El nombre de turmalina proviene de “Turamali” en cingalés y significa “piedras de diferentes colores”. En efecto, hay muchas variedades de turmalinas y no todas son negras. En Francia se le llama “imán de Ceilán”, ya que el nombre de turmalina no apareció hasta 1756. La turmalina negra se descubrió en 1703 y fue descrita por primera vez en detalle en 1759 por un hombre llamado Buffon. Esta piedra estaba reservada a los emperadores y a los reyes por ser tan preciosa y excepcional. Fue alrededor del siglo XIX cuando la turmalina negra empezó a ser apreciada en joyería para hacer collares, pulseras y colgantes. Incluso hoy en día, la turmalina se considera una piedra de lujo porque es muy rara. Tuvo mucho éxito en Brasil.
Su composición química es muy rica debido a las pegmatitas graníticas de las que se extrae. La turmalina negra pertenece a la gran familia de los silicatos de magnesio, los alcalinos, los borosilicatos de aluminio acoplados al hierro. Su aspecto es peculiar ; tiene forma de bastón cuando es áspera. Suele estar sembrado de grietas y crestas paralelas entre sí y tiene una dureza de 7 a 7,5. La turmalina tiene un papel muy importante en la industria porque elimina la electricidad estática de las planchas de pelo. También se utiliza para teñir piezas de latón. Los yacimientos de turmalina negra se encuentran en todo el mundo, especialmente en Australia. En su estado natural, se presenta en forma de racimos o cristales. Esta piedra es un mineral emblemático en litoterapia porque se sabe que es un escudo energético infranqueable y un repelente contra las bajas energías. La turmalina negra tiene múltiples virtudes y merece ampliamente su lugar en los imprescindibles de la litoterapia.
Peso | 288 g |
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Color | |
Tipo de piedra | |
Signo astrológico | |
Chakra | |
Virtudes energéticas | |
Categoría de piedra |
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