.

Vitamina B1 o tiamina: 0,05 mg por 100 g

La vitamina B1 actúa en la producción de energía a nivel celular, participando en la degradación de la glucosa. Su acción contribuye al metabolismo de los aminoácidos, indispensables en la síntesis proteica.

Vitamina B2 o riboflavina: 0,02 mg por 100 g

La riboflavina favorece la asimilación de nutrientes en el organismo. Esta vitamina es esencial en los mecanismos energéticos de las células.

Vitamina B3 o niacina: 0,2 mg por 100 g

La niacina es un nutriente que existe en dos formas activas. Sintetiza las coenzimas implicadas en la transferencia de electrones durante las reacciones de óxido-reducción en el metabolismo energético. Además, juega un papel en la fabricación de neurotransmisores a nivel del sistema nervioso central.

Vitamina B5 o ácido pantoténico: 0,4 mg por 100 g

El ácido pantoténico se metaboliza en una coenzima en múltiples reacciones celulares. Este componente también juega un papel en la producción de energía en forma de ATP. Su derivado está implicado en el sistema nervioso central donde influye en ciertos neurotransmisores.

Vitamina B6 o piridoxina: 0,05 mg por 100 g

La piridoxina participa en la fabricación de los constituyentes proteicos interviniendo en la síntesis de aminoácidos. Está implicada en la gestión glucídica hepática así como en el metabolismo lipídico y esteroideo. Esta vitamina contribuye al bienestar emocional gracias a la producción de neurotransmisores implicados en la regulación del estado de ánimo.

Vitamina B9 o ácido fólico: 0,036 mg por 100 g

El ácido fólico tiene numerosas implicaciones metabólicas, especialmente el catabolismo de macronutrientes como los lípidos y los aminoácidos. Este nutriente contribuye también a los procesos de desarrollo celular y de síntesis genética del ADN.

Calcio: 18,5 mg por 100 g

El calcio es un oligoelemento esencial para la solidez del esqueleto. En efecto, se acumula en el hueso donde forma cristales, confiriéndole su dureza y resistencia.

Cobre: 0,029 mg por 100 g

El cobre interviene en la mineralización de la matriz ósea gracias a su acción sobre ciertos componentes estructurales. Su implicación en la integridad de los vasos permite a la vez reforzar la osamenta y prevenir ciertos riesgos cardiovasculares.

Hierro: 0,27 mg por 100 g

El hierro asegura el transporte del oxígeno en la sangre hacia las células.

Yodo: 0,00015 mg por 100 g

El yodo es esencial para la tiroides, ya que regula su biosíntesis.

Magnesio: 7,13 mg por 100 g

El magnesio estimula las etapas energéticas esenciales. Participa en el funcionamiento del metabolismo celular.

Fósforo: 33 mg por 100 g

Como constituyente iónico mayoritario de los tejidos duros, el fósforo participa en su mineralización gracias a su combinación con el calcio. Por lo tanto, refuerza la salud ósea y dental.

Potasio: 243 mg por 100 g

El potasio modula el potencial de membrana de las células nerviosas y musculares. Condiciona su excitabilidad y la transmisión de los impulsos nerviosos.

Selenio: < 0,00335 mg por 100 g

El selenio tiene capacidades antioxidantes que luchan contra el estrés oxidativo y los derivados activadores peroxidados.

Sodio: 29,7 mg por 100 g

El sodio interviene en los equilibrios hidroelectrolíticos celulares y favorece la absorción a diversos niveles.

Zinc: 0,11 mg por 100 g

El zinc es un micronutriente indispensable, que actúa como elemento activo para numerosos catalizadores enzimáticos. Regula el metabolismo celular.

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Beneficios de la calabaza

La calabaza posee numerosas ventajas para la salud, especialmente en la prevención del cáncer y el envejecimiento tisular.

Alto contenido en fibras

La Cucurbita contiene una cantidad no despreciable de fibras alimentarias, que captan el agua en el tubo digestivo. De este modo, aumentan el volumen de los desechos y facilitan su evacuación. Además, ralentizan la absorción de los carbohidratos, limitando así los picos glucémicos. Su presencia también proporciona a esta hortaliza una capacidad saciante, que contribuye eficazmente al mantenimiento del peso.

Acción sobre el sistema inmunitario y la vista

La calabaza es rica en un pigmento pro-vitamínico que refuerza la protección inmunitaria frente a los agentes patógenos estacionales. Por otro lado, este alimento contribuye a la salud de la piel y a la preservación de la retina. Además, ciertos compuestos presentes son susceptibles de impedir la aparición de cánceres, entre ellos el de pulmón. Las semillas están repletas de ácidos grasos beneficiosos para la prevención de diversas afecciones como el exceso de colesterol.

Propiedad antioxidante

Los antioxidantes participan activamente en la lucha contra el estrés oxidativo, susceptible de ocasionar diversos trastornos dañando las células. El consumo de Cucurbita ayuda a prevenir la aparición de patologías relacionadas con el envejecimiento prematuro de los tejidos.

Criterios de elección de la calabaza

La calabaza está disponible entera o en trozos en los mercados. En el primer caso, verifique la ausencia de manchas o cortes en su piel, para garantizar su frescura. Disfrutará de sus beneficios hasta tres meses conservándola en un espacio aireado.

Si compra trozos cortados, envuélvalos en film alimentario y consérvelos en el frigorífico. En este caso, la duración de almacenamiento es de tres días como máximo. Además, esta hortaliza puede ser congelada después de cocinarla.

Cualquiera que sea el modo de conservación, evite los golpes que puedan alterar la hortaliza. Por otra parte, se vuelve más rica en azúcares y nutrientes cuando se almacena durante varias semanas.

Modos de preparación y consumo de la calabaza

Después de retirar la piel y las semillas, la calabaza se corta en cubos, rodajas o trozos. Forma parte de la composición de sopas, platos gratinados o salteados. Su sabor combina bien con el de la patata y la zanahoria.

Sus semillas pueden ser secadas, blanqueadas y luego tostadas para guarnición de ensaladas, aportando una nota crujiente y tostada. Generalmente cocida al vapor, al agua o estofada, esta hortaliza es adecuada para diversas preparaciones saladas (purés, cremas o tajines). Esta hortaliza también se utiliza en diferentes recetas dulces como bizcochos o confituras. Las especias realzan su sabor a castaña.

Historia y origen de la calabaza

Originaria de América del Sur, la calabaza fue introducida en Japón a partir del siglo XVI por los exploradores portugueses. Allí fue ampliamente cultivada, especialmente en la isla septentrional de Hokkaido, para dar lugar posteriormente a las calabazas “Kabocha”. Después de numerosas selecciones, este cultivar vio la luz.

Importada a Francia, en Flandes, por una familia japonesa en 1957, esta “calabaza dulce de Hokkaido” rápidamente encontró éxito. Su cultivo pronto se extendió por todo el Hexágono. Su nombre en francés “potimarron” viene de la combinación de “potiron” (calabaza) y “marron” (castaña), en referencia a su sabor que recuerda al gusto del puré de castañas.

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