
Características del Daf
- Clasificación: instrumento de percusión
- País de origen: Irán
- Materiales: madera (armazón), piel animal, metal (anillos)
- Tesitura: –
- Género musical: música kurda iraní, música sufí
- Músicos célebres: –
- Canción emblemática: –
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El daf es un instrumento de percusión ancestral particularmente apreciado en Irán. Su popularidad se ha extendido en numerosos países de Oriente Medio hasta Asia Central y España. Además de producir un sonido rítmico agradable, también seduce por su estética.
El daf es un tambor de marco, cuya apariencia varía de un modelo a otro. Es conocido como “duff” o “deff” en algunos países de Asia. Los términos “defi“, “dap” o “defli” también pueden designarlo. Este dispositivo musical se asemeja al riqq, al bendir, al tar y al doyre.
El daf está constituido por un marco circular cerrado de madera, con un ancho de 5 a 7 cm y un espesor de 1 a 2 cm. Este último dispone generalmente de una concavidad para facilitar su sujeción, y uno de sus lados está revestido con una banda de cuero. Se presenta en diferentes tamaños según su uso. Efectivamente, los modelos más grandes, particularmente destinados a los hombres, tienen un diámetro que va de 60 a 80 cm. Los formatos medianos, de 30 a 40 cm, se adaptan más bien a las mujeres.
La piel animal, como la de cabra o la de pescado, compone las versiones ancestrales del daf. Sin embargo, las variantes más recientes están equipadas con material sintético, especialmente poliéster. Se fija al marco, y unas clavijas se encargan de reforzar su tensión. A veces, caligrafías la cubren para un resultado estético original.
Unos anillos metálicos están fijados en ganchos instalados en la membrana interna del instrumento sonoro. Tienen aproximadamente un centímetro de diámetro. Emiten un sonido rítmico al entrar en contacto con la piel o al entrechocar unos con otros.
Según la Historia, el daf nació en Mesopotamia. Sin embargo, su fabricación se concentró principalmente en Irán. Este tambor existiría mucho antes del surgimiento del islam y del sufismo. Sus melodías tradicionales que resonaban en la corte animaban la fiesta de Nowruz, el Año Nuevo del calendario persa, durante el Imperio sasánida.
A lo largo de los años, este instrumento sonoro se introdujo en diferentes regiones a través de la cultura islámica. Con otros equipos musicales de Oriente Medio, llegó a España gracias a los árabes. En el siglo XV, estaba reservado para ceremonias sufíes. Dos siglos más tarde, los otomanos lo reintegraron en Europa. El sur de la India lo adoptó luego a principios del siglo XX. El daf también ocupaba un lugar importante en el Islam, ya que fue autorizado por Mahoma. Los artesanos siempre se han preocupado por compartir las técnicas, los gestos y el arte de fabricación de este dispositivo a las generaciones siguientes.
Esta joya pertenece a la cultura iraní. Sin embargo, también forma parte de las tradiciones religiosas, culturales y musicales kurdas. Tiene toda su importancia en el sufismo y está asociado al amor místico. En este universo, su forma redonda simboliza la Tierra, y sus anillos representan a los humanos.
El daf es imprescindible durante el ritual de la danza en las ceremonias sufíes. Los músicos transportan a los bailarines hacia el estado extático y espiritual a través del ritmo intenso y complejo del instrumento. Los sufíes también lo consideran como una herramienta terapéutica, cuyas vibraciones favorecerían la purificación del cuerpo. Un baño sonoro permitiría aliviar los dolores y combatir la depresión.
Además, este instrumento musical marca las grandes ocasiones de la vida. A menudo se destaca durante las noches de henna así como en las bodas en las zonas rurales. Gracias a la conservación de esta cultura, el daf ha logrado mantener su popularidad.
La estructura de este instrumento optimiza su calidad sonora y facilita su manejo. Los movimientos de juego son simples de dominar con mucha práctica.
La versión ancestral de este objeto musical se compone esencialmente de materiales naturales. Sumergir la madera en agua es un método eficaz para simplificar el modelado del marco. De esta manera, es más fácil doblarlo alrededor del cilindro de metal caliente. El siguiente paso consiste en pegar los extremos del soporte con el fin de cerrarlo.
La fijación de la piel es determinante con el interés de optimizar la intensidad de su sonido. Así, los fabricantes se aseguran de tensarla correctamente, recurriendo a clavijas como refuerzo detrás del marco. Los artesanos cuidan su creación hasta los mínimos detalles en beneficio de la estética.
Los intérpretes de daf se instalan cómodamente, adoptando una posición de pie o sentada. El tambor se sostiene verticalmente, frente a uno mismo, mantenido en equilibrio con los dedos de la mano izquierda en el borde. La mano derecha se encarga de dar los golpes, planos o puntiagudos, para crear los ritmos sonoros. Los movimientos realizados con el dispositivo accionan el tintineo de sus anillos metálicos. Un gesto hacia adelante o hacia atrás pone estos últimos en contacto con la piel. Para permitir que se entrechoquen, el músico debe sacudir el instrumento.
El juego parece simple, pero debe seguir tempos específicos con la intención de obtener una melodía armoniosa. El sonido emitido por el daf se basa en la precisión de cada acción. Los principiantes pueden progresar eficazmente practicando regularmente.
La potencia de este tambor de marco depende de la tensión de la piel utilizada. Ahora bien, los cambios climáticos tienen una influencia directa sobre este material natural. Una afinación técnica se impone entonces con el fin de garantizar la intensidad del sonido. Solo los profesionales en la fabricación de este material son capaces de realizar esta afinación. Recurrir a su servicio sigue siendo la forma segura de poner a punto esta joya musical.
La longevidad de un instrumento musical depende de la frecuencia de su mantenimiento. En efecto, el intérprete debe cuidarlo si desea optimizar su vida útil y conservar su estado. La madera y la piel que componen el daf son frágiles y sensibles. Una limpieza minuciosa con un paño permite desempolvarlos eficazmente.
Utilice un estuche adaptado al tamaño del instrumento para guardarlo después de cada uso. Así, ni la piel ni los “jingles” corren el riesgo de desprenderse del soporte. Colóquelo en un lugar protegido de la humedad para evitar deteriorarlo.
El daf gusta enormemente gracias a su capacidad de resonancia. Los principiantes que desean iniciarse en la interpretación de este instrumento musical disponen de varias opciones para experimentarlo. Los talleres son una elección acertada, ya que son sinónimo de inmersión, de compartir y de placer. Te ponen en relación con otros apasionados.
También tienes la posibilidad de inscribirte en cursos presenciales o en línea. Serán la clave para descubrir todas las técnicas de interpretación del instrumento. Te beneficiarás de un acompañamiento personalizado, permitiéndote familiarizarte con los ritmos tradicionales a dominar. Cada etapa de la fabricación del instrumento será abordada durante las diferentes sesiones.
Los videos compartidos en la Web también son tus mejores aliados para perfeccionarte y avanzar sin estrés. No dudes en unirte a los foros en línea donde tendrás la oportunidad de intercambiar con intérpretes profesionales y enriquecer tus conocimientos.
Antes de lanzarse al aprendizaje del daf, es importante elegir el modelo más adaptado a sus necesidades. Algunos parámetros deben considerarse antes de la adquisición :
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