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En gemoterapia, el macerado de yemas de este árbol actúa sobre los sistemas nervioso, vascular, inmunológico, digestivo y respiratorio. Puede utilizarse solo o en sinergia con otros macerados de yemas.
El aliso glutinoso es un árbol que puede alcanzar de 20 a 25 m de altura y 8 m de diámetro. Inicialmente de color verde o gris, su corteza se vuelve negra y agrietada con el tiempo. Sus ramas crecen casi horizontalmente. Sus hojas alternas son gofradas y dentadas, truncadas en la parte superior y aparecen en yemas violetas. La textura pegajosa de las hojas jóvenes le ha dado al árbol su nombre de aliso glutinoso. Tiene la particularidad de sumergir sus raíces directamente en el agua. Crece principalmente a orillas de cursos de agua o en terrenos inundados, a pleno sol.
El macerado de yemas de aliso glutinoso está compuesto de alcohol de grano, agua de manantial poco mineralizada, glicerina vegetal y yemas de hoja frescas. La maceración se realiza a mano para garantizar una calidad impecable. Dura 30 días y se efectúa en los lugares de recolección para que las plantas frescas no se oxiden. Los principios activos también se preservan debido a la rapidez del proceso. El líquido obtenido es de color marrón rojizo, con un olor ligeramente alcohólico y un sabor áspero. Tiene propiedades específicas que lo hacen útil en el tratamiento de diferentes patologías.
El macerado de yemas de aliso glutinoso es reconocido por diversas propiedades. Su efecto fluidificante y antitrombótico lo hace útil para fluidificar la sangre demasiado espesa y mejorar así la memoria y la concentración.
Sus propiedades antiinflamatorias le confieren una acción beneficiosa sobre los sistemas respiratorio, articular, digestivo, circulatorio y sobre la esfera ORL.
También posee una acción antiespasmódica y drenante eficaz en caso de infecciones urinarias o respiratorias y problemas articulares.
Otra de sus propiedades que no pasa desapercibida es su efecto anti-infeccioso. Está recomendado como antibiótico natural destinado a estimular las defensas inmunitarias y tratar las infecciones inflamatorias.
El macerado de yemas de aliso glutinoso se utiliza para hacer frente a diferentes problemas de salud.
El macerado de yemas de aliso glutinoso es un remedio que puede ser utilizado tanto como tratamiento preventivo como tratamiento complementario. Sin embargo, hay que tener en cuenta ciertas precauciones.
La luz y el calor deben evitarse durante el almacenamiento para no deteriorar los principios activos del producto. El macerado también debe mantenerse fuera del alcance de los niños.
Antes de comenzar un tratamiento, es necesario un consejo médico, especialmente si toma anticoagulantes o si está amamantando.
En todos los casos, conviene seguir la dosis diaria recomendada por el profesional de la salud.
El macerado de yemas de Alnus glutinosa está contraindicado en mujeres embarazadas y niños menores de tres años.
Este macerado específico puede utilizarse solo o en sinergia.
Para adolescentes y adultos, la posología diaria es de 5 a 15 gotas diluidas en un vaso de agua. La dosis debe repartirse en 1 a 3 tomas, 15 minutos antes de las comidas. La duración aconsejada del tratamiento es de 3 semanas. Puede empezar con 5 gotas y aumentar una gota por día hasta llegar a 15. Otra alternativa es tomar 5 gotas la primera semana, 10 gotas la segunda y finalmente 15 gotas la tercera y última semana.
Para niños mayores de 3 años, la dosis diaria es de 1 gota por cada 10 kilos de peso. Es conveniente comenzar con 1 gota el primer día y aumentar progresivamente a lo largo de 3 semanas.
Las sinergias con otros macerados varían según las patologías a tratar. Así, para el tratamiento de:
Puede asociarse con el macerado de yemas de grosellero negro para optimizar su efecto antiinflamatorio y drenante de la piel.
La asociación con el macerado de yemas de viburno atenúa los problemas de asma y alergia debido a sus virtudes antiespasmódicas.
El macerado de yemas de higuera, protector digestivo, y el de vid autoinmune forman una asociación ideal con el aliso glutinoso. Sus propiedades antiinflamatorias se potencian y resultan más eficaces en la lucha contra la enfermedad de Crohn.
Para atenuar los trastornos de la memoria, el Alnus glutinosa se utiliza en sinergia con los macerados de yemas de olivo y romero. El primero optimiza la asimilación de lípidos, mientras que el segundo estimula la actividad cerebral.
La asociación con el manzano y el ginkgo biloba actúa eficazmente contra la migraña debido a sus propiedades antiespasmódicas.
El macerado de yemas de grosellero negro y el de carpe son particularmente útiles asociados al aliso glutinoso en caso de sinusitis. La sinergia de los tres productos genera acciones antiinflamatorias y antiespasmódicas.
Para combatir la bronquitis, se recomienda la asociación del aliso glutinoso con el macerado de yemas de álamo. Sus propiedades anti-infecciosas, conjugadas con las del viburno, permiten luchar contra los espasmos y drenar los pulmones.
El aliso glutinoso ya posee las propiedades antiinflamatorias, drenantes y anti-infecciosas requeridas para tratar las cistitis. Sin embargo, la asociación con los macerados de yemas de álamo, brezo o arándano maximiza aún más estos efectos.
Las defensas inmunitarias se refuerzan y las inflamaciones se limitan si utiliza el aliso glutinoso con el álamo y el escaramujo.
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