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Campana

Características de la Campana

  • Clasificación: instrumento de percusión
  • País de origen: China
  • Materiales: bronce (78 % cobre, 22 % estaño), hierro, fundición, acero, plata, tombac (latón: cobre y zinc), barro cocido, porcelana, vidrio, cristal, etc.
  • Tesitura: variable según el tipo, el país y el uso
  • Género de música:
  • Músicos célebres:
  • Canción emblemática:

Todo lo que necesitas saber sobre la campana: sus características, historia, usos, fabricación, mantenimiento y compra

Derivada del latín tardío clocca, la campana se encuentra entre los instrumentos de percusión más extendidos en el mundo, además de ser el más antiguo. Se presenta en varias formas, dimensiones, pesos y usos. Pertenece a la familia de los idiófonos, es decir, instrumentos musicales sin caja de resonancia, pero que producen sonido por sí mismos.

Sus diferentes características

Campanilla, cascabel, cencerro, carillón o esquila, la campana existe en una multitud de variedades según diversas características. Sin embargo, estas variantes comparten algunos puntos en común. Por ejemplo, su forma se asemeja a una pieza única, una especie de copa hueca, abierta e invertida. Algunos les atribuyen un aspecto más cercano al tambor. El balanceo u oscilación de un elemento situado en el interior asegura la producción del sonido. Puede ser un badajo o una esfera libre integrada. En el caso de un mazo separado, independiente de la propia campana, la resonancia se emite desde el exterior. Los objetos que se presentan en forma de este idiófono se llaman “campaniformes”.

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Según su tamaño, peso y uso, este instrumento se observa en diferentes lugares. Puede colgarse en una prenda (cascabeles de vestido, de gorro, etc.), como puede estar suspendido en un campanario (campana de iglesia, entre otras). En el primer caso, pesa unos gramos, y en el segundo, hasta varias toneladas (comúnmente llamado “bordón”). El método de fabricación tradicional utiliza una aleación de bronce y estaño. Los modelos pequeños están hechos con otros materiales, especialmente vidrio y cerámica.

Los componentes de una campana

Los elementos constitutivos de una gran campana son sensiblemente diferentes según su tipo, pero existen algunos componentes generales, como:

  • el yugo o montante: de madera o metal, necesario para servir de contrapeso, de fijación sobre el eje soporte y de puesta en vuelo;
  • los anclajes de suspensión: de metal, útiles para mantenerla colgada del yugo;
  • el cerebro, la cabeza o la cúspide: de metal, parte superior que permite suspender el badajo gracias al asa;
  • los anillos, las asas o la corona: de metal, situados en la cabeza y cuyo papel principal también es la suspensión del instrumento al yugo;
  • el badajo: de metal (acero dulce), indispensable para producir el sonido golpeando el borde de la campana;
  • el asa: de acero, de formas variables según el modo de tañido, insertada en la cúspide para suspender el badajo;
  • el baldés: de cuero, correa extremadamente resistente que sirve para colgar el badajo al asa;
  • el punto de golpeo, la panza o el borde grueso: de metal, parte más gruesa, que sirve para recibir el golpe del badajo;
  • la cintura: de metal, esencial para hacer resonar el gong producido por la bola del badajo.

Los travesaños de madera, conocidos como “campanario”, tienen como función principal absorber las importantes vibraciones.

Las posibles ubicaciones de una campana

Los fabricantes de estos dispositivos sonoros son llamados “fundidores de campanas”, y los instaladores, “campaneros”. La campanología designa el estudio de estos objetos litúrgicos de carácter simbólico e histórico. Se habla de campanófilos para presentar a los coleccionistas.

La ubicación de la campana constituye un factor determinante en sus características. La alta torre en la que está instalada tiene como función la difusión lejana del sonido. La destinada a un uso público generalmente se coloca en un campanario o en un campanil. Por otra parte, el vocablo “campanil” también se refiere a este objeto encerrado en una jaula de hierro forjado, a menudo encontrado en la región meridional. El término “torre del reloj” se utiliza para designar la de los ayuntamientos. La palabra “campanario” resulta más pertinente para la consagrada a un uso religioso o situada en una iglesia.

Algunas variantes de campanas

Tres componentes definen el mensaje o el significado del tañido de este instrumento de comunicación masiva. La información comunicada varía en función del sonido, del ritmo de éste, así como del número de campanas. Estos ejemplos de variantes permiten tener una pequeña idea:

  • la austrian bell o alpenglocken: compuesta por esquilas afinadas, utilizada por una persona o una formación musical;
  • el cencerro (en chapa de hierro remachada) o la esquila (en latón de fundición o en bronce): pequeña campana colgada al cuello del ganado, que permite identificar y localizar los rebaños en la niebla;
  • la campana de vaca: modelo sin badajo de metal, acompañado de un mazo separado de madera o de una baqueta, principalmente utilizado en la música tradicional en América Latina.
  • la campana inglesa: campanilla de mano afinada, fabricada en bronce, provista de mango individual de cuero o plástico, comúnmente empleada en escuelas o en iglesias;
  • el carillón o las campanas tubulares: conjunto de una veintena de piezas en forma de tubo, cada una con diferentes acordes, que sirven para reproducir el sonido de las campanillas de iglesia en una sinfonía;
  • la campanilla: de forma similar a la campana de iglesia, pero en tamaño reducido (5 a 50 cm), dotada de un mango de cuero, concebida en juegos de notas para tocar melodías mediante un gesto preciso de la muñeca.

Las regiones y los países poseen ellos mismos diferentes tipos de utilización y significados propios en cuanto a la manera de tañer este instrumento de señalización. Reglas precisas codifican su uso y los mensajes.

Su historia

Los historiadores sitúan la invención de la campana en el neolítico, época situada entre el mesolítico y la edad de los metales. Este período está acompañado de numerosos descubrimientos importantes de la Historia, entre ellos el endurecimiento de los materiales por el fuego. La percusión sobre un vaso de arcilla que emitió una sonoridad distinta sería considerada como el origen del nacimiento de este instrumento. Las excavaciones arqueológicas han permitido encontrar ejemplares de arcilla y de corteza de fruta en la América precolombina. Las primeras creaciones rastreadas se remontan a cerca de 4.000 años, en China.

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Huellas en Asia

Los modelos de metal datan de la Edad del Bronce, alrededor de 2300 – 1600 a.C. El Museo Nacional de China, en Pekín, conserva campanas que datan de la dinastía Shang, entre los siglos XVIII y XI a.C. Este tipo de instrumento existe desde hace aproximadamente 4.000 años en Asia, especialmente:

  • en China: donde el Emperador Amarillo mandó fundir doce carillones hacia el año 2260 a.C. para alejar las malas influencias;
  • en Japón: con los dōtaku de bronce que datan del siglo II a.C.;
  • en Corea: a través de la asociada a la tradición budista, fabricada en 711 por orden del rey Seongdeok;
  • en Birmania: con la ordenada por el rey Bodawpaya para la estupa de una pagoda en la ciudad de Mingun.

El alcance acústico sugiere el papel de comunicación lejana, introduciendo la campana como un medio de transmisión de mensajes. Además, el término tiene otro origen distinto al latín tardío. En efecto, algunas fuentes indican una etimología derivada de cloc, del antiguo irlandés.

Huellas en algunas civilizaciones

Las civilizaciones, las tradiciones religiosas y los diversos rituales revelan la presencia o el uso de la campana. Esta última acompaña las prácticas litúrgicas desde el siglo V, época durante la cual los monjes comenzaron a fabricarlas. En sus textos, el escritor Plinio el Viejo menciona campanillas depositadas en la tumba de Porsenna, político de la Antigüedad y rey etrusco. El libro de Suetonio, autor romano, cita su uso en el templo de Júpiter Capitolino. Desde el primer milenio, herreros se especializaron en la fabricación de esta herramienta en África Occidental.

En Occidente, la campana se extendió sobre todo durante la evangelización en el siglo VI por los monjes anglosajones e irlandeses. Su tañido significaba la llamada a la reunión de los habitantes para asistir a la prédica. Por otra parte, en varias ciudades, un vigía se instalaba a menudo en la cima de una torre para dar la alerta en caso de guerra o incendio. El sonido de este instrumento (el Ángelus especialmente) marcaba la interrupción del trabajo en los campos para entrar en oración.

En varios países (Grecia, Macedonia, Italia), este idiófono abre eventos y ceremonias como espectáculos, baños, mercados, etc.

Sus usos y su lugar en la cultura

El lugar de la campana en la cultura es intrínseco a su uso, que varía según las regiones y las épocas.

Usos y lugar en general

A partir del siglo VIII, el bordón puntúa los momentos del día y constituye un marcador sonoro del tiempo.

Uso religioso

Al principio, este instrumento indicaba las horas canónicas, es decir, los momentos de oraciones, como el Ángelus. Este uso religioso perdura, y la resonancia de este dispositivo continúa ritmando los oficios monásticos. También es común tañerlo durante ceremonias como funerales, bautizos o bodas. Sin embargo, los toques regulares se rarifican en el 90% de las iglesias a partir de mediados del siglo XX. El Ángelus todavía suena, pero automáticamente en la mayoría de los casos, sin representar necesariamente una llamada a la oración.

Horas civiles

A partir del siglo XIX, la campana sirve para indicar las horas civiles. Para este efecto, una hora equivale a un golpe. En principio, los toques resuenan únicamente durante las horas en punto, los golpes van así de 1 a 12. Entre los relojes más conocidos figura el Big Ben del palacio de Westminster, cuyo carillón emite una serie de 16 notas.

Toque de difuntos

Tradición secular, el toque de difuntos anuncia un fallecimiento, antiguamente señalado por un campanero que agitaba una campanilla al paso de un cortejo fúnebre. Este toque es reconocible por sus largos golpes tañidos en una nota. Por ejemplo, el gran bordón de Notre-Dame de París resonó al fallecimiento del papa Juan Pablo II en 2005.

Toque de rebato

En la época medieval, el rebato, a través de golpes apresurados (50/min) advierte de un peligro como una guerra o un incendio. A partir de 1930, fue reemplazado por sirenas y sistemas de alarma modernos. Para la conmemoración del centenario de la alerta de la Primera Guerra Mundial, Francia hizo sonar el rebato en agosto de 2014.

Señal de epidemia, de peligro o de ejecución

En el siglo XIV, los leprosos agitaban una campana de mano para informar a la población de su paso y señalar la epidemia. El obispo inglés Edmund Lacey y el médico belga Jean-Joseph Tricot-Royer relatan cada uno este uso en sus escritos. La carraca tenía la misma utilidad en la época medieval.

La campanilla al cuello de los criminales turcos representa la misma retórica (advertir de un peligro), según Albert Jacquot, especialista en artes y lutería. La gran campana de la iglesia St Sepulchre-without-Newgate en Inglaterra sirve para anunciar la ejecución de un condenado de Newgate, un centro carcelario. Dentro de la propia prisión, el secretario hace sonar la execution bell por la misma razón. Esta campanilla actualmente es objeto de una exposición en una vitrina del edificio.

Usos diversos

Antes de la invención de las bocinas, los automóviles, las locomotoras y los vehículos de incendios estaban dotados de campanillas como señales de advertencia. Esta práctica era también común entre los chatarreros y los comerciantes.

Los marineros se servían de estos instrumentos sonoros para guiar la navegación, se habla de “campana de navío”. El Museo Marítimo Fluvial y Portuario de Ruán expone “la insólita campana del Risle”.

Este tipo de campana continúa existiendo y siendo utilizado en recepciones de hotel, en conserjerías, etc. En algunas residencias y en restaurantes, se emplean para llamar a la mesa o al servicio. En la entrada de las casas a menudo se encuentra un timbre.

Por otra parte, los dispositivos digitales retoman el símbolo y el sonido de estos objetos para despertadores, alarmas y cualquier otra señal del mismo tipo.

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Usos culturales y musicales

En carnavales y fiestas culturales, los cascabeles son de uso común. En kathak (danza), los bailarines indios llevan tobilleras con shinjini, campanillas. El ritmo de las danzas tradicionales de este país es acentuado por los ghungharus, un conjunto de 200 pequeñas campanas.

Estos objetos, cuando están agrupados, forman un carillón. Su número permite generalmente cubrir una gama. En cambio, un conjunto campanario comporta obligatoriamente un mínimo de 23 elementos.

En una formación musical, los modelos más extendidos son los agogô, componentes esenciales de la música latinoamericana, especialmente la de Brasil.

Lugar en Francia

Las campanas se inscriben en una tradición bautismal que consiste en atribuirles un nombre, tradicionalmente el de sus padrinos o madrinas. Una ceremonia civil y religiosa es organizada en esta ocasión. Este elemento identitario también puede ser epónimo a la ciudad o al edificio al que está asociado.

Francia cuenta con más de 160.000 campanas de iglesia, de las cuales 4.500 están clasificadas entre los monumentos históricos. Además, cada bordón se distingue por su autenticidad, con inscripciones y decoraciones propias de cada uno. Este carácter único se explica por el proceso de fabricación que implica romper el molde al desmoldar la colada.

Entre los bordones más conocidos en Francia figuran:

  • La Savoyarde (1891): do#, 18,835 t, basílica del Sagrado Corazón, París;
  • Jeanne d’Arc (1959): fa2, 9,600 t, catedral de Notre-Dame, Ruán;
  • Totenglocke (1427): sol#2, 8,811 t, catedral de Notre-Dame, Estrasburgo;
  • Petit bourdon (1868): si2 (alto), masa indeterminada, iglesia de Saint-Michel, Saint-Brieuc.

Esta lista no es exhaustiva, ya que numerosas ciudades francesas (e incluso pueblos) albergan campanarios. Además, la campana de Fontenaille, fundida en 1202, es la más antigua de Francia.

Una veintena de bordones de Francia también ha desaparecido, entre ellos:

  • Gros bourdon (1789 – 1793): mi2, 15 t, catedral de Notre-Dame de Chartres;
  • Grosse cloche (siglo XVI – 1747): fa2, masa indeterminada, basílica de Saint-Epvre de Nancy;
  • Gabrielle (1997 – 2010): la2, aproximadamente 2,100 t, iglesia de Notre-Dame-de-Fives de Lille;
  • Jeanne d’Arc (1914 – 1944): 2, 16 t, catedral de Notre-Dame de Ruán.

Su desaparición tiene múltiples orígenes. Algunas bordones no han resistido más al desgaste relacionado con un largo uso o con toques violentos. Otras revelan una ruptura de las asas, considerada como una de las debilidades de este instrumento. Las guerras, los saqueos y otros actos similares, los terremotos y otras catástrofes naturales también han provocado su destrucción. Además, los costes de reparación resultan onerosos en ciertos casos, impidiendo restituir el objeto en buen estado.

Símbolos asociados a la campana

Por su fuerte presencia en las tradiciones y las civilizaciones, la campana es portadora de significaciones históricas. Diversos símbolos están asociados a ella, diferentes de una cultura a otra. Entre los más conocidos figuran:

  • el tintinábulo: campanilla emblemática de las basílicas católicas;
  • las campanas de Pascua: cuyo silencio del jueves, viernes y sábado santo marca el duelo relacionado con la crucifixión de Cristo;
  • el poder de las campanas (sauveterres): relativo a las virtudes apotropaicas en la creencia de los agricultores que se servían de ellas para protegerse del granizo, del rayo y de las tormentas;
  • el símbolo del oído en India, en los rituales budistas tibetanos, para acceder al conocimiento y a la interdependencia (Śūnyatā);
  • el poder de exorcismo en China: para protegerse de los espíritus malvados;
  • la música principesca, en China también: para simbolizar la armonía universal.

Existe una multitud de alegorías asociadas a ella, y esto, en las mismas regiones.

Su fabricación

Cada región posee sus propios procesos de fabricación de campanas, pero se han podido observar algunas similitudes. En origen, la concepción se limitaba a un simple plegado y martillado de los materiales. Los instrumentos producidos se caracterizaban por su pequeño tamaño. Más tarde, los monjes fundidores desarrollaron una nueva técnica que permitió proponer modelos más grandes y más pesados. Hasta el siglo VIII, estos fundidores monopolizaron el mercado y participaron en la expansión de este objeto.

La composición

Tradicionalmente, una campana está compuesta de una aleación de bronce, es decir, bronce constituido por cobre (78%) y estaño (22%). Sin embargo, existen otras composiciones, como la fabricada con latón (una mezcla de cobre y zinc).

Algunos fabricantes las confeccionan con:

  • porcelana, como los carillones en la región de Meissen;
  • acero, como la campana de la iglesia de Santa Magdalena en Tournus (1862);
  • bronce combinado con aluminio, como el intento del fundidor Georges Farnier (1919).

Las ideas de composición se han multiplicado, con producciones en vidrio, terracota, hierro o cristal. En India, las campanillas rituales contienen incluso una aleación de ocho metales. Estos objetos de culto son fabricados con ashtadhatu, una mezcla de oro, plata, estaño, mercurio, plomo, cobre, hierro y zinc.

La resistencia al golpe repetitivo y la calidad musical obtenida constituyen los principales criterios para la elección de la composición. Algunos fundidores conceden así una importancia capital al alcance sonoro y a la duración de las vibraciones. Trabajan su producción en función de estos parámetros.

El proceso de fabricación

La primera etapa consiste en concebir un núcleo, que se asemeja a una chimenea, con un fuego de carbón de leña. Este elemento sirve para definir las formas interior y exterior, con la ayuda de un moldeado llamado “falsa campana” en arcilla y pelos de cabra. Esta prefiguración recibe las inscripciones a través del estampado de los ornamentos. El nombre del bordón así como el de su donante y la fecha son entonces inscritos.

La falsa campana sirve de molde para formar la capa. Ésta corresponde a un tipo de caparazón concebido para acoger, vía un canal de ladrillos, la aleación de metales calentada a 1.180 °C. Esta mezcla se solidifica durante aproximadamente 5 h. Una fosa especial se utiliza en el caso de una pieza que pese más de 500 kg.

El desmoldeo constituye la siguiente etapa durante la cual hay que romper el molde con la ayuda de martillos específicos. Retirada la campana definitiva, los fundidores proceden a la limpieza, al pulido y a la adición de los accesorios (suspensión y badajo, entre otros).

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Su mantenimiento

Por su composición, este instrumento de percusión está expuesto a todo tipo de condiciones. Éstas alteran su sonoridad, fragilizan el elemento, incluso provocan su destrucción. Entre estos riesgos figuran las intemperies, el envejecimiento del metal, la oxidación, el frío, etc. Por ejemplo, el gran frío ha provocado la fisura de la Marina Regina de Estrasburgo, un bordón de 1521 que pesa cerca de 21 t.

Los artesanos campaneros proceden regularmente a un mantenimiento para preservar la integridad de los elementos.

Su compra

El catálogo de France Minéraux presenta numerosas variedades de campanas: carillón, campanilla, esquila, cencerro y muchos otros. Sólo tiene que encontrar el instrumento que le interese.

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