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Tracker de música

Características del Tracker de música

  • Clasificación: instrumento de combinación
  • País de origen:
  • Materiales:
  • Tesitura:
  • Género musical: Venetian Snares (nacido el 11 de enero de 1975), Bogdan Raczynski (nacido en 1977), Aphex Twin (nacido el 18 de agosto de 1971),
  • Músicos célebres:
  • Canción emblemática:

Todo lo que necesitas saber sobre el tracker musical: su descripción, su historia, su lugar en la cultura, su funcionamiento, su aprendizaje y consejos de compra

El tracker musical, también llamado soundtracker, es el arquetipo de los secuenciadores. Es una herramienta práctica en la composición y producción de canciones gracias a sus diversas funcionalidades. Este instrumento ha evolucionado con el tiempo gracias al avance de la tecnología. Actualmente, numerosas variantes de su formato están disponibles en el mercado.

Descripción del tracker musical

Un tracker musical se presenta tanto en forma de software como de hardware, aunque la primera versión es la más común. Permite secuenciar muestras, procesar patrones (organización, repetición y manipulación) y añadir efectos.

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Los criterios comunes

La mayoría de los soundtrackers poseen opciones más o menos diferentes, pero algunos elementos les son comunes. Entre estos últimos pueden citarse las muestras, los efectos, las pistas, los patrones y las órdenes.  

  • La muestra o sample proviene de una biblioteca de sonidos predefinidos.
  • La nota define la frecuencia de reproducción de la muestra (tono, velocidad y altura).
  • El efecto se aplica en la mezcla.
  • La pista o “canal” corresponde al espacio de reproducción de la muestra.
  • El patrón o “motivo” está formado por un conjunto de varias pistas.  
  • El orden a utilizar en una secuencia de patrón define la disposición de la canción.

Algunos softwares modernos ofrecen síntesis virtual, sin tener que pasar por el sampling. Disponen de un chip sonoro sintético similar al de las tarjetas de sonido Soundblaster y AdLib.

Los archivos de módulo almacenan la música generada por un tracker. Los formatos populares compatibles son XM, S3M, MED, MOD e IT. Sin embargo, estos registros pueden ser importados a esta herramienta con el fin de analizar los arreglos e instrumentos de la canción.

El aumento progresivo del número de canales

El aumento de canales caracteriza el progreso de los soundtrackers musicales. El PC Amiga, en el que funcionaba el primer programa, estaba equipado con 4 pistas, mientras que los reproductores TFMX ofrecían 7. Posteriormente, los siguientes softwares se instalaban en PC:

  • Oktalyzer y OctaMED estaban dotados de 8 pistas;
  • ScreamTracker presentaba 16;
  • Fast Tracker 2 contaba con 32;
  • Impulse Tracker 2 disponía de 64.

Symphonie Pro, también desarrollado en Amiga, podía soportar hasta 256 canales. Así, a medida que los procesadores se volvían más potentes, la tarjeta de sonido GUS perdió popularidad.

Historia y orígenes

La historia del tracker musical comienza hacia finales de los años ochenta. Se caracteriza por el hecho de que la forma de software precedió a la de hardware. Además, esta última parece mucho menos común que la versión digital.

El primer software de tracker

La primera versión de esta herramienta es el Ultimate Soundtracker. Este software fue escrito por Karsten Obarski, y posteriormente programado por EAS Computer Technik en 1987. Se ejecutaba en Amiga, un PC fabricado por Commodore, un fabricante informático americano.

Clones inspirados en este producto surgieron poco a poco en el mercado, como NoiseTracker. Retomaban principalmente el concepto general de muestreo de Fairlight CMI, un DAW (Digital Audio Workstation) que apareció durante los años 1980. Ya existían arquetipos de software, como SoundMonitor de Chris Huelsbeck. Estos diferían de los soundtrackers actuales por el hecho de que no poseían la función de sampling.

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La popularización de las tarjetas de sonido

El advenimiento de los PC marcó un punto de inflexión en la evolución del tracker musical. En sus inicios, este tipo de hardware tenía dificultades para competir con Amiga en el plano sonoro. La llegada de la tarjeta de sonido Soundblaster de Creative contribuyó a la mejora de la calidad del procesamiento.

La aparición del periférico interno de audio Gravis Ultrasound (GUS) contribuyó a la popularización de los trackers en PC. Gracias a sus 32 canales y su capacidad de almacenamiento de muestras, rápidamente se convirtió en una referencia en términos de calidad. El GUS figura, posteriormente, entre los elementos indispensables de los programas de tracking.

Los trackers de hardware

Los trackers de hardware fueron diseñados para alojar un software anfitrión. El primer modelo fue concebido en 2018. Se trata del NerdSeq, un secuenciador-tracker híbrido que funciona en el sintetizador modular Eurorack. En Il 2020, el Polyend Tracker, un soundtracker autónomo, hizo su aparición. Aunque es poco potente en comparación con los softwares, esta herramienta hardware ha recibido evaluaciones positivas debido a su precio asequible y sus funciones intuitivas.

El tracker musical en la cultura

La cultura demoscene ha contribuido a popularizar el tracker musical. Se trata de una subcultura vinculada a la informática y a la creatividad digital. Algunas bandas sonoras de videojuegos han sido generadas con la ayuda de este tipo de software. Amegas, lanzado en 1987, fue el primer título en utilizar esta herramienta para crear su fondo sonoro. Algunos juegos en PlayStation 2, Game Boy Advance y Nintendo DS también adoptaron este enfoque.

Además, el soundtracker y la demoscene dieron lugar al nacimiento de un estilo electrónico: la sinfonía modular o chiptune. Destaca las sonoridades particulares del dispositivo, aportando un toque de fantasía a la composición. Esta armonía ha marcado además el auge de los videojuegos. Sin embargo, debido al rendimiento de las máquinas actuales, este software pierde gradualmente interés en este campo.

Funcionamiento

El tracker musical no requiere una configuración elevada. El rendimiento de las máquinas actualmente en boga permite ampliamente su explotación. Sin embargo, una conectividad completa sigue siendo necesaria para mejorar la calidad y el resultado del trabajo.

La mayoría de los soundtrackers presenta una interfaz similar. Las pocas diferencias se encuentran a nivel de la presentación de las opciones y sus variedades. El software permite presentar las opciones con imágenes o textos para facilitar la navegación del usuario.

El primer paso para utilizar esta herramienta consiste en definir una base de trabajo. Se trata principalmente de un acorde, una nota, un bucle o una pieza importada desde otra plataforma.

El artista añade los efectos (reverberaciones, pitch, eco, etc.) y las modificaciones sonoras según su inspiración. Posteriormente, la integración de uno o varios instrumentos es necesaria para personalizar la composición. 

Las sonoridades son modificables a lo largo de la mezcla. Tras finalizar los trabajos, el músico guarda el archivo en la máquina. Tiene la posibilidad de exportarlo a un DAW o secuenciador de software que admita el formato.

Aprendizaje

En general, un artista con conocimientos en el campo de la producción musical se familiariza rápidamente con las funcionalidades de un tracker musical. Los novatos y aficionados pueden seguir formaciones de pago presenciales y online para integrarse en el marco profesional. También existen soportes gratuitos, como vídeos de YouTube y guías en páginas web.

Consejos de compra

El marketplace de France Minéraux ofrece una amplia selección de soundtrackers adaptados a las necesidades de cada perfil de artista. Los principiantes, aficionados y profesionales encontrarán un tracker musical con una estación de trabajo.

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