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Chekeré

Características del chekeré

  • Clasificación: instrumento de percusión
  • País de origen: Nigeria, Benín, Togo
  • Materiales: calabaza seca o material sintético; semillas de dátil o cuentas; nailon o fibras naturales
  • Tesitura:
  • Género musical: tradicional y moderno
  • Músicos célebres: Yosvany Terry (nacido en 1972), Marcus Farrar (nacido en 1975)
  • Canción emblemática: « Shekere » – Yemi Alade & Angélique Kidjo (2019)

Todo lo que necesitas saber sobre el chekeré: descripción, historia, simbolismos, usos, fabricación, técnicas de ejecución, mantenimiento, aprendizaje y compra

El chekeré, o shekere en inglés, es una percusión tradicional africana. También está extendido en otras regiones del mundo, especialmente en América Latina. Este instrumento está fabricado con materiales naturales. Aunque su fabricación parece simple, está asociado a un sonido único que valora la cultura y la música africana.

Descripción del chekeré

El chekeré está fabricado a partir de una calabaza, también llamada calabaza peregrina, vaciada. Se utiliza como caja de resonancia. Su tamaño es variable. También es posible encontrar modelos realizados con materiales sintéticos, especialmente fibra de vidrio.

El cuerpo de este instrumento está rodeado por una red de nylon o fibras naturales. Sirve para mantener las perlas o semillas en su lugar. Estas últimas crearán los efectos de percusión cuando se agita el chekeré. La red de mallas que envuelve la calabaza también es necesaria para un agarre cómodo.

Para realzar la estética de este idiófono, se pueden añadir elementos decorativos. Los más comunes son los hilos teñidos y las plumas. Gracias a estos diferentes elementos, el shekere se convierte en un verdadero objeto artístico. La amalgama de colores que presenta refleja bien la cultura africana.

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Historia del chekeré

Aunque el origen exacto del chekeré es incierto, debido a las migraciones y la difusión cultural, este instrumento se desarrolló en el “Yorubaland”, en África Occidental. Esta región está constituida por los actuales Togo, Benín y Nigeria. Su uso se extendió posteriormente a diferentes regiones de África donde adquirió un valor importante.

Durante la época de la esclavitud, muchos africanos fueron transportados al “Nuevo Mundo”, es decir, a América. Llevaron consigo sus tradiciones. Las prácticas asociadas se volvieron comunes en el Caribe y otras regiones. Entre otras, las costumbres religiosas yorubas requieren el uso de shekeres y tambores para marcar el ritmo de los cantos que las acompañan. En consecuencia, estas percusiones se han integrado en el arte musical contemporáneo en diferentes partes del continente americano.

Simbolismos del chekeré

El chekeré no solo tiene una función de percusión. Su uso permite establecer un vínculo profundo con los seres espirituales. Los ritmos y tonalidades producidas sirven como medios de comunicación con las divinidades y los antepasados.

El conjunto de perlas, que a primera vista es decorativo, se elige cuidadosamente para representar las afiliaciones tribales de cada uno. Cada diseño contiene una historia particular relacionada con los valores culturales de los grupos étnicos. Estas se transmiten de generación en generación. Así, tocar esta percusión marca la pertenencia a una comunidad, al tiempo que revela la identidad personal de quienes la utilizan. A través de los ritmos creados, se refuerza la cohesión y unidad de los músicos.

Usos del chekeré

Desde su creación, el chekeré se ha difundido ampliamente por África y el mundo. Ha logrado integrarse en las diferentes culturas musicales de los pueblos que lo han utilizado. Según las localidades, esta percusión ha conocido variaciones en su denominación y aspecto, sin desviarse de su forma original.

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En las diferentes culturas africanas

Las variantes del shekere en África son numerosas. Entre otras, el agbe es un modelo adornado con cauríes, conchas que sirvieron como moneda en la región oriental del continente. Están sujetas por hilo de algodón blanco. El axatse es otra variante. Se distingue por su pequeño tamaño y su mango más largo.

En Malí, la versión del chekeré se llama “balafón”. Está confeccionada con piezas de madera unidas por cuerdas. Su uso es común entre la etnia Bambara.

Entre los Akan, comunidades ghanesas, el shekere toma el nombre de “dawuro”. Se toca durante reuniones o festivales. En estos contextos, lo acompañan tambores y otras percusiones.

En Zimbabwe, este tipo de idiófono se llama “hosho”. Puede estar fabricado a partir de cáscara de coco o calabaza. Están rellenas de perlas o semillas. Los Shonas (miembros de una tribu de Zimbabwe, Mozambique y Zambia) lo utilizan a menudo con la mbira, un piano de pulgares.

En otros países del mundo

El nombre cubano del chekeré es “aggué” o “abwe”. Es un instrumento de gran tamaño con una longitud de aproximadamente 50 cm. La calabaza está adornada con perlas multicolores, atravesadas por una red de cuerdas. Esta percusión constituye una alternativa más flexible a las maracas, cuya función es similar. Se utiliza especialmente para la interpretación de músicas populares afrocubanas y sagradas. En Brasil, este instrumento es conocido como “xequerê”. También se parece al afoxé, pero es más voluminoso.

Fabricación de un chekeré

Para fabricar un chekeré de manera artesanal, el primer paso consiste en elegir bien la calabaza peregrina, según su forma y tamaño. Los ejemplares grandes suelen asociarse con sonoridades más ricas y profundas. Sin embargo, son difíciles de secar. Esta operación se realiza en un lugar cálido y sin humedad. La calabaza debe colocarse sobre una superficie elevada y ventilada por debajo (por ejemplo: una rejilla) para que todas sus partes puedan deshidratarse al mismo tiempo. El tiempo recomendado es de 1 a 6 meses. Cuando la calabaza está libre de agua, se vuelve marrón. Además, se endurece y se vuelve más ligera.

La calabaza se corta a nivel del cuello, sin olvidar dejar una porción para el agarre. Todo lo que se encuentra en el interior puede extraerse con la ayuda de un palo o una percha. Las paredes deben ser lo más lisas posible para optimizar la resonancia del instrumento. La parte exterior debe limpiarse y homogeneizarse si es necesario. Luego puede recubrirse con aceite, laca o fibra de vidrio para añadir estética y una capa de protección.

La realización de la red se hace siguiendo diferentes métodos y diversos patrones de perlas, en función del resultado buscado. En todos los casos, los cordeles deben ser finos para facilitar el enhebrado de los elementos percusivos. Estos últimos deben colgar y estar atados de manera suelta a las cuerdas para que puedan moverse y producir sonido con cada movimiento.

Técnicas de ejecución del chekeré

Existen varias maneras de manipular el chekeré para inducir ritmos. Los movimientos a realizar permiten involucrar al oyente y crear una cierta emoción. El aspecto comunicativo del instrumento no debe quedar atrás.

Sacudida

Consiste en tomar el shekere con ambas manos y agitarlo siguiendo movimientos circulares u horizontales (de adelante hacia atrás). El efecto de percusión es así continuo. La intensidad de la sacudida y su velocidad influyen en el sonido producido cuando las perlas golpean las paredes de la calabaza. Este método se distingue por su dinamismo.

Golpeteo

La superficie del instrumento es golpeada con los dedos o con la ayuda de un pequeño palo. Según la zona apuntada, las tonalidades percusivas son diferentes. Estas últimas también varían en función de la intensidad del golpe. Esta técnica a menudo se combina con la sacudida.

Otra variante de este movimiento es el slapping. Consiste en golpear la calabaza contra el muslo o la palma de la mano. El resultado son ritmos con notas agudas.

Rascado

Los dedos se pasan a lo largo de la red. También es posible utilizar diversos objetos. El sonido obtenido es ronco y contrasta con la reproducción acústica de las otras técnicas. Para enriquecer la experiencia auditiva, el rascado puede hacerse de manera lenta o rápida.

Flipping

El flipping consiste en girar rápidamente el chekeré entre ambas manos. La interacción del aire a nivel de la abertura del instrumento provoca la variación de la tonalidad y el volumen de los chasquidos producidos por las perlas.

Apagado

Una mano se utiliza para tapar la abertura de esta percusión, mientras que la otra la sacude o le da golpes. Esta disposición actúa sobre la resonancia de la calabaza.

Mantenimiento del chekeré

Como el chekeré está fabricado a partir de calabaza seca, es necesario mantenerlo regularmente para garantizar su durabilidad. El primer riesgo al que se expone el instrumento es la humedad, que favorece la formación de moho. Este último se presenta en forma de marcas blancas. En caso de contacto con el agua, el secado es indispensable. Se hace al aire libre. Posteriormente, la percusión debe guardarse en un lugar templado.

El shekere también es sensible al calor. No debe colocarse cerca de un radiador. El aire caliente que se difunde provoca un secado rápido. En consecuencia, la calabaza puede agrietarse.

Diferentes maneras de aprender a tocar el chekeré

Para aprender a tocar el chekeré, puede inscribirse en un curso presencial de percusiones afrocubanas. Puede complementarse con una formación en canto, típica de esta cultura. Este recorrido de enseñanza se basa en el dominio de las técnicas de manipulación de los instrumentos y en la escucha. El objetivo es desarrollar el sentido del ritmo y el oído musical.

Existen sitios web que le permiten seguir cursos de shekere. Encontrará diferentes contenidos que facilitan su iniciación. El acceso a estas plataformas puede ser gratuito o de pago. Los canales de video en YouTube constituyen otros recursos aprovechables para acrecentar sus conocimientos sobre la ejecución de este idiófono.

Compra de un chekeré

Los sitios especializados en la venta de instrumentos de música étnicos, como France Minéraux, son preferibles para adquirir un chekeré de buena factura. Para hacer su elección entre los modelos propuestos, hay que considerar diferentes criterios técnicos.

  • El material: las variantes fabricadas a partir de calabaza respetan la tradición cultural africana y se distinguen en términos de sonido y apariencia. Las alternativas sintéticas se benefician de una mejor coherencia y son más fáciles de mantener.
  • El tamaño: los instrumentos de pequeño tamaño ofrecen un efecto percusivo suave mientras que los más grandes proporcionan mucha potencia. El volumen del chekeré también influye en su portabilidad.
  • Los elementos decorativos (perlas, semillas y conchas): además de su función estética, también rigen la naturaleza y calidad del sonido. Algunos modelos se benefician de una combinación de estos diferentes materiales para lograr chasquidos más ricos y pertinentes.

Los colores y los motivos de las perlas completan la presentación del shekere. Su elección depende de las preferencias de cada uno.

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